lunes, 27 de noviembre de 2023

Natalie Zemon Davies: La formación histórica del cacerolazo

Al profesor y Magister
Carlos Gimenez Lizarzado dedico.
Luis Eduardo Cortés Riera.
cronistadecarora@gmail.com

En momentos en que empiezo a escribir sobre esta extraordinaria historiadora judío-estadounidense que fue Natalie Zemon Davies (Detroit,1928- Toronto, 2023), no puedo menos que pensar en una suerte de censura ideológica que nos impide ver, acá en Latinoamérica, los enormes y muy originales aportes a las humanidades y las ciencias sociales en particular, que proceden de las muy prestigiosas universidades y centros de investigación del mundo cultural anglosajón.1
Ella, quien acaba de fallecer el pasado 21 de octubre de 2023, tuvo sin embargo una relación muy estrecha con los historiadores franceses del siglo XX, señaladamente Marc Bloch y Lucien Febvre, fundadores de la afamada Escuela de los Anales en Estrasburgo en 1929, de quienes toma la idea de la historia social, es decir no historia de fragmentos de la realidad, sino el hombre mismo considerado en el seno de los grupos de que es miembro. 2, enfoque que le anima al escribir Escuchando las lenguas del pueblo. Se le ha
considerado especialista en la historia de Francia en los comienzos de la modernidad y también amplia conocedora de la Haskalah o Ilustración Hebrea, y de los askenazíes del siglo XVII.

 En la década de 1950, cuando comenzó su carrera como historiadora, la historia social postulada en Francia, era algo nuevo y apasionante. Además, el francés era su lengua principal para los estudios europeos, con el italiano y el latín disponibles cuando era necesario. Y, como cosa que llama a la curiosidad, siendo ella judía no tenía conocimiento del yiddish o lengua hebrea, que en su hogar no le enseñaron de niña.
Su formación Destacada como una de las figuras más prominentes de
la historia social, Zemon Davis, nacida en Detroit, Michigan, en 1928, realizó sus estudios en el Smith College, el Radcliffe College y en la Universidad de Harvard. Se doctoró en Historia en la Universidad de Michigan en 1959.
Catedrática emérita de Historia de la Universidad de Princeton y de la Universidad de Toronto, Zemon Davis ha sido docente en las universidades de Brown, de California y de Berkeley. Zemon Davis fue, además, presidenta de la Asociación Histórica Estadounidense.
Matrimonio con un matemático.
Se casó con Horace Chandler Davis (12 de agosto de 1926-24 de septiembre de 2022) un prestigioso matemático, escritor, educador y activista político de izquierda estadounidense-canadiense. La revista socialista Jacobin describió a Davis como "un matemático de prestigio internacional, un escritor de ciencia ficción de renombre y
uno de los presos políticos más célebres de Estados Unidos durante los años de la Guerra Fría Chan Davis, quien murió el año pasado de 2022 a la edad de 96 años, se enfrentó a las listas negras macartistas y al encarcelamiento para seguir una brillante carrera académica.
 Davis supo cambiar y aprender de la experiencia política, pero siempre se mantuvo fiel a sus principios socialistas. En 1946, ingresó en el Departamento de Matemáticas de la Escuela de Graduados de Harvard y publicó su primera historia en la edición de mayo de Astounding Science Fiction, The Nightmare. Aparece en la portada, que mostraba la Estatua de la Libertad siendo diezmada por una bomba atómica, fue la primera narración ficticia conocida que trató el tema del terrorismo nuclear.
Dos años más tarde, otro artículo en Astounding Science Fiction, "Carta a Ellen", abordó la ingeniería genética. A esto le siguieron otros diez cuentos y una serie de ensayos.
Fue en una reunión de Jóvenes Progresistas que se encontró con una estudiante de origen hebreo de último año del Smith College, de ideas políticas afines llamada Natalie Zemon, una estudiante de historia moderna temprana. A las pocas semanas, decidieron casarse. Al año siguiente, se matriculó en la escuela de posgrado en el Radcliffe College,lo que le permitió tomar cursos en Harvard.

Sobrevivido por Natalie y sus tres hijos, Chan Davis era una persona de gran vitalidad y encanto, de gran corazón, cariñoso, dotado de una aguda visión política e incluso un sentido bien desarrollado de lo ridículo. Optimista ecuánime e implacable, hablaba con una claridad y un vigor inusuales, y con una erudición sin pretensiones. Además, había dominado enormes cantidades de conocimientos, tenía horizontes expansivos, una memoria más retentiva que una manada de elefantes y, además, una imaginación maravillosa.

