viernes, 5 de marzo de 2021

El Liceo Contreras del Doctor Rafael Tobías Marquís Oropeza, Carora 1914

CRONISTA OFICIAL DE CARORA: Doctor Rafael Tobías Marquís Oropeza 1882-1922

INTRODUCCION.

A comienzos del siglo XX el país comienza a vivir una época de estabilidad y de paz, luego del cruel y violento siglo XIX. En 1904 fue derrotada la última insurrección armada, la Revolución Libertadora. El viejo liberalismo fallecerá para siempre. Venezuela sufre del bloqueo de Alemania e Inglaterra, que con gran dignidad enfrenta Cipriano Castro. Cuando “El Cabito” viaja a Europa a practicarse una cirugía de próstata, su compadre Juan Vicente Gómez, lo aparta del poder en 1908. La población aplaude al nuevo gobernante y se inaugura un periodo de confianza y de expectativas en el nuevo régimen. Es la Luna de Miel” del gobierno, pues la terrorífica dictadura andina abrirá sus fauces después.

En Carora recibe el presidente Juan Vicente Gómez el apoyo de Chío Zubillaga y del Dr. Ramón Pompilio Oropeza para su aspiración de ser relegido presidente hasta 1914. El Jefe Civil del nuevo gobierno, general Juan de Jesús Blanco, le cae bien a los caroreños, se hará miembro del selecto Club Recreativo Torres y comienza a realizar importantes obras de interés público: en 1914 inaugura el nuevo acueducto que sustituye a la Cisterna Guzmán Blanco, el Parque Bolívar, la red telegráfica y la seguridad de que el Colegio Federal Carora, reabierto en 1911 tras una prolongada clausura sufrida desde 1900, siguiera descansando sobre la columna del Presupuesto Nacional.

Son los comienzos de la explotación petrolera en Venezuela, en tanto que en Europa el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, será el detonante de la más cruenta guerra sufrida por el género humano hasta entonces.

En la recoleta y muy católica ciudad de Carora, enclavada en el semiárido larense venezolano, recibe el bachiller José Herrera Oropeza, director del Semanario Labor, una correspondencia particular procedente de la novísima República de Panamá, en donde el brillante y destacado educador y agrónomo Rafael Tobías Marquís Oropeza anuncia el “plausible propósito” de establecer en Carora un Colegio para niñas. Para publicitar tal proyecto, el “ilustrado educacionista” caroreño lo anuncia a página completa en el Semanario Labor, el día 28 de septiembre de 1913, lo que de seguido analizamos y comentaremos después de un siglo de haberse anunciado tan importante iniciativa pedagógica destinada a la educación femenina.

POR QUÉ LICEO CONTRERAS.

La ciudad de Carora tuvo varios institutos de educación superior o de media durante nuestro turbulento siglo XIX. En 1890 nace al calor del “patriciado caroreño” el Colegio La Esperanza o Federal Carora, dirigido por el rector Dr. Ramón Pompilio Oropeza. En 1864 el licenciado Rafael Antonio Álvarez funda el Colegio de La Paz.

 Pero es el Dr. Ezequiel Contreras, médico egresado de la Universidad de Caracas y fundador del Colegio San Andrés en 1855, “Prócer de la Instrucción y de la Ciencia”, quien le da nombre al instituto del Dr. Marquís Oropeza creado en 1914. El Dr. Ezequiel Contreras morirá en Valencia en 1858 y con ese suceso luctuoso desaparece para siempre el Colegio por él fundado. Hogaño una de las calles principales de Carora lleva su nombre, así como una escuela primaria fundada en 1912.

CURRICULUM VITAE DEL DR. RAFAEL TOBÍAS MARQUÍS OROPEZA.

Abrió sus puertas el Liceo Contreras para la educación femenina, plantel de carácter particular o privado para la Educación Superior del “Segundo Sexo” en Carora el 6 de enero de 1914. Su Director y fundador fue el caroreño, Doctor en Agronomía, Rafael Tobías Marquís Oropeza, quien había egresado del Colegio Federal Carora el 13 de julio de 1898, al haber obtenido el título de Bachiller en Ciencias Filosóficas, y que luego fue a Caracas a estudiar agronomía en el Instituto Agrario, plantel fundado en 1904 por el trujillano Dr. Enrique Luppi, y posteriormente fue a trabajar como agrónomo y docente en colegios para señoritas en la recién instalada República de Panamá. Obtiene el título de Doctor en Agronomía en la ciudad de Nueva York en 1907 con una Tesis sobre la palmera industrial en el Istmo de Panamá. Su otro gran apasionamiento, como veremos, fue la educación y la pedagogía para las féminas, una herencia que viene de su madre Francisca Oropeza, directora del Colegio Santa Teresa para señoritas en 1896.

