sábado, 16 de diciembre de 2017

La Congregación de Hermanas Dominicas de Mérida

Colegios Santa Catalina de Sena y Nuestra Señora del Rosario de Carora, Estado Lara,  Venezuela,1944-1990
Cuando despuntaba el siglo pasado, en 1900, una joven religiosa de apenas 29 años, funda la Congregación de Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima en la aristocrática ciudad de Mérida, Venezuela. Su nombre: Georgina Josefa del Carmen, hija del Dr. Foción Febres Cordero y de Georgina Troconis. Vino al mundo el 16 de noviembre de 1861, cuando el país se desangraba, lleno de odio y de miserias durante la fratricida Guerra Federal.

Su padre fue un eminente hombre de letras, abogado, y quien ejerció la rectoría de la Universidad de Los Andes en 1872. De entre sus hermanos más conocidos figuran el historiador y tradicionalista Don Tulio Febres Cordero, Rector Honorario de la Universidad emeritense en 1936. Dos presidentes de la República de Ecuador son sus allegados: León Febres Cordero y Oberto (+1872), y León Febres Cordero Ribadeneyra (+2008).
Su vocación religiosa se manifestó en uno de los tiempos más difíciles para la Iglesia venezolana, los gobiernos del Ilustre Americano, el Presidente Antonio Guzmán Blanco, enemigo declarado de todo lo clerical, posición que estaba en correspondencia con su ideario filosófico positivista y su grado de venerable masón. Durante el llamado Septenio (1870-1877) confiscó los bienes eclesiásticos, decretó el cierre de los conventos religiosos femeninos e intentó crear una Iglesia separada de la Santa Sede romana. Nada de esto logró desanimar a nuestra jovencita merideña firme en sus convicciones y creencias.
La situación familiar no era menos incierta, pues su padre, ya viudo desde 1873, creyó inconveniente que su hija entrara como novicia a las Hermanas Clarisas en Mérida, pues ello significaba dejar de lado los cuidados del hogar y de sus numerosos hermanos menores. La “ciudadela entre las nieblas”, como llamó Mariano Picón Salas, era una localidad de afincadas y antiguas tradiciones religiosas, un catolicismo de masas que aun se mantiene con vigor y aliento y que se manifiesta en buena parte del año. Por ello  y por su temple vocacional Georgina resistió con denuedo y  su recio temperamento el furioso y encrespado anticlericalismo del gobierno guzmancista. Mérida podía resistir tal ataque por su afincado catolicismo, pues fue desde 1778 Sede Episcopal. Fue el Obispo Ramos de Lora quien crea el Seminario de San Buenaventura en 1785 para educar al clero masculino, tal institución es la raíz de la eminente y esclarecida Universidad de Los Andes de nuestros días.
Una vez que el general Guzmán Blanco desaparece de la escena política, comienza a decrecer paulatinamente el enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado venezolano. El presidente Rojas Paúl (1888-1890) permite el regreso de las Órdenes religiosas femeninas, tales como las Hermanas de San José de Tarbes, ayudó a la conformación de las Hermanitas de los Pobres de Maiquetía, congregación creada por el Padre Machado y la Hermana Madre Emilia (1888). La  ruptura de Rojas Paúl con su antiguo protector, Guzmán Blanco, fue total y consumada.
 Georgina se incorpora a la congregación de Santa Ana y atiende con afecto solícito a los enfermos en el hospital San Juan de Dios, Mérida. Algunas de estas religiosas regresan a España por estos días, no así algunas religiosas venezolanas que deciden quedarse en su lar de nacimiento, de entre los cuales destacan la hermana Georgina Febres Cordero, Julia Picón Febres, Herminia Viloria e Isabel Uzcátegui, quienes solicitan a la Diócesis emeritense una autorización para separarse  de la Congregación de Santa Ana. Fue el 19 de agosto de 1898. Este acontecimiento se constituye en el antecedente de la Orden que decide tomar por nombre Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Rosa de Lima, quienes el 15 de octubre de 1900 reciben el Reglamento Institucional. La primera Superiora General es nuestra Hermana Georgina Febres Cordero.
Este acontecimiento memorable en nuestros anales religiosos y educativos tuvo lugar en momentos en que le Iglesia Católica universal se abría al problema social, que era un ardiente asunto de suma urgencia en la europa de fines del siglo XIX. Por un lado la cuestión obrera y la dramática explotación a la que eran sometidos los trabajadores por los capitalistas; por el otro la rápida difusión de las ideas del socialismo científico en los ambientes industriales. Era, como se podrá observar, unas amenazas que había que resolver cuanto antes.
Le tocará al papa León XIII asumir tan grande reto, recogiendo las enseñanzas del Concilio Vaticano I, cuando da a conocer al mundo su famosa Encíclica Rerum Novarum en 1891, el cual se constituye en el primer documento social de la Iglesia. La Encíclica llamaba a los obreros a organizarse, apoya la propiedad privada, abogaba por el diálogo Estado, empresarios, trabajadores y la Iglesia. Y, por supuesto, alerta los peligros de la pérdida de la fe en un siglo materialista, animado de forma dogmática  por la idea de progreso e inclinado de forma peligrosa a la ciencia natural: las ideas de la evolución de las especies de Charles Darwin, la negación de toda metafísica por la filosofía de Comte, Spencer, Renan, entre otros. El siglo que moría creyó haber puesto término a todas las creencias e irracionalidades que venían del pasado y anunciaba una era de libertad al desprenderse las mentes de los hombres de toda autoridad, que no era otra que la de la Iglesia.
En nuestro país, tales ideas fueron comenzadas a discutirse en los ambientes universitarios, tales como la Universidad de Caracas, donde el alemán Adolfo Ernst y el venezolano Rafael Villavicencio abogan por la enseñanza de las ciencias naturales y desde ellas, siguiendo sus métodos, aplicarlos al mundo social. La reacción de los círculos eclesiales no se hizo esperar. Se  abre un debate entre las posiciones creacionistas y materialistas-darwinistas que tuvo por escenario la prensa y los periódicos. Desde las páginas del diario La Religión las enfrenta de forma tenaz y decidida el Arzobispo de Caracas, Monseñor Castro, el padre Crispín Pérez, entre otros.
En la ciudad natal de la Congregación de las Dominicas el positivismo será difundido  por una vasta obra de sociología, antropología, historia y literatura por dos eminentes hombres del saber: Julio César Salas (+1933), y el hermano de nuestra religiosa Madre Georgina Tulio Febres Cordero (+1938) en las aulas de la Universidad emeritense de comienzos del siglo pasado.
Bajo la amorosa y decidida dirección de tan excepcional mujer la Congregación comienza un proceso rápido de expansión por el país. En 1900 ya atienden con fervor y apasionamiento el Asilo San Juan de Dios, en 1904 el Asilo San Antonio en San Cristóbal, el Hospital Padre Justo de Rubio (1904), el Asilo Reverend de Trujillo (1917), la Casa San José de la Sierra, Mérida, 1918, el Hospital San Antonio, La Grita, 1930,el Hospital San José, Tovar, 1931, el Colegio Nuestra Señora del Rosario, Rubio, 1931, el Colegio Santa Rosa de Lima, La Grita, el Hospital Los Andes, Mérida, 1936, el Colegio Nuestra Señora del Rosario, Boconó, 1938, el Instituto Coromoto, San Cristóbal, 1941, Colegio Santa Catalina de Siena, Carora,1944,  en Carora, 1944, la Betania de la Virgen de Coromoto, San Juan, 1944.
La madre Georgina muere en su Mérida natal el 28 de junio de 1925, tras larga y dolorosa enfermedad iniciada en 1908. Al año siguiente, en 1909, debido a la fragilidad de su salud, debió pasar a su prima y cofundadora de la Congregación, la Madre Julia Picón, el mando de la novel Orden religiosa.
La madre Georgina comenzó 80 años después de su tránsito a la otra vida su proceso de su beatificación en el año 2005 en la ciudad emeritense. La madre Georgina se despidió del mundo terrenal dejando un halito de santidad y amor en el corazón de los venezolanos, en especial en los estados andinos, lugares de la inicial expansión y consolidación de la muy prestigiosa Congregación dedicada a la atención de los enfermos, la caridad y a la educación.