 Gracias a este matrimonio Natalie escribió una historia de la matemática colocada en su contexto cultural en su obra Francia en el siglo XVI. La aritmética en la vida de los negocios (1960) La hermenéutica.
Sobre la hermenéutica o interpretación de los textos del pasado y del presente, dice Natalie Zemon Davis que: En mi ensayo «El historiador y los usos literarios» me centré justamente en la atención a la estructura literaria de las fuentes. Es decir, no solo nos fijamos en el contenido de una fuente (libro, panfleto, ilustraciones, periódico, etc.), en su autor, y editor, y en el público al que va dirigido, sino también en la estructura literaria del texto: su género, su estilo, el uso de figuras y metáforas, y las implicaciones que todo ello tiene para el lector y para la propia interpretación del texto. Creo que más que un reto para la historia social se trata de un recurso, de una rica veta de pruebas que añadir a las más tradicionales. 
Incursión en el cine.
Es conocida por haber sido asesora técnica de la película francesa de 1982, Le Retour de Martin Guerre (El Retorno de Martin Guerre). En 1983, escribió un libro con el mismo nombre con su interpretación de la historia de Martin Guerre. La película que fue gran éxito fue protagonizada por
Gerard Depardeu y Natalie Balle. Es un clásico del cine que
se basó en la microhistoria de Carlo Ginzburg y su célebre El
queso y los gusanos.
Paul Cohen, del Departamento de Historia de la Universidad de Toronto, dice del film: La obra más leída de Natalie es, sin duda, El regreso de Martin Guerre (1983),  que vuelve a contar la historia de un campesino francés del siglo XVI que regresó a su pueblo y a su familia después de ir a la guerra, solo para ser desenmascarado como un impostor. El libro surgió de su participación en la producción de la película francesa homónima de 1982, primero como consultora histórica y luego como una de sus guionistas (la película fue galardonada con un César, el premio nacional de cine de Francia, al mejor guión original en 1983). El regreso de Martin Guerre se erige como uno de los ejercicios de reconstrucción histórica más convincentes jamás llevados al cine.
Para Natalie, fue una experiencia definitoria, una oportunidad preciosa para experimentar con el cine histórico no simplemente como un ejercicio de elaboración de representaciones históricamente precisas, sino como un laboratorio para la comprensión histórica, un medio con el que confrontar a las audiencias contemporáneas con subjetividades y experiencias desconocidas de maneras significativas para ellos. Su interés en el cine como medio de representación histórica resultó duradero, y volvió al tema en
su libro de 2002 Slaves on Screen: Film and Historical Vision.

  Al final de su carrera, Natalie estaba encantada de tener la oportunidad de probar una vez más las posibilidades de asociación entre artistas e historiadores cuando comenzó una colaboración con el dramaturgo y director de teatro libanés- franco-canadiense Wajdi Mouawad. Se desempeñó como consultora histórica para la obra de Mouawad Tous desoiseaux, una historia de amor multilingüe centrada en una pareja árabe-israelí en el contexto del conflicto palestino-israelí, que hogaño nos abruma. Presentada por primera vez en París en 2018, la obra ganó el Grand Prix de littéra turedramatique de ARTCENA, uno de los premios teatrales más 
importantes de Francia.
Acercamiento a la Escuela de Anales. Sus principales intereses se centran en la historia social y cultural, especialmente en temas previamente ignorados por los historiadores. Zemon Davis hace uso de numerosas fuentes, tales como registros judiciales, obras, panfletos, protocolos notariales, censos tributarios, libros y documentos de asistencia social. Es una de las precursoras en hacer una historia interdisciplinaria, como postula la escuela de Anales francesa, que consiste en combinar la historia con disciplinas tales como la Antropología, Historia del arte, Etnografía y teoría literaria. sostuvo exhaustivos vínculos con la antropología, relacionándose asiduamente con Víctor Turner, Mary Douglas y Clifford Geertz, posición semejante a la de Marc Bloch y Lucien Febvre con la antropología de Marcel Mauss y su concepto de mentalidad primitiva.
Zemon Davis cree firmemente en la posibilidad de verdades múltiples y mutuamente incompatibles que coexistan una al lado de la otra. Asimismo, cree que el uso  de la ficción podría explicar el pasado mejor que la  tradicional dependencia a hechos verdaderos. Por esta razón, ella siente que las películas y filmes tienen la habilidad de contar diferentes versiones de la misma historia y de
presentar múltiples puntos de vista para explicar potencialmente la historia mejor que los métodos tradicionales de historia, una perspectiva que seguramente toma ella de Marc Ferro, historiador analista francés del  cine: “Existe una visión fílmica de la historia.”
Historia de género.
Dice su exalumno de la Universidad de Toronto Paul Cohen que Natalie fue una figura pionera en la historia de las mujeres. Su atención al género y a las experiencias de las mujeres ya era evidente en sus primeros trabajos, y artículos como Las mujeres de la ciudad y el cambio religioso (1973) y Mujeres en la cima(1975) siguen siendo modelos  importantes en el campo. Natalie no estaba menos comprometida con el avance del proyecto académico más amplio de la historia de las mujeres, publicando un ensayo historiográfico sobre el campo naciente en 1975 en uno de los primeros números de Feminist Studies y, junto con Jill Ker Conway, una colega y amiga cuyo trabajo doctoral sobre Jane Addams ayudó a despertar el interés de Natalie en la cuestión, compilaron Society and the Sexes: Una bibliografía de la historia de las mujeres en la Europa moderna temprana, la América colonial y los Estados Unidos (1981).
A pesar de toda su deslumbrante riqueza, el movimiento más importante de El regreso de Martin Guerre es su intento de recuperar la perspectiva de Bertrande de Rols, la mujer cuya centralidad como agente histórico en esta historia había sido borrada por los jueces que tomaron las decisiones que dieron forma a su vida y dejaron el archivo que registra su historia. Con Arlette Farge, Natalie Zemon coeditó el volumen dedicado a la Edad Moderna en  el histórico libro de varios volúmenes A History of the Women in the West (publicado originalmente en 1990-1991), un proyecto dirigido por Georges Duby y la pionera historiadora francesa de las mujeres Michelle Perrot.
Mujeres urbanas y cambio religioso fue su primer ensayo en el que un tema asociado al género ocupaba un lugar central. Las mujeres habían aparecido en sus ensayos anteriores cuando formaban parte de algún modo de la historia, como cuando en sus estudios se enfocó en los pobres de Lyon y los beneficiarios de la ayuda social, muchos de los cuales eran mujeres. Pero no se había centrado en ellas como tema central. Entonces, a finales de los años 70, conoció Natalie Zemon Davis  a Jill Ker Conway, que había llegado a Toronto, Canadá, tras cursar estudios de doctorado en historia de las mujeres. Había hecho una tesis sobre las mujeres estadounidenses en la vida política, que tenía una importante cuestión historiográfica en su centro. Gracias a las conversaciones que mantuvo con ella, se dio cuenta de cómo se podía centrar la investigación en el género. Y de nuestras conversaciones surgió la decisión de iniciar un curso de Historia de las Mujeres en la Universidad de Toronto, que impartimos en 1971, y que fue
uno de los primeros en Canadá.

