lunes, 18 de noviembre de 2013

Historieta sobre La Candelaria

“Sé que llegarás a la cumbre”
Chio Zubillaga en carta a Alirio Díaz

En 1938, a la luz de una lámpara de querosén, un muchacho criador de chivos y con apenas tercer grado de instrucción, escribe una pequeña obra historiográfica en dos tomitos sobre la aldea que lo vio nacer en 1923, allá en el vientre profundo de la mítica  y legendaria región de la Otra Banda, al oeste de la antigua ciudad de San Juan Bautista del Portillo de Carora. Le da el significativo título de “Historieta sobre La Candelaria y Documentos Biográficos”, una suerte de pesquisa e indagación histórica afincada en la tradición, en la oralidad y en los datos que le proporcionan las mismas casas, el pozo tubular y el pequeño templo religioso.
Se llama Alirio Martín Díaz Leal el retoño de Herodoto, quien con su puño y letra escribe una historia, adornada de ingenuas ilustraciones, de aquel poblado semianalfabeta que apenas cuenta con 600 almas, pero que está poseído por el embrujo de Orfeo de forma excepcional y milagrosa. El joven se cree tomado por la diosa Clío, pero lo que no termina de entender es que su destino estará marcado por el dios Orfeo y su lira.
Una madrugada decide escapar del seno paterno, pues su madre sabía de sus intenciones. No se va detrás del espejismo petrolero zuliano. Quiere ir tras las humanidades, la filosofía y la historia, que tienen su asiento-él lo sabe por las lecturas de los impresos El Diario de Carora, Cantaclaro y Tío Conejo- en la culta ciudad del Portillo. Entre sus pertenencias, colocadas en una pobre caja de cartón, pone su ropita y los dos tomitos de su trabajo de indagación histórica. Su intención es la de mostrárselo a Cecilio “Chío” Zubillaga para que lo acepte en su círculo de sus discípulos. El Maestro de las juventudes caroreño lo desestimula diciéndole: “vas a pasar mucha hambre con las humanidades, eso te va a costar mucho dinero”. ¿Cómo fue posible aquel juicio del Maestro? Chío lo había visto interpretar una pieza de Franz Schubert que tocaba de memoria  Alirio y que había oído en una vieja ortofónica  “garcíamarquiana” en su lar nativo.
Fue allí cuando Chío toma una decisión tan maravillosa como inesperada. Le escribe a su amigo trujillano, el extraordinario y autodidacta músico Don Laudelino Mejías, a quien le pide acoger entre sus enseñanzas y claves de sol al joven caroreño. Así pues que quien educa al delgaducho y tímido joven, lo  prepara para leer y escribir música, así como la ejecución del clarinete y el saxofón es el insigne autor de “Conticinio”. Tenía Alirio casi 20 años de edad. Antes de su estadía en la andina Ciudad Portátil, Díaz Leal solo tocaba de “fantasía”. De Trujillo irá a completar su aprendizaje a Caracas y de allí, como todos sabemos, a España e Italia. Raúl Borges, Regino Sainz de la Maza y Andrés Segovia serán sus eminentes mentores.
De modo pues que la “Historieta sobre La Candelaria” será un proyecto escritural postergado. Verá su culminación muchos años después cuando Alirio escribe “Al divisar el humo de la aldea nativa”, en 1984, un trabajo de fuerte contenido evocativo, un ejercicio de la memoria afincado en su infancia y adolescencia en la Otra Banda semiárida, cantarina y xerófila. Es por estos años ya un Maestro Universal del instrumento de las seis cuerdas.
“Historieta sobre La Candelaria” ha sido editada por la Alcaldía del Municipio G/D Pedro León Torres Arriechi, por iniciativa del Alcalde  Edrar Carrasco, en ocasión de estarse celebrando los 90 años, el 12 de noviembre de 2013, de este genial músico venezolano y universal. Todos estos actos magníficos y brillantes se realizaron conjuntamente con la edición XVIIª del Concurso Internacional de Guitarra Alirio Díaz, ganado en esta ocasión por el mexicano Carlos Viramontes. 
Forma parte este libro de la Serie Personajes y Autores Caroreños, Nº 3, Fondo Editorial Alí Lameda. Su distribución es totalmente gratuita. Los textos fueron transcritos y corregidos por la doctoranda  en Cultura Latinoamericana y Caribeña, mi adelantada discípula,  Isabel Hernández Lameda, en tanto que la diagramación y diseño corrió a cargo del talentoso joven Víctor Jesús Carrasco. A quien escribe, Cronista Oficial de Carora, le tocó la honrosa misión de hacerle un estudio introductorio a tan relevante documento, el cual se ha constituido, en mi opinión,  en el pasaporte a la universalidad del joven candelarense.

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