Superioras Generales de la Congregación:
1900-1909 Madre Georgina Febres Cordero. Fundadora.
1909-1923    Madre Julia Picón. Co-fundadora.
1923-1931 Madre Luisa Lares.
1931-1937 Madre Isabel Uzcátegui.
1937-1940 Madre Gertrudis Bustamante.
1940-1946 Madre Catalina Arria.
1946-1958 Madre Emilia Baptista.
1958-1964 Madre Fides González.
1964-1976 Madre Emilia Baptista.
1976-1988 Madre Sofía González.
1988-1994 Sor Bienvenida Orozco.
1994-2000 Sor Sofía González.

 Carora que recibe a las Hermanas Dominicas.
Carora de mediados del siglo XX tenía una población cercana a los 8.000 almas, heredera de una tradición en las prácticas y el culto del catolicismo que venía desde la Colonia. En 1918 el padre Carlos Borges la llamó “Ciudad levítica de Venezuela”, ello por la extraordinaria cantidad de sacerdotes nacidos en estas cálidas tierras del semiárido larense. Es por esa razón que su iglesia parroquial de San Juan Bautista jamás ha quedado acéfala por falta de cura, lo cual es verdaderamente excepcional. Es de hacer notar que ya en el genésico siglo XVI había ya sacerdotes nacidos acá. Podríamos afirmar que más de 160 curas han nacido en Carora, de entre los cuales destacan cinco obispos, uno de ellos candidato a subir a los altares, Monseñor Salvador Montes de Oca, asesinado por los nazis en 1944.
Pero lo que contribuyó de manera decisiva a crear una atmósfera religiosa en la ciudad del Portillo fue el preponderante papel que jugaron las hermandades y cofradías, unas estructuras de solidaridad de base religiosa, de entre las cuales destaca la del Santísimo Sacramento, fundada en 1585 por los fundadores de la ciudad. Fue un fenómeno masivo, verdaderamente popular el de las “entradas” a las distintas cofradías caroreñas. Con tal adscripción el hermano recién inscrito tenía asegurada su emergencia rauda del Purgatorio, ese tercer lugar distinto al Cielo y al infierno que no tiene base bíblica. Además, los hermanos socorrían a los cófrades enfermos, atendían a las viudas y huérfanos, lo que se constituía de tal forma en una suerte de primitivo seguro social auspiciado por la Iglesia.
Estas hermandades también poseían sus activos, unas posesiones territoriales llamadas “Haciendas de las Cofradías del Montón”, extensos parajes ubicados al oeste de la ciudad en la vía al Lago de Maracaibo. Allí laboraban unos 160 esclavos en la cría y la ganadería. En 1776 en visita pastoral a Carora el Obispo Mariano Martí, obtuvo de tales haciendas los recursos para crear las dos primeras escuelas para niños y pagar los docentes.