Interés por Surinam holandés.
Todo comenzó con una pregunta aparentemente ingenua: ¿podían los judíos tener esclavos en Surinam holandés del siglo XVIII? Hizo constantemente Natalie Zemon Davis viajes de investigación a esta colonia neerlandesa en Suramérica, cercana a la República Bolivariana de Venezuela.  La colonia holandesa de Surinam estaba 
habitada por indios de lenguas caribes, por 8000 africanos de las costas occidentales de África, por 600 protestantes holandeses, por 300 portugueses judíos y por algunos alemanes judíos y unos cuantos hugonotes refugiados, así como por algunas familias inglesas. La colonia era de propiedad y administrada por la Sociedad de Surinam
conformada por la Compañía de las Indias occidentales, la ciudad de Amsterdam y los herederos de Cornelis van Sommelsdijk.
Hizo estudios sobre la lengua local: el creole de Surinam, basándose en el estudio de un diccionario sranan–alemán que recuperó de la Biblioteca de la Universidad de Leiden, Países Bajos. El sranan es la lengua popular que se habla en el
Surinam de hogaño.
El libro Metamorfosis, de Natalie Zemon Davis, fue publicado con motivo del 300 cumpleaños de Maria Sibylla Merian, una mujer judía muy interesada en las orugas y ofrece la oportunidad de un primer o renovado encuentro con la vida y obra de esta fascinante mujer. Lo que es inusual es el sofisticado estilo de escritura de Zemon Davis, que se mueve hacia el tema una y otra vez en una narrativa menos lineal y más serpenteante sobre la base de estudios intensivos de fuentes y archivos.

El segundo punto de inflexión, y probablemente el más duradero en su vida, fue su decisión de desprenderse de una gran parte de sus posesiones en 1699 para financiar un viaje a Surinam con las ganancias. Allí vivió con su hija en un asentamiento pietista y, con el apoyo de los indios que allí vivían, se dedicó a la investigación de insectos hasta que a los dos años ya no pudo hacerlo por motivos de salud y tuvo que regresar. Exhibió las preparaciones de plantas y animales que había traído consigo de allí en el Stadthaus de Ámsterdam con gran éxito de la población y más tarde las usó como modelos para magníficas pinturas de pergamino, a partir de las cuales se hicieron grabados en cobre para un elaborado compendio de insectos de Surinam. Esta obra representativa, publicada en 1705, le valió un amplio reconocimiento como naturalista y artista, pero no podía vivir solo de la venta de sus libros y dependía de los ingresos
adicionales del comercio de utensilios de pintura y taxidermia.