ANUNCIO DESDE PANAMÁ.

 Hace su anuncio el Dr. Marquís Oropeza de la apertura del instituto escolar en Carora desde la República de Panamá, en carta que envía a José Herrera Oropeza, director del periódico Labor, órgano impreso que contaba como Redactor al poeta tocuyano Alcides Losada, y como Administrador a Miguel Ángel González, tabloide que había nacido en 1911 en la ciudad de Carora y que convivía con un periódico diario llamado El Impulso, fundado en 1904 por el bachiller Federico Carmona.

Como buen hijo de su tierra, que luego lo decepcionaría, como veremos luego, el Dr. Marquís Oropeza regresa a su lar nativo, un rasgo muy caroreño, y anuncia por medio de la prensa, el Semanario Labor, la apertura de un Colegio para señoritas en un medio social marcadamente católico, machista y patriarcal.

LA PLANTA FÍSICA.

 El local destinado para aquel propósito educacionista del Dr. Marquís Oropeza fue la casa “cómoda y capaz” que acaba de construir Jacobo J. Curiel en la calle San Juan, miembro este caballero de la pequeña pero notable colonia sefardita asentada en la ciudad luego de los disturbios antijudíos que tuvieron lugar en la ciudad de Coro a mediados del siglo XIX. Como se habrá notado ni la educación oficial ni la particular tenían edificaciones adecuadas y destinadas para los fines educacionistas. Fue el presidente Cipriano Castro (1899-1908) quien dio inicio en Venezuela un plan sistemático de construcción de edificaciones escolares por parte del Estado.

ORIENTACIÓN FILOSÓFICA.

El fin principal del instituto a inaugurarse era “educar e instruir a la mujer para la vida práctica”, puesto que los altos conocimientos de tipo teórico y filosófico eran dictados en el Colegio La Esperanza o Federal Carora, instituto que era exclusivo para el sexo masculino. Era la llamada razón patriarcal que se expresaba de aquélla manera, que entendía que la mujer no tenía competencia para las ideas más elevadas del espíritu humano, como había establecido con certeza experimental la ciencia positivista del siglo XIX con y a través de una pseudociencia llamada craneometría,  quien demostró, según escribe Estephen Jay Gould, con base experimental la minusvalía intelectual femenina.

EL SISTEMA DE ENSEÑANZA CONCÉNTRICO.

 La enseñanza se impartía según el sistema concéntrico, o por capas, desde una más básica hasta una más compleja, siempre abarcando transversalmente los conocimientos y las aptitudes.  Consiste en examinar varias veces todo lo concerniente a un asunto, tema o a una disciplina. Cada vez se amplía y se profundiza el estudio anterior. Es un sistema que acusa una notable influencia del positivismo y el darwinismo evolucionista del siglo XIX. Hubo serios debates sobre este método, llamado también cíclico. La aritmética no puede ser enseñada bajo este método, pues ningún algoritmo es capa concéntrica de otro, señalaban sus detractores. Sus defensores sostienen que es un organizador grafico que presenta los contenidos de manera global, dando la sensación de todo, que mejora la comunicación oral y escrita y permite la interacción grupal en el aula. Es vieja discusión que nos llega hogaño, los inicios del tercer milenio. Marquís Oropeza sostiene que este sistema es el que mejores resultados ha producido en el mundo entero.

Mi amigo, el profesor Mg. Sc. en Historia, Taylor Rodríguez García dice que el fundador del Liceo Contreras introdujo las ideas de la Escuela Nueva de John Dewey (1859-1952) en Carora, pues las había conocido durante su estadía en Nueva York cuando se iniciaba el siglo XX.

LOS DOCENTES ESCOGIDOS.

Los docentes, “escogidos entre lo más honorable de nuestra sociedad”, que atendían a las señoritas y niñas de entre 12 y 20 años, en la modalidad internas y seminternas, eran el muy conservador reverendo padre Pedro Felipe Montesdeoca, el doctor en abogacía Ramón Pompilio Oropeza, director del Colegio Federal Carora, el bachiller, nativo de Siquisique, Rafael Lozada, señora Doña Felipa B. de Yépez, señorita Virginia Silva, señor Don Juan A. Arapé, señorita María Perera, señorita María Leonor Herrera.