Ha sido, pues, la ciudad centro de un antiguo espíritu devoto, que se manifiesta en las multitudinarias semanas santas y el masivo recibimiento que se les hizo a los obispos en sus visitas pastorales. Como si todo esto no bastara, se han creado varios imaginarios religiosos, tales como el de la Virgen india de la Chiquinquirá de Aregue, la Leyenda del Diablo, y la no menos célebre Maldición del fraile.
Un rasgo social muy marcado tiene la ciudad, la existencia de una clase social dominante, de origen peninsular y canario que domina la vida económica, social y cultural hasta los días de hoy. Son los llamados “patricios caroreños”, “caras colorá” o “blancos de la Plaza”, un grupo de familias que practican una endogamia familiar y religiosa notable, las que mencionaremos seguidamente:  Alvarez, González Franco, Gutiérrez, Herrera, Meléndez, Montes de Oca, Oropeza, Perera, Riera, Silva, Yépez y Zubillaga. Este pequeño y selecto grupo de personas que ocupa el vértice de la pirámide social, no solo crea escuelas primarias, institutos de secundaria, periódicos, clubes y asociaciones, haciendas ganaderas, solventes casas comerciales, hospitales y casas de caridad, sino que también ocupan los escenarios de la religión, esto es, las vocaciones sacerdotales, las cofradías y hermanades, el culto religioso.
Los “patricios caroreños”, la expresión es de Ambrosio Perera, vivían y viven en el casco viejo de la ciudad, hoy llamada Zona de valor histórico y colonial. Los jefes de familia de este sector en un 44 % tenían ingresos superiores a 1.000 bs. y más , a lo que se agrega que era el asiento de los principales establecimientos comerciales e industriales, cuyos propietarios residen con sus familias en esta zona. En el nivel educacional encontramos que el 66 % había realizado estudios primarios, 30 % de educación secundaria o especial, y un 4 % universitarios. El resto de la ciudad no gozaba de tales ingresos y de nivel educativo. Nos estamos refiriendo a Barrio Nuevo, Pueblo Aparte, Torrellas, Trasandino y Carorita.
Es a este escenario, descrito someramente, donde son recibidas con entusiasmo y fervor la Orden de las Hermanas Dominicas de Mérida en 1944, invitadas a instalarse en Carora por este reducido número de personas, pero que tiene una gran iniciativa, así como contactos e influencias en buena parte del país. Pero son dos ganaderos de apellido Herrera Zubillaga, Teodoro y Carlos los que se muestran más animosos y decididos a darle respaldo a las Hermanas Dominicas a abrir un colegio de niñas y señoritas en Carora.
En la Levítica ciudad de Venezuela, Carora, la Congregación  fundó, como hemos dicho, el Colegio Santa Catalina de Sena en 1944, gracias a las diligencias y al aporte dinerario, entre otras personas, de Don Teodoro Herrera Zubillaga y su hermano Carlos. Luego se le colocó, en 1957, el nombre de Colegio Nuestra Señora del Rosario, Patrona de la ciudad del Portillo de Carora. Comenzó su labor pedagógica en la casa que hoy ocupa Adolfo Álvarez, en la calle Lara, esquina de la calle Ramón Pompilio Oropeza, en una casona ubicada en la actual Zona de Valor Histórico y Colonial. Un rasgo distinguía al recién fundado Colegio, el de otorgar becas de estudios a niñas de los sectores deprimidos socialmente en una ciudad en donde existía y aun  pervive de forma atenuada una separación de castas total, que bien podríamos llamar territorial, según palabras de Ambrosio Perera. El otro colegio de educación religiosa, pero masculina, se estableció en la ciudad de Carora en1951 con la llegada de los Reverendos Padres Escolapios venidos de España, quienes huían de la oprobiosa dictadura del general Francisco Franco.
 Don Teodoro era miembro de una antigua familia de origen canario, Isla Gomera, llegados a Carora en 1776. Sus padres fueron Ramón Herrera y Rosa María Zubillaga. Nació en enero de 1904. Pertenecía a la añeja Cofradía del Santísimo Sacramento, fundada en 1585; hizo sus estudios secundarios en el Colegio La Esperanza o Federal Carora, instituto que dirigía un laico comprometido, diríamos hoy: el Dr. Ramón Pompilio Oropeza; fue un hombre  de rasgos filantrópicos, pues repartía entre las familias más pobres y desvalidas carne y leche y otros alimentos. Miembro del selecto Club Torres. Era, como se verá,  un acaudalado miembro de las familias patricias caroreñas, poseedor de una probada fortuna, pues poseía la Hacienda Santa Rosa, Las Antías y el Fundo Don Benito, lugares donde se experimentó con éxito el Ganado Tipo y luego Raza Carora, Patrimonio Genético de Venezuela. Contribuyó a crear la Sociedad Regional de Ganaderos de Occidente (SORGO) en 1946. El año 1954 fue de extremada alegría en su vida pues funda en tal año la procesadora y pasteurizadora Leche Carora, al tiempo que su nombre se le coloca al Parque Ferial de la ciudad, proposición que hizo el gremio ganadero mencionado. Eran, como se notará, los años de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.
 Uno de sus numerosos hijos será Eduardo Herrera Riera, el cual se ordena de sacerdote en Chile en 1951,  ocupa funciones de párroco en la iglesia de San Juan, el obispado de Guanare, y quien a la postre será el primer Obispo de la Diócesis de Carora, creada en 1993, asumiendo  su cargo en 1994 hasta su retiro en 2003.
Inicios del Colegio Santa Catalina de Sena en Carora.
Este renombrado Colegio de religiosas venidas de los Andes venezolanos dedicado con verdadera devoción y cariño a la instrucción de niñas y jovencitas, fue fundado en Carora en septiembre de 1944, a finales de la Segunda Guerra Mundial, en los años finales del gobierno del presidente Isaías Medina Angarita (1941-1945). Fue su primera Directora en el año escolar 1944-1945 Sor Francisca Bauste, la cual fue acompañada en los inicios del colegio por otras religiosas: Sor Consuelo del Amor de Dios, Sor Caridad de San Juan Luis de Gonzaga y Sor Estela del Agnus Dei.
Al año escolar siguiente continuó como Directora Sor Francisca Bauste, acompañada de la misma plantilla inicial de religiosas dominicas. Estas empeñosas y perseverantes mujeres, guiadas por el espíritu de Santo Domingo de Guzmán (1170-1221), religioso español, comenzaron a dar instrucción y enseñanzas morales a las siguientes niñas de Primer grado de educación primaria de la manera que se verá de contínuo:
Gertrudis Chávez, Alba María Chacón, Hilda Margarita González, Rosario Gutiérrez, Carmen Atala Perera, Carmen Socorro Herrera, todas caroreñas y quienes presentaron sus exámenes generales el 4 de julio de 1945, en presencia de un Jurado compuesto por Evangelina de Rosas, Petra Elíes de Alvarez, Sor Consuelo del Amor Divino, Sor Francisca Bauste, la primera Directora del Colegio.
Para presentar estas mismas evaluaciones en Segundo grado el mismo día 4 de julio de 1945, presentaron sus pruebas Ermila Alvarez, María Auxiliadora Florido, natural de Jabón, Gema Herrera, Aura Marina Oropeza, Graciela Prado, oriunda de Baragua, Josefina Rodríguez, Blanca Silva, Teresita de Sisirucá. Actuaron en esta oportunidad como Jurados Sor Francisca Bauste, Belén Alvarez Yépez, Carmen Josefina Arispe.
Para rendir exámenes de Tercer grado se presentaron las niñas Omaira Bracho, natural de San Francisco, Petra María Carrasco, oriunda de Muñóz, Blanca Elena Chávez, Ogla Franco, María Josefina González, Adela Rosa González, María Josefina Herrera, Teresita Herrera, Josefina Matute, Teresita Montero, Rosario Montes de Oca, María Margarita Oropeza, Virginia Silva. El Jurado calificador estuvo compuesto por María Lourdes Curiel, Sor Caridad de San Luis Gonzaga, Olga Castañeda (docente normalista), Sor Francisca Bauste (Directora). Esta ultima religiosa, Sor Francisca, marchó luego a Mérida, donde fue la primera Directora del Colegio Santa Teresita en 1963.
Como se habrá observado, no todas las niñas asistentes al Colegio de las Hermanas Dominicas asentadas en la ciudad del Portillo eran del linaje de los “patricios caroreños”, según la expresión del Dr. Ambrosio Perera, pues como dijimos atrás, la Congregación otorgaba generosamente becas estudiantiles a niñas y jóvenes de los sectores deprimidos y necesitados, que eran el grueso de la población.
El 15 de julio de 1945, un jurado compuesto por María de Lourdes Curiel B. (de ascendencia judía sefardita), Olga Castañeda, Sor Francisca Bauste, examinaron a las chicas de Quinto grado. Ellas son María Luisa Aponte, Olga Castillo, natural de Barquisimeto, Irma Colmenárez, María González, María Chiquinquirá Herrera, Blanca Cecilia Herrera, Amalia Rosa Oropeza, Dioselina Rivero.
Para examinar a las cursantes del Sexto grado de educación primaria se conformó el 15 de julio de 1945 un Jurado calificador integrado por el Bachiller Alberto José Quintero, egresado del Colegio Federal Carora, José A. Fuentes, Sor María Estela del Agnus Dei, Sor Francisca Bauste (Directora). Las jovencitas examinadas eran Teresita Arispe, Lucía Castillo, Josefina Franco, María de Lourdes Gutiérrez, Beatriz Herrera, Gladys Herrera, Josefa Pernalete, oriunda de Curarigua de Leal, Teresita Yépez.
Los inicios auspiciosos del Colegio tuvieron lugar en uno de los momentos más dramáticos vividos por la humanidad, el fin de la Segunda Guerra Mundial, pues la Alemania nazi se había rendido sin condición alguna en mayo de 1945 tras el suicidio de Hitler, en tanto que el presidente de los Estados Unidos Harry Truman pronto ordenaría arrojar sendas bombas atómicas sobre las indefensas ciudades japonesas de Hirosima y Nagasaki en agosto de 1945.
En Venezuela la situación política era muy tensa, pues se fraguaba contra el gobierno del presidente general Isaías Medina Angarita un golpe cívico-militar, el cual y en efecto tuvo lugar el 18 de octubre de 1945, dando lugar al llamado Trienio adeco, el cual rigió los destinos del país desde 1945 hasta 1948.











martes, 12 de diciembre de 2017

Cien años de soledad, cincuenta años

En mayo de 1967 fue publicada la novela más famosa de Gabriel García Márquez por la editorial Losada de Buenos Aires, Argentina. El autor revela que trabajó en su redacción durante año y medio en ciudad de México, y que tenía cinco largos años de infertilidad entonces. Pero esa novela no nace allí, pues es un proyecto de vida que lo acompaña desde su adolescencia, como bien señala Mario Vargas Llosa. En un pueblo de la costa Caribe llamado Aracataca nace la idea de la novela, a la que en un primer momento llamó La Casa. Esta aldea tropical es una prefiguración de Macondo, el pueblo de ficción que creara con ánimo totalizador el Gabo años después.
En esa casa vivió el niño con sus abuelos durante ocho años, a los que considera como los más importantes de su vida. Los recuerdos infantiles le permiten crear a dos personajes centrales: José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán. Un niño es conducido por la mano de su abuelo a conocer el hielo es la génesis de este relato mitológico latinoamericano. Es una imagen visual que está en todos sus relatos.
Seis generaciones de esta familia son el tiempo narrativo de la novela, atravesada por unas constantes, una de ellas central: el pecado del incesto. Esta prohibición, que es general es todas las culturas, sin embargo es violada en la novela, pues José Arcadio y Úrsula son primos y huyen por esa causa a fundar a Macondo, poblado donde el último de los Buendía nacerá con cola de cerdo por vía de una relación incestuosa.
La fundación de Macondo nos acerca a los relatos bíblicos del Éxodo hebreo y a la tragedia griega de Edipo, todo lo cual rodea al relato de una gigantesca universalidad y a unos arquetipos que se revelan en un mundo cíclico completo y a una cultura. La Biblia está allí presente para indicarnos que este  libro es el origen de nuestra cultura y de la civilización occidental, como afirma Georges Steiner tan brillantemente en Prefacio a la Biblia hebrea.
No se sabe dónde fue fundado este poblado, podría ser en cualquier lugar de Latinoamérica, y es el escenario único y cerrado donde se desarrolla toda la historia de los seres humanos, un lugar poblado de gran cantidad de personajes como salidos de una pintura de El Bosco, como señala Anna Houskova. Esta autora llega a decir que el hecho que en Macondo ocurra todo, nos acerca al Aleph de Jorge Luis Borges, pero en la novela del colombiano aquello ocurre en toda la novela. Macondo contiene a todos los lugares y es el centro del mundo ficcional.
La novela tiene una dualidad estructural, pues es por momentos una épica con su narrador omnisciente, y también novela. La soledad es un elemento en que se crea y se destruye todo. En la casa de los Buendía no hay tiempo para pensar en la felicidad ajena. La soledad, corroe a la comunidad y la problematiza, le da el nombre a la novela.
El narrador borra el límite de lo real y lo sobrenatural. La muerte le pide a Amaranta le ensarte un hilo en una aguja. Los hechos cotidianos se vuelven fantásticos, como cuando Remedios La Bella asciende a los cielos rodeada de sábanas que ha sacado asolear. Todo es hiperbólico y exagerado: la lluvia se convierte en diluvio bíblico, la belleza de Remedios, el sexo de José Arcadio, las parrandas se Aureliano Segundo. Lo mágico tiene el mismo valor que lo racional para nosotros los modernos. La razón, la causa de nuestra tristeza fundamental, como sostenía Schelling.
La atmósfera del relato es  candorosa e ingenua, como si fueran dibujos infantiles. Y todo es rodeado de una atmósfera cargada de humor, a excepción de los sucesos de violencia, en los que aparece un enfoque testimonial periodístico. El tiempo tiene un tratamiento mítico y también histórico.  Varios momentos se perciben: el primer Macondo como aldea feliz: José Arcadio en sus proyectos utópicos inspirados en el mago Melquiades. Una nueva etapa será la de las interminables guerras civiles protagonizadas por el coronel Aureliano Buendía, el primer tren lleva las maravillosas invenciones y también a los gringos de la compañía bananera, sucede la matanza de sus obreros, un hecho real que aconteció en 1928.
Con este acontecimiento se inicia la decadencia de Macondo, un mundo carcomido por la voracidad del olvido. Un mundo sin memoria va a ser borrado de la historia. El pasado épico se convierte en un mito atemporal. El primer Macondo vive un eterno presente como el mito de la creación. Esta  Edad de Oro se rompe al perder Macondo su aislamiento. Macondo es un pueblo arquetípico en el que todo debe ser inventado de nuevo. Todo tiene relación con el Génesis, el diluvio, el Éxodo, las plagas, el Apocalipsis.