La cencerrada o cacerolazo.
Recurrió Zemon Davies a fuentes antropológicas para resolver el enigma de las cencerradas o cacerolazos, como se le conoce en Venezuela. En esta interesante investigación se asoció con el británico Edward Palmer Thompson, historiador del llamado movimiento del marxismo cultural británico. En aquel momento, intentaba ella dar sentido a esas ruidosas manifestaciones de enmascarados que llevaban a cabo en las calles de Lyon, Francia los obreros de la imprenta, pero también, según iba leyendo, el menu euple [el pueblo sencillo], los comerciantes, artesanos y campesinos de diversos lugares. ¿Por qué a veces los hombres se dejaban pegar por sus mujeres? ¿Y por qué a veces era al revés? Y qué interesante que pudieran ser desviados de este enfoque doméstico hacia un fin político.
Los textos históricos no le sirvieron de mucho y entonces, aconsejada por un amigo antropólogo, recurrió a os escritos del etnógrafo Arnold van Gennep y conoció la larga historia de la protesta ruidosa y los variados usos de la cencerrada o cacerolazo. A través de sus publicaciones sobre el tema (The Reasons of Misrule y otros ensayos), llegó a oídos del antropólogo Víctor Turner y su equipo, y entabló un intercambio con ellos. Un poco más tarde, conectó con Mary Douglas, a través de un interés compartido por la
piedad y la pobreza.
Al antropólogo Clifford Geertz, lo conoció primero por sus maravillosos escritos y su famoso ensayo La interpretación de las culturas. Luego, cuando llegó a Princeton, pudo conocerlo personalmente. “En ese entonces, Robert Darnton, otro historiador estadounidense interesado en Francia del siglo XVIII, impartía un curso con él, y algunos años, cuando Bob, su marido, estaba de licencia, me hacía cargo del curso con Clifford. Era muy interesante
enseñar con él. A menudo se quedaba en silencio pensando durante un rato y luego hacía un comentario extraordinario”, dice Natalie Zemon Davis.
El interés por los rituales y las prácticas culturales populares llevó tanto a Zemon Davis como a Edward Palmer. Thompson a acercarse a antropólogos franceses como Claude Lévi-Strauss y Van Gennep. Thompson haría de este acercamiento su sello personal en sus futuros libros, dándole un toque distintivo a los demás miembros de la historia social británica.

He tomado el nombre de la cencerrada para darle identificación al presente ensayo, pues el cacerolazo se ha hecho popular el Latinoamérica desde el Chile del malogrado presidente Salvador Allende a la Venezuela de la República Bolivariana de hogaño.

Bibliografía de Natalie Zemon Davies.
Natalie Zemon Davies es autora de diversos libros que han sido traducidos a diferentes idiomas. Entre ellos se destacan Sociedad y cultura en la Francia moderna (1975); El regreso de Martin Guerre (1983); Fiction in the Archives (1987); Mujeres de los márgenes (1995); The Gift in Sixteenth-Century France (2000); Esclavos en pantalla: cine y visión histórica (2000); León el Africano (2006); Leo Africanus Discovers Comedy: Theatre and Poetry Across the
Mediterranean (2021) y Listening to the Languages of the
People: Lazare Sainéan on Romanian, Yiddish, and
French (2022).
Una historiadora fundamental.
Natalie Zemon Davis creyó firmemente en la posibilidad de verdades que coexistan una al lado de la otra.
Asimismo, creyó que el uso de la ficción podría explicar el pasado mejor que la tradicional dependencia a hechos verdaderos, una lección que toma del historiador francés Marc Ferro 4. Por esta razón, Davis siente que las películas tienen la habilidad de contar diferentes versiones de la misma historia y de presentar múltiples puntos de vista para explicar potencialmente la historia mejor que los métodos tradicionales de historia.
He sostenido en otras ocasiones que en mi patria venezolana aún estamos por recoger el extraordinario legado de esta incomparable mujer hebreo estadounidense, aprender con ella el arte de conversar con la historia. Paz a su alma esclarecida.
Citas.
1 Estoy pensando en el antropólogo Marvin Harris y su tesis sobre el materialismo cultural; Morris Berman y su Reencantamiento del mundo, Noam Chomsky y sus inmensos aportes a la lingüística; el británico Paul Johnson y La historia de los judíos; Charles C. Mann, quien afirma que el verdadero genocidio del siglo XVI en América lo efectúa la viruela y no el esclavista español o francés; el historiador
marxista Eric Hobsbawm y su monumental Historia del siglo XX; Edward P. Thompson y La formación de la clase obrera en Inglaterra; el antropólogo Jack Goody (El robo de la historia); Robert Darnton El beso de Laumorette, entre otros.
2 Febvre, Lucien. Combates por la historia. Pag. 38 y siguiente S. «
3 Schuster, Mariano. In memoriam. Natalie Zemon Davies:el arte de hablar con la historia. Conversación sobre la historia. 25 de octubre de 2023.

