La Pareidólica ciudad de Carora, Venezuela,
y la Lotería de Animalitos.
Luis
Eduardo Cortés Riera.
cronistadecarora@gmail.com
En
la ya lejana década de 1960 era Carora una ciudad venezolana atrapada hasta el
vértigo por un fenómeno psicológico llamado Pareidolia. Se trata de un estímulo
vago y aleatorio, habitualmente una imagen que se percibe como una forma
reconocible debido a un sesgo perceptivo. Viene del griego eidolon (figura o imagen), y del prefijo para, igual o semejante a.
Al principio tuvo vinculación con la psiquiatría, pero debido a su uso común
perdió sentido patológico. La pareidolia puede hacer que las personas interpreten
imágenes aleatorias, o patrones de luces y sombras como caras o rostros. Es
evidente que existe allí una forma de creatividad, y se usa a menudo como
explicación de afirmaciones paranormales y religiosas, como ver caras de
Jesucristo o de la Virgen María en las nubes, un rostro humano en la superficie
del planeta Marte, cuerpos humanos en los perfiles montañosos.
En estos casos perceptivos actúa la Ley de la Buena Forma
o Ley del Destino Común, que fue creada por los psicólogos de la Gestalt alemana. Establece que la mente humana atribuye
la mejor forma posible a la percepción. También crearon los gestalistas la Ley
del Cierre de la Figura: si un contorno no está completamente cerrado, la mente
tiende a cerrarlo. Los gestalistas son
herederos de Emmanuel Kant (1724-1804), quien asigna a la imaginación como
condición subjetiva y a priori de la percepción, pues el fenómeno es ya una
síntesis, una construcción mental. Del
filósofo Edmund Husserl (1859-1938) tomarán los gestalistas su fenomenología,
debido a su comprensión de la experiencia consciente como una experiencia
fenoménica distinta a la explicación de la ciencia natural. Ir a las cosas
mismas antes de todo filosofar. Finalmente, toman de Ernest Mach (1838-1916) su
definición de las propiedades de las formas especiales y auditivas como
totalidades principales perceptuales. Estas formas poseen cualidades que las
distinguen de sus elementos. Las sensaciones se organizan en la consciencia y
crean cualidades formales que pueden ser novedosas.
La psicología de la Gestalt, también llamada psicología de la forma o
psicología de la configuración, es una corriente de la psicología moderna
surgida en Alemania a principios del siglo XX, cuyos exponentes más reconocidos
fueron los teóricos Max Wertheimer, Wolfgang Kohler, Kurt Koffka y Kurt Lewin. El termino Gestalt puede traducirse de
la lengua alemana como forma de la forma, figura, configuración o estructura.
La Lotería
zoológica en Carora.
Dicho todo esto
de manera muy resumida, pasemos a la ciudad de Carora en el Estado Lara,
Venezuela, donde en la década de 1960 fue muy popular la llamada Lotería de
Animalitos, juego de azar que tenía como punto de origen el vecino Trujillo, un
Estado muy deprimido económicamente entonces y que tenía un alto porcentaje de
analfabetos, por lo que sus 31 números, del 01 al 31 tenían nombres de animales
para facilitar su adquisición por los iletrados. Se anunciaba diariamente el
animalito ganador desde “La ciudad de las siete colinas”, la bulliciosa ciudad
Valera, con un bombo con 31 bolitas, cada una con la figura de algún animalito
y su número correspondiente, colocado con gran expectación cada tarde en la
plaza Bolívar de esta ciudad andina. Un ritual diario, dice mi amigo Dr. Juan
Pedro Espinoza, colocado en la esquina de la municipalidad y el cuartel de
policía, calle 6 con avenida 12, un bingo mágico que la gente exclamaba a
gritos con la ganada o la pérdida. Frente a este sitio de arremolinados,
expectantes seres humanos, estaba la popular bodega de Rosendo que vendía una
exquisita chicha de maíz. El juego zoológico era muy popular en todo el
occidente venezolano, Timotes, Pampám, Carache, Chejendé, Boconó, La Puerta,
Cabimas, Ciudad Ojeda, El Vigía, Rubio, San Cristóbal, Carora, y se conectaba
al otro extremo de Venezuela con Cumaná y Ciudad Bolívar, gracias a las ondas
hertzianas de la potente Radio Valera.