El Colegio tendrá tres secciones, se anuncia en el periódico Labor de José Herrera Oropeza: kindergarten, Preparatoria y Curso Superior o de secundaria. Tenía un reglamento interno, del que no hemos conseguido un ejemplar.  Era una empresa de carácter privada o particular y cobraba una mensualidad de 20 bolívares para la secundaria, tres bolívares para el Kindergartin y cinco bolívares para la Escuela Preparatoria. El internado era atendido por la familia del Dr. Marquís Oropeza.

Había cierta renuencia de los padres de familia de aquella conservadora y ultracatólica ciudad para inscribir a sus muchachas en el Liceo Contreras, pero una vez que se distribuyó el Reglamento Interno de la institución los temores se apaciguan.  Sin embargo tenemos en nuestras manos un documento precioso que apareció en el Semanario Labor, el 28 de septiembre de 1913 y que nos ayuda a comprender el sentido de la educación femenina en la Venezuela de hace más de una centuria:

PROYECTO DE UN COLEGIO PARA SEÑORITAS.

EL Dr. Marquís Oropeza se presenta como profesor titulado, con ocho años de experiencia, pues había laborado la docencia para señoritas en la ciudad de Panamá. Dice tener los más modernos principios de la pedagogía. Se compromete a impartir una enseñanza cónsona con las necesidades del medio social, que no eran otros que los de la clase del “patriciado caroreño”, clase social con rasgos de casta que ha ejercido una verdadera hegemonía ideológica y cultural en esta remota ciudad del semiárido del occidente venezolano.

Sin embargo, dice el Dr. Marquís Oropeza, que “impartirá conocimientos científicos, literarios y artísticos que ponga a las señoritas en capacidad de ejercer las funciones de la vida práctica”, es decir la vida de hogar y al completo servicio de su esposo y de la educación de su prole. Las mujeres no tenían otra opción en aquella Venezuela machista y violenta que entregarse a la vida doméstica o monjil por el resto de sus vidas.

EL COMPROMISO DEL DR. MARQUÍS OROPEZA.

Se compromete el Dr. Marquís Oropeza a servir en la dirección del Colegio un tiempo no menor de tres años, al cabo de los cuales garantiza que las niñas habrán terminado su educación.  Pide para cumplir este compromiso que sea un mínimo de 25 niñas las que se inscriban a 20 bolívares cada una y que permanezcan en el Colegio dos años por lo menos. Para ingresar al instituto sólo se requieren los conocimientos que se adquieren en una escuela elemental. En ese entonces estaban en funcionamiento 11 escuelas en Carora, de las cuales dos eran exclusivas para niñas. Es notable que con unas 8.500 habitantes tuviera esa ciudad tan importante número de centros educacionistas.

Anexos al Colegio se fundarán una Escuela Preparatoria y un Kindergartin (sic) o jardín de infancia, los cuales estarán bajo la inmediata vigilancia del Director. Y, cosa casi increíble, se compromete Marquís adquirir los útiles escolares a través de un fondo con parte del dinero que produzca la institución. Las obras didácticas y de enseñanza, propiedad del Dr. Marquís Oropeza, estarán al servicio del Colegio.

 “La duración del curso superior será de tres años, al cabo de los cuales las alumnas que hayan pasado todas las asignaturas, recibirán un certificado de competencia que se someterá a la aprobación de la autoridad respectiva”.

Cada alumna tendrá un boletín de calificaciones mensuales. Más adelante dice el Proyecto: “Aunque la pedagogía moderna no recomienda mucho la práctica de los exámenes como medida de estímulo para las alumnas tendrá lugar al fin de cada año escolar un examen público que versara sobre cada una de las asignaturas. Dichos exámenes serán orales y escritos.

PLAN DE ESTUDIOS:

Obsérvese que en este Plan de Estudios del Liceo Contreras no aparecen las asignaturas que dominan en la enseñanza secundaria masculina que se dictaban en el Colegio Federal Carora, tales como Latín, Griego, Filosofía Elemental, Retórica, pues se consideraban propias y adecuadas a la mentalidad masculina.

Castellano Gramática, Lectura, Composición y Dictado. 5 horas semanales.

Matemáticas. Aritmética y Nociones de Algebra y Geometría. 4 horas semanales.

Ciencias Naturales. 2 horas semanales.

Física y Química, dos horas semanales.

Historia. Una hora semanal.

Geografía y Cosmografía. Una hora semanal.

Gimnasia. Dos horas semanales.

Dibujo. Dos horas semanales.

Canto. Dos horas semanales.

Francés o Inglés. 1 hora semanal.

Economía Doméstica. Una hora semanal.

Fisiología e Higiene. Una hora semanal.

Pedagogía. Una hora semanal.