Esta dimensión mítica culmina cuando Aureliano Babilonia logra descifrar los manuscritos en sánscrito de Melquiades. La historia de Macondo implica la revisión de la utopía del Nuevo Mundo, como señala Carlos Fuentes. La racionalidad malogra la utopía y lo que ha de salvar a Latinoamérica será la alternativa poética: la imaginación poética de los personajes y del autor.

Georges Steiner, imprescindible

Este genial pensador nacido en París en 1929 en el seno de un hogar judío donde se hablaban tres lenguas, se ha convertido en un pensador insustituible en la actualidad, sin lugar a dudas. Le conocí gracias a unas referencias suyas hechas por el Nobel de literatura peruano Mario Vargas Llosa.  Su poderosa mente analítica le viene por su condición hebraica que le ha dotado de un cosmopolitismo de amplias dimensiones. Lo otro tiene que ver con su condición políglota, pues fue educado en tres lenguas maternas: alemán, francés e inglés, además domina el italiano, el griego y el latín. Ha ganado el Premio Príncipe de Asturias en 2001.
 Su especialidad es la de las literaturas comparadas, las cuales enseña en las universidades de Oxford, Ginebra y Harvard. Afirma que el lenguaje humano es imposible de definir y que la lingüística no es una ciencia como tampoco lo es el psicoanálisis. Tampoco existe un modelo único para la traducción de las lenguas, una idea en la cual choca con otro judío y lingüista genial como él: Noam Chomsky.
En 1974 publica un libro que recomiendo en mis clases de doctorado: Nostalgia del absoluto. Acá examina el declive que ha sufrido la religión en el mundo moderno, lo que llamó Weber “desencantamiento del mundo”, y el intento de reemplazarla por tres pensamientos sustitutivos: el marxismo, el psicoanálisis de Freud, la antropología estructural de Claude Lévi-Strauss.
El serio problema de las traducciones, que son siempre incompletas y parciales, la aborda en otro libro genial: Después de Babel. (1975). “En todo movimiento intelectual -afirma- va implícita la traducción, toda traducción es intralingual, interlingual e intersemiótica.” En La muerte de la tragedia (2005) examina las razones del por qué tal género literario nacido en Grecia de la Antigüedad es solo patrimonio occidental, pues en China e India no se le conoce. Perder la tragedia-advierte Steiner- es una enorme pérdida cultural que es producto del proceso de secularización que sufre el mundo moderno. “Es que no toleramos la presencia de Dios” se lamenta.
En Prefacio a la Biblia hebrea (2004) afirma con rotundidad: tal  libro Es el libro de los libros y es el fundamento central y básico de la cultura en Occidente. El Antiguo Testamento es el texto fundador de nuestra cultura, en el que el semiólogo argentino Walter Mignolo ha realizado interesantes interpretaciones sobre los descendientes de los hijos de Noé: Jafet, Sem y Cam, estos últimos condenados por Dios a la esclavitud, y por ello se fueron a vivir a África luego del diluvio universal.En 2001 se adentra nuestro autor en el serio problema de la creatividad en el pensamiento, el arte, la religión, la literatura, la historia, en Gramáticas de la creación. Allí nos dice este sabio: “La persistencia en resistirse a la nada que implica inventar lo que no es.” Y también: “Hacer surgir lo que no es, ya sea una idea, una obra de arte, una sinfonía o una pintura, es entregar una criatura en el mundo, modificarlo.”  En este extraordinario libro se hace Steiner una pregunta esencial: “¿Hay ideas originales o todo es interpretación y mimesis (remedos)  de lo ya hablado?” Este es un libro que recomiendo a mis amigos poetas, a los docentes de arte, de letras y música que acuden a nuestro Pedagógico barquisimetano a doctorarse en Cultura Latinoamericana y Caribeña.
 En un mundo cada vez más gobernado por la ciencia y por la técnica, es Steiner el representante excelente de un humanismo cada vez más raro. Y es que en las venas de la ciencia no corre verdadera sangre, nos recuerda Heidegger. Por ello Steiner es firme partidario de la unificación de las dos culturas de las que habló Snow: las ciencias y las humanidades. “Hay una profunda congruencia entre lo estético y lo matemático”, lo cual acerca su pensamiento al Nobel de química Prigogine, y en la escritura de habla castellana al físico teórico y literato argentino Ernesto Sábato, el autor de Sobre héroes y tumbas y El túnel.
Se le ha acusado de omitir la cultura en la lengua de Cervantes, lo cual no es cierto, pues le he oído decir que “La fiesta del chivo de Vargas Llosa es una de las mejores novelas que he conocido”, al tiempo que no oculta su admiración por Jorge Luis Borges.
Dejo en manos de mis lectores estas reflexiones de este gigantesco pensador vivo que sostiene con Spinoza que la creación artística y literaria necesita de la soledad, pues solo ella propicia nuestro encuentro con lo trascendente. Lo otro será la singularidad de la creación artística, reflexión en la que coincide con otro judío y critico de literatura, el estadounidense Harold Bloom, quien nos habla de “extrañeza”  de las verdaderas obras literarias

viernes, 8 de diciembre de 2017

EL MUNICIPIO AUTÓNOMO TORRES, FRONTERA INTERIOR DE TRANSICIÓN LARA-ZULIA – FALCÓN Y TRUJILLO

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL “LIBERTADOR”
FUNDACIÓN BURIA
BARQUISIMETO



 
EL MUNICIPIO AUTÓNOMO TORRES, FRONTERA INTERIOR DE TRANSICIÓN LARA-ZULIA – FALCÓN Y TRUJILLO







AUTOR
LUIS EDUARDO CORTÉS RIERA
LIC. EN HISTORIA



BARQUISIMETO, 1991


INTRODUCCIÓN


            El presente trabajo monográfico tuvo inicialmente un propósito, el de estudiar a Carora como frontera interior de transición Lara-Zulia. Con ese propósito comenzamos a documentarnos y a investigar. Sucedió que mientras ahondábamos en el asunto, caímos en cuenta que la problemática no sólo es fronteriza sino que el Municipio Autónomo Torres mantiene serios y delicados litigios limítrofes con tres estados: Zulia, Falcón y Trujillo. De modo pues que empezamos a hurgar la raíz histórica del asunto, para luego hacer una descripción actualizada de cada una de las tres zonas de litigio.