Muy popular era el valerano Gilberto “El Gordo”
Mendoza, propietario de la Lotería de Animalitos y quien creó también la
Lotería del Yaracuy, otro Estado venezolano. En los Estados Unidos le
preguntaron cierta vez por su oficio y respondió “Animalitos, animalitos, ah,
¡ganadería no!”. Fue este empresario de la ludopatía, un término que en ese
entonces se desconocía, muy allegado al presidente Rafael Caldera en su primer
mandato de 1968 a 1973. Financió con buena plata su exitosa campaña electoral
en los Andes venezolanos.
Los números de la Lotería de Animalitos.
Era un juego de
azar muy sencillo, adaptado a las personas iletradas, que constaba de 31
números que tenían adosados un animalito cada uno, e incluía especies con
nombres localistas, tales como la lapa, el puerco. Otros eran animales exóticos
como la cebra, el camello, el elefante. Unos comestibles (el carnero, la
gallina, el toro) y otros no tanto (el ciempiés, el alacrán, el sapo, el
ratón), ninguno de ellos procedía del mar o del océano, todo lo cual hacia más
atractivo el juego trujillano en aquella Venezuela rural y campesina de la
década de 1960. Veamos a continuación números y sus respectivos
animalitos:
1.- el carnero, 2.- el toro,3.- el
ciempiés,4.- el alacrán,5.- el león, 6.- el sapo,7.- el loro,8.- el ratón, 9.-
el águila,10.- el tigre, 11.- el gato, 12.- el caballo,13.- el mono,14.- la
paloma,15.- el zorro,16.- el oso,17.- el pavo,18.- el burro,19.- la cabra, 20.-
el puerco, 21.- el gallo, 22.- el camello, 23.- la cebra,24.- la iguana, 25.-
la gallina, 26.- la vaca, 27.- el perro, 28.- el zamuro, 29.- el elefante, 30.-
el caimán, 31.- la lapa.
La Lotería de Animalitos
trujillana en Carora.
En la ciudad larense del semiárido venezolano eran legión
los llamados “dupleteros”, quienes eran las personas que visitaban, a pie y en
bicicletas, los domicilios por las mañanas y tardes de sus clientes fijos.
Hacían aquella actividad de modo independiente, bastaba coger una página en
blanco de un cuaderno, colocar allí los 31 números y salir a la calle a
venderlos. Los costos de los numeritos eran muy módicos y accesibles al grueso
de la población, podían ser de una humilde y ya desaparecida “locha”, un
mediecito (0,25 céntimos), un real (0,50 céntimos), un bolívar, y hasta las
había más costosas como la de un “fuerte o cachete” (5 bolívares), 10 y 20 bs.
Todas las tardes, a eso de las 6 pm la gente ponía atentos oídos a las emisoras
de radio del vecino Estado Trujillo para saber el nombre y el número del
animalito ganador, cuestión que provocaba alegrías multitudinarias.
Los “dupleteros” eran muchos y entre los más conocidos
estaban, me dice el profesor Alberto Díaz “El Cordobés”: Fito y Omar Martínez, El Tongo Eléctrico,
Chalo y Lalo Montero, El Furruco Riera, Pedro Herrera “El Tabaco”, Franklin
Franco “El Coco”, Carmelinda y Pablo Navas, el contador Pablo Escalona, los
hermanos William El Chivo y Beto Verde, Omar Lucena, Hernán “El Brujo Dorantes”,
Fortunato Hernández, Pedro Sánchez, Ricardo “Vaya vaya” Díaz, y un largo
etcétera.