4 Cortés Riera, Luis Eduardo. Marc Ferro: Cine y contra historia. En: Blog Cronista de Carora. 6 de agosto de 2021. Ferro es autor de Historia contemporánea y cine.
Ariel, 1995.
5 Nueva Sociedad. Entrevista, septiembre 2023.
octubre 25, 2023 octubre 25, 2023

martes, 21 de noviembre de 2023

EL BASILISCO ROKO

Al profesor Héctor Torres Mendoza dedicado.

Luis Eduardo Cortés Riera.
cronistadecarora@gmail.com

Quizás sea la cosa más increíble que he leído en mi ya larga existencia es esto del Basilisco de Roko, noción que descubrí hace poco en Google internet, y que mis hijos adolescentes ya conocían. Pensé que ellos han debido comunicármelo cuando lo descubrieron hace dos años. Algo escandalosamente extraordinario está aconteciendo a escala planetaria con esteexperimento mental que hubiese agradado mucho al difunto Alan Turing.
La paradoja y la muy riesgosa Inteligencia Artificial (IA) están permanentemente en escena en esta muy curiosa formulación que ha tenido como escenario los ambientes académicos y de investigación del mundo anglosajón y que ha provocado crisis nerviosas depresivas en muchas personas.
El experimento plantea que, en el futuro, una inteligencia artificial con acceso a recursos casi ilimitados desde una perspectiva humana (el basilisco) pudiera decidir castigar de manera retroactiva a todos aquellos que de alguna manera no contribuyeron a su creación. Quien escribe ha sido uno de ellos, situación que me ha quitado el sueño durante semanas.
Fue planteado por vez primera este curiosísimo experimento mental en  la llamada Comunidad LessWrong que nació en la ciudad de New York en 2009. LessWrong se desarrolló a partir de Overcoming Bias, un blog anterior  del grupo centrado en la racionalidad humana, que comenzó en noviembre de  2006, con el teórico de la inteligencia artificial amigable Eliezer Yudkowsky y  el economista Robin Hanson, creador de una forma de gobierno llamada  Futarquía, en la cual oficiales elegidos por votación definen medidas de bienestar nacional, y los mercados de predicción suelen determinar qué políticas tendrán el efecto más positivo.
 La conducta altruista, como se ve, motiva a tal Comunidad multinacional en su composición. El altruismo eficaz o altruismo efectivo es una filosofía y movimiento social que aplica la evidencia y la razón para determinar las maneras más eficaces de ayudar a otros. Altruismo significa mejorar las vidas de los demás, a diferencia de egoísmo, que enfatiza solo el interés propio. Eficacia se refiere a hacer el mayor bien posible con los recursos disponibles, así como determinar qué es el mayor bien posible. Se han propuesto reducir la pobreza a escala mundial, atacar el cambio climático
y disminuir el sufrimiento animal.
Entre las personalidades destacadas que participan en el movimiento del Altruismo Eficaz destacan el cofundador de PayPal Peter Thiel, el cofundador de Skype el estoniano Jaan Tallinn, el cofundador de Facebook Dustin Moskovitz, y los filósofos como el británico William MacAskill, cofundador de 80.000 Horas, autor de Haciendo el bien mejor (2015); el australiano Toby Ord, investigador del Instituto del Futuro de la Humanidad; el australiano Peter Singer, precursor de los derechos animales; ​ y  el filósofo alemán Thomas Pogge y su tesis de los deberes negativos de los más ricos para ayudar a los pobres.
El Basilisco de Roko lo ha comparado por Paul-Choudhury a la famosa  Apuesta de Pascal (1670) que es un argumento creado por el filósofo francés Blaise Pascal en una discusión sobre la creencia en la existencia de Dios, basado en el pensamiento de que la existencia de Dios es una cuestión de azar, una lotería, pues. Un argumento cargado de matemática.
La premisa del Basilisco de Roko, dice Wikipedia, es el advenimiento hipotético, pero inevitable, de una  superinteligencia  artificial en el futuro. Esta superinteligencia sería el producto inevitable de la singularidad tecnológica, esto es, el momento en el que una inteligencia artificial creada por la humanidad fuera capaz de auto-mejorarse recursivamente. En el  experimento del basilisco de Roko, esta superinteligencia es llamada el basilisco.
Es una superinteligencia benévola que sin embargo se ve obligada como imperativo moral kantiano, a castigar a todas aquellas personas e instituciones que retrasaban o impedían su advenimiento, lo que ocasionó serias perturbaciones emotivas y crisis depresivas. La máquina se da cuenta de que para hacer un mayor bien debería haber existido desde mucho antes, para poder ayudar a las personas que sufrían antes de que ella existiera. Una distopía casi increíble.
El basilisco es una furiosa criatura mitológica capaz de matar con la
mirada. Así, en su desespero por hacer el bien, la máquina comienza
a comportarse como un basilisco que mata a todas las personas que no trabajaron para haberla creado antes, pues eso le impide seguir aumentando su nivel de bondad. Este comportamiento del Basilisco me recuerda al de la máquina HAL 9000, un supercomputador de última generación que enloquece en el film de ciencia ficción 2001, Odisea del espacio (1968), del director británico Stanley Kubrick.
Dice Dylan Love que “más te vale que ayudes a los robots a hacer del mundo un lugar mejor, porque si los robots descubren que no ayudaste a hacer del mundo un lugar mejor, te matarán por impedirles que hagan del mundo un lugar mejor. Al impedirles que hagan del mundo un lugar mejor, ¡estás impidiendo que el mundo se convierta en un lugar mejor!". El escritor David Auerbach, dice la BBC de Londres, llamó al Basílisco de Roko el  experimento mental más aterrador de todos los tiempos. Nos estamos adentrando en un mundo cada vez más complejo y desconocido, donde la tecnología se desarrolla a un ritmo frenético y amenaza con dejarnos atrás.
¿Estamos preparados para lo que viene? ¿Se están creando hogaño desde la ciencia natural una nueva mitología y una nueva religión? ¿Está la humanidad abriendo una nueva Caja de Pandora?
En mi fuero personal reflexiono honda y nocturnalmente que si el Basilisco de Roko hubiese existido en el año 1981, habría impedido el trágico fallecimiento de mi hermano gemelo Arnoldo Cortés Riera, muerto en mal momento cuando apenas contaba con 30 años de edad.