            A pesar de que frontera y límite son palabras que designan dos caras distintas, sin embargo, ambas son dos conceptos que se complementan.

            A uno y otro lado de los imprecisos límites del Estado Lara con sus vecinos occidentales se desarrollo un modo de vida. Esto es lo que hace a la frontera. Mostraremos que el Municipio Autónomo Torres tiene tres fronteras interiores de transición sobre tres litigios limítrofes con tres entidades federales vecinas.

            Sirva la presente monografía para informar y documentar a aquellos que se preocupan por el destino del Municipio Autónomo Torres. Finalmente agradecemos al profesor Dr. Kaldone Nweihed por habernos dado tan precisas e importantes ideas que condujeron a la realización de esta monografía. Gracias a él nuestra investigación se orientó y  tomó su camino definitivo. A él, dedicamos.

EL AUTOR


 I.       La Frontera y el Límite: Definiciones Preliminares

            Cuando nos referimos al término frontera hablamos del adjetivo de raíz latina frons, frontem, que significa en castellano frente o también: colocado enfrente. Como frontera se entiende también fachada, delantera o portada. De modo que la frontera colombo-venezolana se refiere a aquellos espacios comunes a ambas entidades políticas que están colocados uno frente al otro.

      Estos espacios no son en modo alguno fijos y absolutos. Su humana naturaleza, deviene del hecho de que quien los establece es el ser humano en su diario quehacer y trajinar. La frontera no tiene un sentido abstracto – formal como erróneamente suponen muchas personas. La frontera palpita de vida y muchas veces este sentido tiende a transgredir lo meramente formal y jurídico que establece el límite. El límite es lineal y tiende a movilizar los contingentes humanos y a colocar los lugares que estos habitan en sentido a los centros de atracción de cada entidad federal. Es el caso de Venezuela hacia Caracas y  el de Colombia hacia Bogotá.

      La frontera actúa en sentido contrario, puesto que la dirección de su influencia es opuesta a la del límite: no separa sino que une y su área de influencia es opuesta a la del límite: no separa sino que une y su área de influencia se forma precisamente del aporte de ambas jurisdicciones. Visualicemos lo antes dicho así:

Sentido de la frontera











 


      En tanto que el límite presenta un movimiento de esta otra forma:

















 


      De modo que no se debe confundir frontera con límite, puesto que no son la misma cosa ya que actúan de manera diferente y hasta opuesta.
      Es más, la diferencia entre ambos se acentúa aún más cuando observamos que la frontera actúa en sentido horizontal, de un punto cardinal a otro; y el límite por ser abstracto y lineal, extiende su efecto verticalmente, es decir, arriba-abajo; así:


 

                             Límite


      La frontera, en cambio se visualiza de esta otra forma:

 


      Dicho de otro modo y en sentido literal, frontera es convergencia; en tanto que límite es divergencia, separación o término. Es una palabra que expresa un sentido constante, un hasta aquí. No se puede ser tan preciso con el término frontera porque su sentido es variable e impreciso.

      No es de extrañar que el término frontera venga de una lengua como el latín, lengua imperial y de pueblo conquistador, Roma. Esta notable cultura, la del Imperio Romano entró en contacto con múltiples y variadas culturas a las que venció y sometió. Sin embargo de los que no se sometieron conviviendo largos años en los extremos del Imperio donde formaron una frontera común a ambas culturas. Nos referimos a las Galias. Una de ellas – la transalpina –  era el nombre dado por los romanos a la parte de la Galia, situada más allá de los Alpes con relación a Roma, y que comprendía la Francia actual, Suiza, Alsacia, Lorena y los territorios de Alemania, Bélgica y Holanda desde el Sena el Rin. Gigantesco territorio en donde a finales del Imperio (siglos V y VI d.C) se formaron las distintas nacionalidades actuales. Este es el sentido original del término frontera, el que le da un sentido histórico preciso.

      Visualizando presentará la forma siguiente:

         Galos                                                            Roma
      Allí se formó, en un formidable hecho histórico, un “modus vivendi” común([1]), que con el tiempo configuró a las actuales nacionalidades europeas: Francia, Alemania entre otros.

      Hecha esta retrospectiva histórica – totalmente necesaria – pasemos a definir otros términos que nos interesan. Ellos son: frontera interior de transición.

      Acabamos de analizar el término frontera sin adjetivo alguno. Aquí se le agregan otros, los de interior y de transición. Antes hablábamos de fronteras entre naciones y, en este caso, se trata de fronteras dentro de un país. En una nación hay límites internos no internacionales.

      Gracias a ellos se configuran las respectivas divisiones dentro  de los Estados Nacionales: Departamentos, Condados, Entidades Federales, entre otros. Pues bien, estos límites internos se forman también las fronteras, en el sentido que ya le hemos dado. De esta forma se han formado los límites de Lara con las demás Dependencias Federales (Zulia, Falcón y Trujillo). Otras tantas fronteras que son producto de la convergencia humana de los habitantes del Estado Lara con sus respectivos Estados vecinos.

      El Municipio Autónomo Torres actúa como frontera de transición en el sentido de que el Municipio es el punto de contacto de Lara con el Zulia. Este territorio se comporta como el lugar en donde se pasa de un punto a otro. Es el sitio de paso, más o menos rápido, de un lugar de nuestra misma geografía. Transición y tránsito son dos palabras que tienen un origen común en la palabra latina transitio, la cual significa literalmente pasar.

      Por el Municipio Autónomo Torres se transita y se pasa de Lara hacia el Zulia; de Lara hacia Falcón y de Lara hacia Trujillo.
Es más, el Municipio Autónomo Torres es el único sitio de paso de Lara hacia el Zulia, lo que ubica a Torres en una situación muy especial de Municipio larense con respecto al Estado Zulia.

Hechas estas consideraciones iniciales de rigor, pasemos a nuestro asunto en concreto.

II.    El Municipio Autónomo Torres,
a)      Su ubicación:

El Municipio está ubicado en el extremo occidental del Estado Lara. Lo cortan los meridianos 69º 35` y 70º 50` del oeste de Greenwich y los paralelos 9º 41` y 10º 25` de latitud norte.

La superficie del Municipio Autónomo Torres es de 7.310 kilómetros cuadrados, que significan el 41% del total de la superficie del Estado Lara.

Límites del Municipio

Por el Norte: Municipio Buchivacoa del Estado Falcón y el Municipio Autónomo Urdaneta del Estado Lara.

Por el Este: con el Municipio Autónomo Iribarren, el Municipio Autónomo Jiménez y el Municipio Autónomo Morán, todos ellos pertenecientes al Estado Lara.

Por el Sur: el Municipio Autónomo Morán (Estado Lara); el Municipio Autónomo Carache y el Municipio Autónomo Betijoque, ambos del Estado Trujillo.