Las cervezas, el cocuy, la camaradería, el chiste subido
de tono y la Lotería de Animalitos
conjuncionaban en el famoso Bar 1° de Mayo de Vale Chico Escalona;
también en el Restaurant El Néctar de Nicolás Cuicas, con Animalitos, billar,
tostadas caroreñas y cervezas bien gélidas; era famosa la rochela de bebedores
de ron y ludópatas del juego trujillano llamada La Embajada de los hermanos
Silva; en la emblemática Plaza Torres, viernes por la noche, se arremolinaban
jugadores zoológicos y bebedores de espumeantes; los Animalitos y los caballos
se expendían en Centro Campo Lindo y Los
Leones del barrio de los comunistas del PCV, el Torrellas, Avenida Cementerio;
en el antiguo Barrio Nuevo ofrecían números los hermanos Verde, así como en el
Centro Buenos Aires; los numeritos no fallaban con Foncho Colombo en el barrio
La Greda, quizás el más jugador de todos los sectores en aquella empobrecida
Carora de 30 mil habitantes, recién salida de la dictadura del General Marcos
Pérez Jiménez.
La Pareidolia en Carora.
Pero existía la Lotería de Animalitos de manera oficial
en una casa de familia de la avenida 14 de Febrero, esquina de la calle
Carabobo, barrio El Trasandino de Carora. Eran los apellidados Falcón los
expendedores de los billetes impresos de la Lotería de Animalitos. Allí,
creemos, comenzó la Pareidolia.
Consistía en un ritual muy extendido entre pobres y ricos sin distinción. Los
adictos al juego tomaban los billetes de Lotería viejos, los apuñaban y los
colocaban en el lado invertido de un plato blanco de peltre, preferentemente.
Se reunían a su rededor y con toda pompa le echaban candela al desdichado
papel. Esperaban que se consumiera, acto seguido retiraban las cenizas
resultantes y comenzaba la Pareidolia,
esto es, intentaban encontrar las pistas en las figuras producidas por las
cenizas el animalito a jugar ese día, dándole giros al plato “palante y
patrás”. En medio de una discusión heteróclita, semimágica se oía: “Salió
claríííto un gato (11)”, o bien “Mirá, esta es una paloma, sí, mirá bien,
mijita, es una paloma (14), sí”. Después de estas sesiones nigromantes, salían mujeres
y hombres, a buscar apuraditos y confiados el animalito anunciado por las
cenizas del aquel ritual acto hechicero.
Sucedía a veces que no contaban con el billete de
Animalitos del día anterior y quemaban en su lugar cartón de los envases de
leche Prolaca, pues “traen mucha suerte”.
Cierta vez el sacerdote católico Andrés Sierralta recriminaba a sus
feligreses desde el púlpito por aquella viciosa conducta lúdica, exclamando
ardoroso “Hoy sale el gallo, mañana sale la vaca, es lo que se oye todo el día
y toda la noche en el barrio”, a lo que agregaba “buscan animales en los platos
y ni siquiera los lavan para comer”. A los días siguientes su iglesia de la
calle de Los Altos de Lara se llenó de fieles buscando los “datos infalibles”
del padre Sierralta, pues el gallo y la vaca ¡acertaron la Lotería después de
aquella reprimenda del enojado presbítero caroreño!
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La Lotería de Animalitos existe todavía, solo que el
acierto viene de pegar dos animales, algunos de ellos nuevos: El Guacharito
Millonario, del oriente de Venezuela, anuncia entre ellos el búfalo (38), la
ardilla (32), la rana (6), el delfín (cero), el tucán es el 42, el panda (61),
el 44 es el chigüire. Mucha gente de los estratos bajos de la sociedad y que no
han tenido acceso a la educación, semianalfabetas o no, son hinchas seguidores
de este pernicioso y empobrecedor juego de envite y azar como genial creación
trujillana.
Carora,
Estado Lara.
República Bolivariana de Venezuela.
12 de junio de
2025.
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