Santa Rita, Carora.
República Bolivariana de Venezuela.
Sábado 18 de noviembre de 2023.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Cine francés: El silencio del mar

Hombre libre, siempre querrás al mar.

(Charles Baudelaire)
El mar es un idioma antiguo que no puedo descifrar.
(Jorge Luis Borges)
El corazón del hombre se parece mucho al mar, tiene sus tempestades, tiene sus mareas y en sus profundidades también tiene sus perlas.
(Vincent Van Gogh.)

Basada esta hermosa e impecable película franco-belga en una admirable y extraordinaria novela corta, El silencio del mar, que circula de manera clandestina y subrepticia bajo seudónimo en la Francia ocupada por la  Alemania nazi en 1942, se convirtió esta pequeña obra maestra de la literatura  en una suerte de resistencia metafórica, una Línea Maginot no verbal a la odiosa y temible invasión alemana que sufre desde 1940 la patria de Montaigne, Voltaire, Rousseau y Céline. 
La literatura como efectivo y contundente compromiso libertario en aquella Francia que gemía bajo la bota nazi. Las páginas impresas que circulan de mano en mano se constituyen en mapa de ruta hacia la liberación de una nación oprimida.
La primera versión del film (1949). Su nombre en francés será Le Silence de la mer (1949), su director el judío alsaciano Jean-Pierre Melville, quien combatió a los alemanes en la Segunda Guerra mundial, fue precursor de la llamada nouvelle vague (nueva ola) y considerado un exponente clarísimo del cine polar (cine negro) francés. Actuando él solo como productor, guionista, director y montador, como si se tratase de un film amateur. Por eso, los jóvenes críticos de Cahiers du Cinéma consideraron a Jean-Pierre Melville como un autor completo que hizo cine casi clandestinamente y sin reconocimiento o ayuda del Estado francés.
Escrita la pequeña novela por el judío francés Jean Bruller (1902-1991) y publicada bajo el seudónimo de Vercors en 1942 para evitar a la temible policía política Gestapo y sus colaboradores del régimen títere de Vichy, narra la historia de un anciano (Jean-Marie Robain) y su nieta Jeanne (Nicole Stéphane) quienes se ven obligados a cederle una habitación a un germano oficial de graduación, el capitán Werner von Ebrennac (Howard Vernon).
El silencio y la indiferencia son las maneras como la inusual pareja
francesa, anciano y muchacha, enfrentan al odioso inquilino instalado en una habitación en planta alta: no le dirigen la palabra durante un largo semestre transcurrido en un pueblecito de la costa mediterránea francesa. Es la “grandeza francesa” que se mineraliza tras aquella muralla de silencio que abriga las tradiciones culturales galas, la continuada lectura, ajedrez, gastronomía para cada ocasión, buen vino, gusto por el piano, que se observan en desarrollo en el film constantemente.
Francia acaba de derrotar a los alemanes en la Gran Guerra de 1914-
1918 y ellos toman venganza ocupando el país galo en fulminante campaña
militar en 1940. Hitler tiene a París a sus pies. “Una extraña derrota”, escribió dolido el historiador franco-hebreo Marc Bloch, asesinado por los nazis en 1944. El nombre de la película.
Sucede casi a mitad del film que el militar, después de decir buenas
noches y realizar un elegante ademán castrense, dice frente al agradable fuego de la chimenea, frotándose las manos, que se siente feliz de estar con un  anciano confiable y una señorita silenciosa. “Lo que me gusta del mar es su silencio”, dice mirando a la callada señorita que se cubre las piernas discretamente ante la mirada de Werner. “No hablo del brandung (oleaje, en alemán) sino de lo oculto, de lo que percibimos”, y continua: “El mar es
silencioso, pero hay que saber escuchar.”. Una figura literaria empleada felizmente como símil o paralelo entre las profundidades marinas y el no menos recóndito silencio de Jeanne. Se trata del empleo de una figura literaria de manera excepcional, un magistral símil del silencio. Apenas si es necesario destacar que el símil se establece en la novela con el mar Mediterráneo, cuna de milenarias culturas y una chica francesa que personifica y encarna la cristalización de tan magnifica corriente cultural.