Por el Oeste: los Municipios Baralt y Bolívar del Estado Zulia (véase esquema  Nº 1)
b)      Subdivisión Territorial

El Municipio está dividido en quince municipios, ellos son:

Cuadro Nº 1
División Político-Territorial del Municipio Autónomo Torres

MUNICIPIO
CAPITAL
Trinidad Samuel

Manuel Morillo
Las Mercedes
Heriberto Arroyo
Montes de Oca
Espinoza de los Monteros
Camacaro
Chiquinquirá
Antonio Díaz
El Blanco
Montaña Verde
Lara
Torres
Cecilio Zubillaga
Castañeda
Carora

El Empedrado
El Paradero
Burere
San Francisco
Arenales
Río Tocuyo
Aregue
Curarigua
Quebrada Arriba
Palmarito
San Pedro
Jabón
La Pastora
Atarigua

(Véase mapa Nº 2)

c)       Las Regiones Naturales

c.1. La Depresión de Carora
El Municipio está conformado en gran parte por la Depresión de Carora, la cual ocupa unas 602.900 ha, pero ella se extiende hacia otros municipios como Jiménez, Urdaneta e Iribarren. Se inicia en los valles de los ríos Diquiva y Quediche, extendiéndose en sentido Oeste – Este hasta llegar a Barquisimeto y Duaca, pasando por Carora y Quíbor y al norte hasta Siquisique (Véase ilustración Nº 3 y mapa Nº 4)

Paisajes:
Son cinco tipos:

1)      Depresión Tectónica: la de las llamadas “playas” de Carora y la Depresión de Barquisimeto.

2)      Valles Altos: localizados al sur y oeste de las sabanas de Carora, constituidas por los ríos Diquiva, Quediche y Bucares.

3)      Colinas: ubicadas al centro del espacio natural de Siquisique y con sentido norte – sur hasta el Embalse de Atarigua.

4)      Piedemonte: al norte de las sabanas de Carora, es decir, la Sierra de Baragua.

5)      Montañas Bajas: ubicadas al oeste y este del Embalse de Atarigua.

c.2. La Zona Montañosa de las serranías de Jirajara y Zaruma al oeste, son las áreas de mayor humedad, con 6 y 9 meses húmedos al año. Aunque es un sector predominantemente montañoso tiene zonas de valles con suelos de buen potencial agrícola, tales como los valles de los ríos Jirajara, Bonilla, Misoa, Las Palmas, Riecito y Jordán.

c.3. La Sierra de Barbacoas al sur del Municipio y representa el sector andino de la entidad.

d)      Los Recursos Naturales

d.1.  Las Tierras Agrícolas
En los alrededores de Carora (La Otra Banda) y las zonas al norte (Sistema de Baragua) existe una gran escasez de agua. La economía agrícola es pobre y se basa en la cría de caprinos y la siembra de hortalizas y caña de azúcar y, recientemente, uvas, por las Bodegas Pomar.

Hacia el oeste y el sur del Municipio Autónomo Torres, en las planicies de los ríos Diquiva, Quediche, Bucares y Sicarigua existen mejores condiciones de humedad que han permitido el establecimiento de las principales actividades económicas: la ganadería y la caña de azúcar.

Al sur, en la serranía de Barbacoas existe una actividad agrícola tradicional de piso alto (café y hortalizas).

Al oeste, en las sierras de Jirajara y Ziruma, gracias a las constantes lluvias  (9 meses húmedos) son suelos de buen potencial agrícola. Estas tierras son cuencas altas de importantes ríos: Misoa, Matícora y Motatán. (Véase mapa     Nº 5).

d.2. Los Recursos Hidráulicos
         
d.2.1. El Municipio Autónomo Torres está ocupado en buena parte de su superficie por la subcuenca de El Tocuyo Occidental o Cuenca del río Morere. Ella cubre una superficie de 342.000 ha, extendida desde el cerco de divisorias en la Sierra de Barbacoas, Jirajara – Ziruma y Baragua y conforma un 20% de la subhoya del río Tocuyo. El relieve va desde 400 mts sobre el nivel del mar hasta 1500mts en las cimas de las sierras. El escurrimiento es permanente y rápido en el piedemonte y retardado en las aguas del río eje, el Morere.
Existen otras subcuencas que son:

d.2.2. La de los ríos Las Palmas y Riecito que descargan sus aguas al río Matícora, el cual desemboca en el Mar Caribe por el Estado Falcón. Cubre una superficie de 73.782 ha.

d.2.3. La subcuenca o cuenca alta del río Misoa que cubre una superficie de 81.097 ha y vierte sus aguas al Lago de Maracaibo, en el Estado Zulia.

III.  Historia de la Ocupación del Territorio

a)      Las Comunidades Indígenas:
En tiempos precolombinos la población en la zona es relativamente escasa. La habitan tribus arahuacos conocidos con Xaguas o Achaguas, Ayamanes, Gayones y Jirajaras. Estos pueblos no vivían aislados sino que mantenían nexos comerciales entre sí. Las rutas y caminos indígenas siempre conducían al mar: la sal era el producto fundamental del comercio precolombino.

b)      La Colonia
Desde El Tocuyo (fundada en 1543) se fundó la ciudad de Carora en 1569. Existen posiciones diversas con respecto al móvil que impulsó la fundación de ésta última. Al respecto dice Troconis de Veracoechea:

“Con la mirada de los tocuyanos puesta hacia el Lago de Maracaibo, se resolvió enviar una expedición al mando del Capitán Juan de Trejo (…) quien en 1569 funda Nuestra Señora de la Madre de Dios de Carora”.([2])

Otros historiadores afirman que Carora fungía, hasta cierto punto como un oasis. El geógrafo Pablo Vila dice:
“La vía que cruzadas la Altiplanicie de Barquisimeto y las llamadas sabanas de Carora, para llegar a la cordillera de Mérida, lo hacían por unos paisajes áridos en extremo. (…) El río Morere ofrece agua todo el año (…) en ocasión de fuertes y aislados aguaceros, el río dejaba de ser vadeable (…). Estas circunstancias hicieron surgir a Carora – en 1577 – donde se bifurcaba y bifurca hoy en sus cercanías, la vía que procedente de Barquisimeto va a la cordillera de Mérida y a la Cuenca del Lago de Maracaibo”.([3])

Vila omite el hecho de que Carora es un lugar de tránsito desde El Tocuyo hacia Coro, que constituía vinculación del país con el exterior.

Sin embargo, Troconis de Veracoechea admite que Carora es un lugar de paso de El Tocuyo hacia Coro:

“Las mulas cargadas de sal tenían que pagar 8 reales al salir de Coro y 8 más, cada una, al pasar por Carora, vía El Tocuyo” ([4])

Queda claro que Carora es un punto de escala de descanso y aprovisionamiento intermedia entre la costa del Caribe y las comarcas del interior del país.

Sin embargo es discutible lo de Carora como punto de salida hacia la “Laguna de Maracaybo”. El mismo Vila habla de la comunicación de Carora con el Lago:

“Un camino de recuas que por muchos años quedó semi-abandonado procedente de Carora y que pasaba por Burere y Puricaure hasta alcanzar el valle alto del río Misoa, lo cruzaba” ([5])

En términos más o menos tentativos y sin mucha seguridad en lo que escribe, el geógrafo Vila continúa:

“Es posible que aquel camino fuera el mismo de la colonia, que del litoral lacustre partía hacia la plaza mercantil de Carora y posiblemente este paso fuera el verdadero Portillo de Carora que figuraba en ciertos mapas antiguos” ([6])

Es de hacer notar que la vía en cuestión era muy accidentada y estaba en estado desastroso. Lo explica el hecho de que la zona era muy despoblada y llena de accidentes naturales. Cunill Grau habla de “inmensos espacios vacíos sin doblamiento permanente” ([7])

Hay un hecho que nos llama poderosamente la atención y que refuerza nuestra hipótesis – ya expresada – de que Carora no era una “portilla” hacia el Lago de Maracaibo. Se trata de la visita pastoral que el Obispo Mariano Martí hizo a la zona de Carora a fines del siglo XVIII. En un magnífico mapa que elabora el geógrafo Pablo Vila (Véase mapa Nº 6) se muestra que el prelado toma desde Carora la ruta hacia Coro por la vía de Siquisique, continúa hacia Baragua y Pedregal. Al llegar a Coro se dirige hacia el oeste por la costa del Golfo de Venezuela, pasando por Casigua (actual Estado Falcón) hasta llegar a Altagracia y de allí llegar a Lagunillas, en la costa del lago, pero ¿ por qué Martí no tomó “la vereda de los indios jirajaras que era el camino hacia Maracaibo”?, como lo expresa Cunill Grau. ([8])

La razón es simple: a nuestro modo de ver  es el hecho de que aquella vía era intransitable e inhóspita, además de despoblada. Es que la ocupación y el poblamiento de esa zona que hoy es el Municipio Torres, se hizo tardíamente y durante el siglo XIX, como se verá más adelante.