Todas las asignaturas, a excepción de las Matemáticas, serán dictadas por el Dr. Marquís Oropeza. Los docentes de Kindergartin y de la Escuela Preparatoria serán servidos por profesores escogidos por el Director con la aprobación de los padres o encargados de las niñas.

FUNCIONAMIENTO DEL COLEGIO:

Los días lectivos serán los lunes, martes, miércoles, viernes y sábados por la mañana. Las clases comenzaran a las 7 am. Y se suspenderán a las 11 am. Para reanudar a las 2 pm, terminando a las 4 pm. Entre una clase y otra habrá un intervalo de 19 minutos de receso.  “No se exigirá a las alumnas libros de texto, sino tan solo una libreta o cuaderno, un plumario (sic) y un lápiz. El Director cederá de su propia biblioteca las obras que a su juicio sean útiles a las niñas como obras de consulta, pero en ningún caso permitirá que se usen para aprenderlos de memoria”, advierte el Dr. Marquís Oropeza. Parece que el “caletre” es un antiguo y pernicioso hábito, muy común entre párvulos y docentes de Venezuela y de la cultura de habla castellana.  Habría que rastrear cómo se comienza a utilizar entre nosotros esta palabreja tan utilizada en nuestros medios académicos.

EVALUACIONES.

Habrá dos clases de calificaciones: de conducta y de aprovechamiento. Las de conducta serán comunicadas a los padres o encargados al fin de cada semana, y las de aprovechamiento el último de cada mes. Las evaluaciones eran numéricas e iban del uno al veinte.

El Dr. Marquís Oropeza deseaba que la comunidad se involucrara en el proceso de enseñanza-aprendizaje e invitaba a que asistiesen a las clases las “personas capaces” a fiscalizarlo siempre que vayan “movidos por sana intención”. También invitaba a padres y ascendientes para que con la mayor frecuencia posible visiten el plantel y aprecien por sí mismos el adelantamiento de las alumnas. ¡Qué lecciones para el presente nos da nuestro olvidado pasado educativo!

Y ya para finalizar, el Proyecto del Colegio para Señoritas dice: “El Colegio celebrará con la mayor frecuencia actos literarios y otras fiestas escolares, propias para despertar en las educandas estímulos y hábitos de sociedad”. El famoso Manual Carreño (1853) era entonces texto fundamental para formar ciudadanía y buenos hábitos en sociedad. Y todavía lo es, no sólo en Venezuela sino en Hispanoamérica.

LAS ALUMNAS DEL LICEO CONTRERAS.

Las señoritas que se inscriben en la institución pertenecen en su mayoría al “patriciado caroreño” son María Perera Álvarez, Rosa María Perera Álvarez, María Auxiliadora Álvarez, Atala Oropeza Riera, Carmen Elena Montesdeoca,

En 1928, ya fallecido el Dr. Marquís Oropeza en Valera, Estado Trujillo, como veremos más adelante, encontramos cursando estudios a  las “damitas de la sociedad” Margot Álvarez, Elisa Zubillaga, Lucila Álvarez, petra Mercedes Álvarez, josefina Pérez Riera, emérita Acosta, Josefina Herrera Oropeza, Flor Demartini, leoncia Castañeda, Sara Arispe, Dora Marquís Herrera, Blanca Victoria Fajardo, María Álvarez Yépez.

LA REVISTA MINERVA.

Resulta maravilloso que el Liceo Contreras haya tenido un órgano informativo: Minerva. Revista Científico Literaria, que nace el 9 de enero de 1914 y tiene una orientación feminista, lo que resulta sorprendente en una tierra dominada por el patriarcado y el machismo. Simone de Beauvoir se habría sentido deslumbrada de haberla conocido. Su junta administradora estaba constituida por féminas. Recordemos que Minerva es la diosa griega de la sabiduría y el conocimiento. Allí aparecen los primeros escritos de quien más tarde habría de ser nuestro gran ensayista, el merideño Mariano Picón Salas.

La diosa Minerva fue un arquetipo que escogieron los feministas de hace una centuria en los países anglosajones para orientar sus aspiraciones emancipatorias y la lucha contra el androcentrismo: el derecho al voto y a la propiedad, igualdad en el matrimonio. Estas ideas que el Dr. Marquís Oropeza asimila durante su estadía en los Estados Unidos y la ciudad de New York, habrían de levantar en la recoleta ciudad del Carora los más virulentos comentarios.