La segunda versión de la película (2004) El joven y muy apuesto militar germano, muy apolíneo él, es un hombre cultivado, fino compositor musical, amante y ejecutor de música al piano. Admira a Francia y su inmensa y gran literatura, Balzac, Baudelaire, Corneille, Descartes, Moliere, pero que -dice el militar hospedado- Alemania
es superior en genio musical: Beethoven, Wagner, Mozart, Bach, Haendel.
Revela, usando perfecto y bien pronunciado francés, en sus frecuentes soliloquios a los que se ve obligado por el silencio de la pareja, que es músico de vocación y que es militar por tradición militar: “No tenemos elección”. Es un idealista que cree ingenuamente que ambas naciones van hacia un encuentro inevitable en la gran cultura. Despertará de su ingenuidad al enterarse en París que los planes del Tercer Reich son los de acabar y reducir a ruinas la altiva y magnifica civilización francesa.
El día que se presenta el capitán a la casa que lo hospeda a regañadientes, la joven y hermosa muchacha francesa, que enseña piano a niños, interpreta un bello preludio de Bach, un compositor barroco y alemán.
“Es lo más puro y hermoso. Es mi favorito”, asienta nostálgico el militar prusiano. Se trata de la música armónica, un gran logro de la cultura de Occidente, según Max Weber, que establece conexiones comunicativas supranacionales. A ello debemos agregar y siguiendo a Max Weber que el piano es el instrumento musical de la modernidad europea. Los vínculos afectivos y eróticos entre la joven francesa y el militar teutón se imbrican paulatinamente a través de este instrumento musical que solo el genio europeo
hizo posible desde fines de la Edad Media.