Sin embargo en un mapa del siglo XVIII aparece en el Lago de Maracaibo un puerto que recibe el nombre de Puerto Carora, a orillas del río Paraute (hoy llamado Pueblo Viejo) (Véase mapa Nº 7)

Se trata del West India Atlas de 1794. Al respecto Cunill Grau dice:

“Se indica en la desembocadura lacustre del río Paraute, el topónimo “puerto de Carora”, lo que indicaría a lo menos un poblamiento intermitente para estos fines de tráfico con el traspaís caroreño”. ([9])

Queda claro que dicho puerto de Carora no tenía ni tuvo una vida permanente y estable por las razones ya expuestas. A ello se le agrega la pobreza y el abandono en que se encontraba la costa oriental del Lago de Maracaibo. Cunill Grau dice que eran tierras bajas e insalubres, además de semiáridas (véase mapa Nº 8) y que:

“(…) Todos los lugares que al presente circundan esta laguna (Maracaibo) son los más infelices del obispado” ([10])

Sigue Cunill Grau diciendo que estos pueblos lacustres eran de palafitos indígenas:

“(…) Pueblos que dentro del agua conservan sus naturales con sus manufacturas de petates, esteras, chinchorros, pitas,              cunayos (…)” ([11])

Esta desolada descripción de la zona nos hace pensar en las tremendas dificultades que debió enfrentar una localidad lacustre como el llamado puerto de Carora. No fue una población estable porque además no pudo formar un traspaís o “hinterlad”. Marco Aurelio Vila dice que:

“Todo puerto de mar por poco importante que sea, cuenta con su traspaís. Este traspaís puede ser un valle o un valle con sus laderas, donde prosperan las actividades agrícolas. En cambio, otro puerto puede tener un traspaís de gran extensión y una economía muy compleja” ([12])
Un buen modelo de traspaís es el de Puerto Cabello con respecto al Estado Yaracuy y el Barquisimeto de la actualidad.

Nadie recuerda hoy a Puerto Carora, él ha quedado casi completamente olvidado y nadie recuerda su exacta ubicación. Sin embargo, mirando los mapas actuales de la zona, nos encontramos que en donde se encontraba el citado puerto se localiza hoy una localidad llamada Pueblo Viejo, en la margen derecha de la desembocadura del río Pueblo Viejo (Paraute).

Es posible que ese nombre designe a la antigua localidad portuaria caroreña, que al perder importancia fue quedando abandonada y que – en años posteriores – se asentó allí un nuevo contingente humano que halló allí restos de un viejo poblado, sobre el cual erigió al nuevo y que llamó sin embargo, pueblo viejo.

Nos arriesgamos a afirmar que Carora estaba ubicada en las márgenes de otro traspaís más importante y con el cual se comunicaba mejor. Nos referimos al de Coro, ciudad antigua con la cual Carora mantuvo una constante y muy activa comunicación durante los siglos XVIII y XIX. Es más, desde el punto de vista administrativo y jurídico, Carora siempre perteneció a la Provincia de Venezuela y se ubicaba en un extremo de ella. En tanto que puerto Carora estaba localizado en jurisdicción de la Provincia de Maracaibo. Esto por supuesto conspiró contra la viabilidad de este puerto de Carora y el cual hoy no es más que un vago recuerdo, asunto de la atención de contadas y escasas personas.

El poblamiento de lo que hoy es el Oeste del Municipio Autónomo Torres se realizó durante el siglo XIX con dificultades enormes que retrasaron – con respecto a otras zonas del municipio – el avance poblacional sobre la margen extremo occidental. Esta zona siempre fue inhóspita y despoblada.

El asiento poblacional del viejo Cantón de Carora se llevó a efecto en las regiones semiáridas y secas de la zona. Allí se desarrolló una economía muy acorde con el clima y la vegetación, así Cunill Grau habla de que:

“El poblamiento rural de Carora es a base de la crianza de chivos, ovejas, burros y mulas”. ([13])

Carora desde su fundación en 1569 hasta mediados del siglo XIX, tuvo una clara vocación y un sentido de unidad geográfico-humana con la zona de pocas precipitaciones, vegetación rala y altas temperaturas. Esta zona no es otra que la llamada Depresión de Carora, la que forma una unidad geográfica con Barquisimeto, Siquisique y Baragua. De estas dos últimas poblaciones dice Cunill Grau:

“Baragua, expléndida situación en la red local de comunicaciones y su posición de puerto fronterizo caroreño en avance a las comarcas corianas”. ([14])

Y con respecto a Siquisique dice Cunill Grau:

“Siquisique en el siglo XIX se consolidó un tenientazo, ligado al ayuntamiento de Carora”. ([15])

La Carora de los siglos que van del XVI al XIX está colocada y mira hacia la tierra semiárida, asiento de los primeros centros urbanos (Véase mapa Nº 9). Pero es el hecho que el Cantón de Carora era muy extenso y tenía gigantescas zonas inexploradas y deshabitadas. Se trata del extremo occidente, que es una región en extremo distinta a la tradicional semiárida en la que se asienta Carora. Esta “nueva” región constituía para los caroreños una frontera lejana y virgen.

El poblamiento de este extremo occidental del Cantón Carora comenzó a realizarse en el siglo XIX. Al respecto Cunill Grau dice:
“El poblamiento de las comarcas caroreñas tiende a distribuirse preferentemente en la Depresión de Carora y en las riberas de los principales ríos”. ([16])


Se trata de los ríos Tocuyo y Morere, por supuesto. A la margen de éstos se produjo el poblamiento inicial de la región, asiento de los poblados más antiguos: Carora, Aregue, Río Tocuyo, Arenales, Atarigua y Curarigua. Todos estos poblados se ubican en la Depresión de Carora.

El aumento poblacional de Carora y de estas poblaciones aledañas, que pasaron de 20.317 habitantes en 1839 a 39.477 en 1873 y a 49.737 en 1883 ([17]), así como el perfeccionamiento de las técnicas, hicieron posible la gigantesca tarea de acometer la colonización de la región húmeda y boscosa de los piedemontes de las serranías de Jirajara y Ziruma.

Los hatos ganaderos y los conucos comenzaron a desarrollarse hacia el oeste de Carora, en Burere y hacia el sur en el valle de Sicarigua (ver mapas 10 y 11). Desde allí se inicia una forma sistemática de depredación y tala de la floresta y comienza a introducirse el ganado vacuno: “En Quediche del Municipio Burere hay unas 6.000 reses”. ([18])

Esta colonización se llevó a efecto durante todo el siglo XIX, y al finalizar éste siglo, la zona de hatos ganaderos es bastante extensa, llegando hasta Quebrada Arriba por el norte, y las riberas de los ríos Bucares, Quediche y Diquiva, afluentes todos del río Morere.

Aún más tardío fue el poblamiento de las serranías de Jirajara y Zaruma, que se produjo en el actual siglo XX, ya que en el pasado el poblado que se ubicaba más al oeste de Carora era Quebrada Arriba, que fue fundada a mediados del siglo XIX, en 1860. Más allá no había sino tierra despoblada y selvática.

Actualmente una de las poblaciones ubicadas más al oeste del Municipio Autónomo Torres es la localidad de Palmarito, capital de la parroquia Montaña Verde. En 1984 tenía 1.247 habitantes, en 1971 era la mitad de la del año 84: 712 personas. Apenas eran 186 palmaritenses en 1961 y en el año 50 sólo era un caserío de 50 habitantes. Es bastante notable el acentuado despoblamiento de la margen occidente del Distrito Torres. Esta negativa situación demográfica de la zona habrá de repercutir desfavorablemente en el Municipio Autónomo Torres y el Estado Lara, en vista de los graves problemas limítrofes que se generan con tres Estados vecinos: Zulia, Falcón y Trujillo, y que tienen como origen – entre otros – la ausencia de contingentes humanos estables en esta zona, la cual corresponde precisamente al de las serranías de Jirajara y Ziruma.