MARQUÍS OROPEZA ABANDONA CARORA:

Toda una serie de incomprensiones y comentarios adversos, malintencionados, determinan que el director del Liceo Contreras dejara la ciudad en 1921 y se dirigiera a la localidad de Valera, ciudad donde abre un instituto similar al que bautiza Colegio Padre Rosario, Instituto Superior de Educación Femenina, con educación normalista y pedagogía, pero la muerte le sorprende en 1922 cuando apenas contaba con 40 años. Cecilio Zubillaga Perera dice que fue un error garrafal y supino dejar que el Dr. Marquís Oropeza, un incondicional de la cultura y de la emancipación de la mujer, nos abandonara. En 1923 sus restos mortales fueron traídos a Carora, donde el pueblo le rinde emocionada gratitud a su obra y memoria.

SE EXTINGUE EL LICEO CONTRERAS.

Cuando el Dr. Marquís Oropeza abandona la “levítica ciudad de Carora” en 1921, deja en otras manos su plantel de educación secundaria, el cual ahora, sin su timonel y fundador, continua sus labores hasta que expira definitivamente en1935, el mismo año en que muere el dictador Juan Vicente Gómez. Apenas pudo sobrevivir este instituto particular 20 años, y que en su corta existencia no consigue apoyo del gobierno del sátrapa andino. Pero no todo fue infortunio pues del Liceo Contreras se desprenderán dos planteles: La Escuela Marquís para varones dirigida por María Auxiliadora Álvarez, y la Escuela Contreras para niñas dirigida por Dora Marquís, a lo que debemos agregar que el Dr. Ramón Pompilio Oropeza, maestro de Marquís Oropeza, abre la oportunidad de que el “segundo sexo” curse estudios secundarios en el Colegio Federal Carora en 1931. No fue en vano, pues, el esfuerzo emancipador de las féminas del Dr. Marquís Oropeza.

CODA

La heteróclita ciudad de Carora tiene un rasgo singular, y es que expulsa de su seno a las personas que  resultan incomodas a la “godarria  o patricios caroreños”: en 1859 es sacado a lomo de burro y en posición invertida el fraile Aguinagalde, el de la maldición que lleva su nombre. A comienzos de siglo XX, en 1911, fue extrañado de la ciudad del Portillo el presbítero doctor Carlos Zubillaga, un adelantado de la Teología de la Liberación. El puertorriqueño Edmundo Jordán se ve conminado salir de Carora en 1948 por su condición de evangélico y protestante en una ciudad gobernada en el siglo XX por las ordenanzas del Concilio de Trento del siglo XVI.

Al Dr. Marquís Oropeza le toca igual destino al tratar de introducir en nuestro medio conservador y pacato ideas que harán eclosión más tarde, en la década  de los años 1960, la emancipación de la mujer acompañada de las píldoras anticonceptivas, a lo que debemos agregar que enseña en su plantel las teorías darwinianas y evolucionistas del positivismo y las teorías pedagógicas de la Escuela Nueva de John Dewey. No era el escenario adecuado y propicio para tan audaces ideas, las que vinieron a imponerse décadas después, con lo que queda claro que nuestro tiempo hispanoamericano no coincide con el tiempo del mundo anglosajón y protestante europeo y norteamericano, según sostiene Octavio Paz.

REFERENCIAS.

Bibliográficas:

Beauvoir, Simone. El segundo sexo. Editorial Cátedra. Madrid, España, 2017.

Cortés Riera, Luis Eduardo. Del Colegio La Esperanza al Colegio Federal Carora, 1890-1937. Fondo Editorial de la Alcaldía del Municipio Torres, Fondo Editorial Buría. Carora, 1997.

Cortés Riera, Luis Eduardo. Doctor Rafael Tobías Marquís Oropeza, 1882-1922, científico, educador y feminista caroreño. Carora, Venezuela, 2016. Disponible en internet.

Cortés Riera, Luis Eduardo. Iglesia Católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora, siglos XVI al XIX. Universidad Santa María, Caracas,2003.

Gould, Stephen Jay. La falsa medida del hombre. Ediciones Orbis, S. A. 2007.

Rodríguez García, Taylor Tone. Rafael Tobías Marquís Oropeza, 1882-1922. Meritorio y talentoso joven maestro al servicio de la cultura larense. Barquisimeto, Venezuela, 1997.

Hemerográficas.

Semanario Labor. Año II. Mes VIII. Carora, Estado Lara, Venezuela. Septiembre 28 de 1913.

Testimoniales.

Lic. M E Luis Eduardo Mora Santana. 2008.

Abog. Gerardo Pérez González. 2009.

Lic. M E Irene Zerpa Gimón. 1999.

Luis Eduardo Cortés Riera.

cronistadecarora@gmail.com

 

 

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