Jeanne se siente atraída por el caballeroso y gentil militar que siempre se muestra muy pulcro, afeitado al rape, luciendo bien cortados uniformes, que no porta armas de reglamento. Entra ella a la habitación en su ausencia, huele sus ropas cerrando sus ojos verdes, lee a escondidas las cartas que le llegan desde Stuttgart y hasta se recuesta acurrucada en su cama acariciando las almohadas. Se cambia de peinado para parecer mayor y más atractiva.
 Werner también se siente atraído por la chica francesa y le dedica piezas al piano que ella oye de espaldas. Es navidad y él posa sus manos en el mueble donde ella está sentada, casi como un intento de acaríciala. Se reprime y sólo le desea feliz navidad y sube acto seguido a su habitación. En otra oportunidad la defiende sorpresivamente de un intento de violación sexual que comete un primo de ella.
La resistencia francesa a los nazis se plantea asesinar al capitán Von
Ebrennac y otros oficiales. Desde su ventana Jeanne observa subrepticiamente con ojos lagrimeantes como colocan una bomba explosiva bajo el automóvil del germano. Cuando él se dispone a salir de la casa para abordar el auto oye una pieza musical al piano que le conmina devolverse. Lo hace. Ella detiene la rápida pieza que ejecuta y le susurra algo inaudible a von Ebrennac al momento en que se oye una fuerte explosión fuera de su casa. Con aquel dramático y simbólico acto musical Jeanne le salva la vida al capitán.
El frente ruso. El 21 de junio de 1941 cometió Hitler el más grave error durante la guerra: invadir la Unión Soviética. “Me voy de aquí, dice Ebrennac. Pedí mi traslado al frente ruso. La propaganda sólo habla de victorias de nuestro ejército. Pero ahí hace 40 grados bajo cero y nuestros soldados no pueden más.” Es de noche y la chica sale a despedirlo con llanto en los ojos y lo hace con una sola palabra que le dirige en toda la película: “Adiós.” Esa sola palabra es el reconocimiento de un vínculo intimo entre Jeanne y el militar germano.
Sin embargo, es necesario destacar que esta segunda versión del film
comete anacronismo, pues en 1941 todo augura un éxito fulminante germano en el frente oriental ruso. La poderosa Wehrmacht está a las puertas de Moscú, sitia a Leningrado y ha tomado a Kiev a sangre y fuego. Hitler esperaba un rápido colapso del Estado soviético que no ocurrirá. Es al año siguiente, en 1942, cuando circula clandestinamente la novela El silencio del mar en  Francia y en buena parte de Europa, cuando la derrota nazi es evidente en la gigantesca y brutal Batalla de Stalingrado. Una guerra mucho más abrumadora y pavorosa que la del frente occidental francés le espera al militar y músicogermano, lo que él no podía sino imaginar.
La metáfora marina. La metáfora es un modelo en miniatura del texto, nos dice Paul Ricoeur (La metáfora viva, 1975). El lenguaje humano es esencialmente metáfora. En el fondo oscuro de ella palpitan y siguen palpitando el mito, la consciencia, la
imaginación, lo originario, el símbolo. Se incardina en un discurso que responde a una forma de vida profundamente humana y desde el que condiciona, a su vez, esa forma de vida. Metaforizar es percibir la semejanza, se trata de un “ver como” (expresión tomada de Wittgenstein), percibir lo semejante dentro de lo desemejante (Cf. Ricoeur, 1980: 14).
De allí que Vercors toma al mar y al océano como símbolos de una
inmensa metáfora comparativa. El mar es símbolo de la dinámica de la vida. Todo sale del mar y todo vuelve a él: lugar de los nacimientos, de las transformaciones y de los renacimientos. Es imagen a la vez de la vida y de la muerte. Toda metáfora es enigmática, la metáfora muestra más que lo que mostraría el lenguaje corriente, la metáfora debe producir el placer de aprender que se deriva de la sorpresa, valor que no se encuentra en el lenguaje ordinario. La metáfora se caracteriza por la agudeza, pues “pone ante los ojos”, “hace ver” lo abstracto a través de lo concreto, dice Ricoeur. La visión del mar evoca el tiempo y la experiencia vital, y el movimiento de las olas del  mar la mutabilidad y la inestabilidad, eso lo convierte en un símbolo de los corazones humanos y el devenir de la propia existencia.
La contemplación del mar es también la de uno mismo y del otro. A su vez el horizonte en las playas nos confronta con lo desconocido. Este valor del mar desconocido inspiró a muchos escritores entre las civilizaciones del Mediterráneo, principalmente a los héroes griegos que se desempeñaron en la navegación y sus hazañas épicas están ligadas a esos viajes por mar. Ese desafío que los navegantes hacen contra los elementos también nos recuerda que el mar es un símbolo de la hostilidad divina.
(https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/19593-copias) Vercors y Melville retoman estas metáforas marinas que ya existen en la poesía francesa desde el siglo XII. Poesía y mar han estado íntimamente  ligados en la literatura francesa. El vínculo entre el mar y el erotismo estuvo siempre presente en la mitología griega y en la cultura clásica, metáfora del deseo y de la otredad. No nos extrañe que el director del film Jean Pierre Grumbach, se haya rebautizado Jean Pierre Melville, pues era un admirador de la literatura de Herman Melville, escritor estadounidense del siglo XIX, autor de la muy renombrada novela de signo oceánico Moby Dick (1851) obra maestra y un clásico de la literatura universal.
El director cinematográfico Jean Pierre Melville es realmente es el gran olvidado de la historia del cine francés en particular y de la historia del cine en general, de una manera más o menos injusta, ya que siempre está presente en la mente de los cinéfilos mediante ciclos e incluso ediciones impresas en revistas o libros, a pesar de que nunca se le haya considerado de una forma total y plena como se merece.
Coda.
El idealista capitán Werner Von Ebrennac encarna los valores supremos de la cultura humana: amor, entrega y desinterés. Contra su flaca voluntad se encuentra en el torbellino de una inmensa calamidad como creación humana, la guerra. Pero este conflicto tendrá dos escenarios muy distintos: la cordial Francia mediterránea y el pavoroso y descomunal frente ruso. A orillas del mar conoce el amor humano y se vincula a la cultura de la civilización francesa, una patria intelectual, como dijo Octavio Paz. Su último destino y quizás su destino final será el inmenso y descomunal frente ruso, en donde 25 millones de soviéticos perderán la vida y 4 millones de alemanes sufrirán lo propio.
Pidió el joven militar su traslado voluntario a un verdadero y espantoso infierno en la tierra, donde la Wehrmacht, poderosísima y eficiente maquinaria de guerra germana, morderá en polvo de la derrota en Stalingrado y Kursk.
¿Dónde y en cuál condición falleció Werner Von Ebrennac en aquel frente de guerra descomunal, de casi 2.000 kilómetros y pavorosas temperaturas muy por debajo del grado de congelación? Jamás lo sabremos, pero de lo que sí estamos seguros que sus últimos pensamientos fueron para su amada Jeanne ejecutando al abrigo de una chimenea un hermosísimo preludio de Bach.

Luis Eduardo Cortés Riera.

cronistadecarora@gmail.com
Santa Rita, Carora.
República Bolivariana de Venezuela.
7 de noviembre de 2023.

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