IV.  Los Problemas Limítrofes del Estado Lara con sus Vecinos Falcón, Zulia y Trujillo.

Una mirada al mapa político del Estado Lara (mapa Nº 12) nos revela que existen  en la entidad cuatro zonas con los cuales mantenemos litigios limítrofes con otros cuatro estados vecinos: Portuguesa, Trujillo, Zulia y Falcón. De esos cuatro litigios, tres de ellos se ubican en territorio y jurisdicción del Municipio Autónomo Torres. El cuarto, en el Municipio Andrés Eloy Blanco. Para los efectos de esta monografía sólo nos referiremos a las primeras tres mencionadas.

a)      Aspectos comunes de las tres zonas en discusión.

Lo primero que resalta es que las tres se ubican en el extremo occidental del Municipio Autónomo Torres. Esta vasta zona es la de más reciente poblamiento humano, como lo hemos mostrado en el capítulo anterior. Además es necesario hacer notar que las tres zonas no están dispersas sino que están colocadas una frente a otra, en forma de juego de dominó.

La superficie conjunta de estas tres zonas constituye aproximadamente un 30% del territorio del Municipio Torres ([19]) es decir unos 2.193 km2 que corresponden a las zonas más húmedas y fértiles del Estado (de 6 a 9 meses lluviosos al año). Un sistema montañoso – el de Jirajara y Ziruma – atraviesa de norte a sur las tres zonas en litigio. En él nacen varios ríos que con sus respectivas cuencas ocupan la zona. Ellos son los que se muestran en el cuadro Nº 1 o sea el Jordán, el Ricoa, Las Palmas, en la zona en litigio con Falcón. El río Misoa o Sicare en la zona en discusión con el Estado Zulia; los ríos Jirajara y Bonilla en la zona en litigio con el Estado Trujillo. (Véase mapa Nº 13).

En lo económico, son zonas de asiento de gran cantidad de hatos y haciendas de ganadería intensiva, principalmente en la cuenca del río Misoa a ambos lados de la carretera Lara-Zulia.
Cuadro Nº 1
Hidrografía del Estado Lara (*)

Vertiente
Cuenca
Subcuenca
Superficie
Caribe

Lago de Maracaibo

Matícora

Motatán


Misoa
Las Palmas

Jirajara
Bonilla

Cuenca Alta
73.782 ha

70.437 ha


81.097 ha


En un estudio de FUDECO y el MARNR dice:

“Aunque es un sector predominantemente montañoso (montañas bajas y colinas) tiene zonas de valles con suelos de buen potencial agrícola”. ([20])
Un aspecto más que se agrega a los anteriores, es que casi toda la zona está incluida como área de régimen especial de uso con la figura de zona protectora. A pesar de las restricciones que esto supone, se calcula que hay allí unos 600 pequeños y medianos productores agropecuarios.

En lo jurídico político la problemática limítrofe se acentúa debido a que las tres zonas en litigio se encuentran ubicadas aproximadamente a 100kms de la capital del Municipio Autónomo Torres: Carora, y que por consiguiente a casi 200kms del centro de decisiones más importantes y de más peso en el Estado: su capital Barquisimeto (ver mapa Nº 14). La lejanía geográfica sumada al poco interés que las autoridades han mostrado por mejorar las condiciones de vida en la zona, han contribuido a que el litigio en cuestión se haya prolongado y se encuentre aún no resuelto.

En lo poblacional se observa que son las zonas menos habitadas del Estado Lara, ya que la mayor concentración de la población se ubica en el extremo oriental de la entidad. La unidad Barquisimeto-Cabudare concentra más de la mitad de la población total de Lara (59%). Por otro lado, la zona ubicada en el centro del Estado compuesta por Carora, Aregue, Río Tocuyo y Curarigua con el 8% de la población del Estado ([21]). Esto significa que la población del Estado está sumamente mal distribuida, dejando zonas muy despobladas al oeste, y concentrando casi toda la población en su parte más oriental. (Véase mapas Nº 15 y 16).

b)      Especificidades de cada una de las tres zonas en conflicto.

Después de enumerar las características comunes a las tres zonas en litigio, destacaremos que cada una de ellas tiene aspectos en singular que la diferencian de las otras dos. Se impone así la necesidad de describirlas por separado cada una de las tres.
b.1. La zona en litigio con el Estado Falcón

Para el Estado Lara esta zona en litigio ocupa parte de la Parroquia El Blanco, cuya capital es Quebrada Arriba. Su población es de 4.851 habitantes (1981) y se ubica en el extremo nor-occidental del Estado.

Límites: Al norte con el Municipio Buchivacoa del Estado Falcón. Por el oeste con los Municipio Baralt y Bolívar del Estado Zulia. Al sur con la parroquia El Blanco y la parroquia Montaña Verde, ambas del Municipio Autónomo Torres. Finalmente al este sus límites son con la parroquia Montes de Oca, Municipio Autónomo Torres.

Ya hemos anotado que este territorio pertenece a la cuenca alta del río Matícora, cuyos afluentes son los ríos Jordán, Ricoa y Las Palmas, aguas que van a desembocar en el Golfo de Venezuela.

Según el mapa de FUDECO (Nº 9) el límite con el Zulia va en las divisorias de las aguas que van hacia el Lago de Maracaibo, o sea las de los ríos Machango y Pueblo Viejo. Esta es la serranía de Ziruma, cuyo punto de altura máximo es el Cerro Socopo que se eleva a 1.571mts sobre el nivel del mar. Este punto máximo de elevación es el sitio en donde convergen los límites de los tres Estados: Lara – Zulia – Falcón. El límite con Falcón no se apoya en rasgos naturales sino que en línea recta se dirige al este hasta  los 70º 38` aproximadamente, desde ese punto y con elevación de 45 grados sigue hasta encontrarse con un punto ubicado en 70º 32` de longitud occidental. Desde allí sigue en línea recta hacia el este hasta encontrarse con la Cordillera de Buena Vista, en los límites del Municipio Urdaneta del Estado Lara y el Municipio Democracia del Estado Falcón. Por el sur, el límite va desde el cerro Cerrón siguiendo la divisoria de las aguas de las ríos Diquiva (que van hacia el Morere) y El Tocuyo por el lado larense. Por el otro, la de las aguas que van hacia el río Matícora del Estado Falcón, o sea los ríos Jordán, Ricoa y Las Palmas.

En esta zona, cuya superficie es de 70.000 ha se asientan 28 caseríos; ellos son: El Burro, La Portería, Río Chiquito, La Opinión, La Vega, El Palmar, El Páramo, Los Judíos, Santa Lucía, Sinamaica, Cerro Azul, Los Cogollales, Las Flores, El Jordán, Sabana de Verdún, La Fortaleza, Madre de Agua, Los Aguacates, La Rica, Los Ranchos, San Martín, El Silencio, Chipare, Las Parcelas, Morroco, Santa Ana, San José y Peña de La Virgen.([22])

La vialidad de la zona está constituida por la llamada carretera Quebrada Arriba – Bariro, la cual no ha terminado de construirse ya que se encuentra en un estado deplorable de abandono en la parte larense, no así en su sector falconiano.

La zona es el asiento de prósperas fincas y hatos ganaderos, los cuales están jurídicamente registrados en el Municipio Autónomo Torres. Los censos de población y por consiguiente los resultados electorales se contabilizan para el estado Lara.

En lo educativo, las escuelas rurales tienen maestros larenses y falconianos. Estos últimos viven en las localidades de Dabajuro y Capatárida del Estado Falcón.

b.2. La zona en discusión con el Estado Zulia

En lo jurídico-político esta zona en reclamación ocupa una parte de la parroquia Montaña Verde del Municipio Autónomo Torres cuya capital es la localidad de Palmarito (1.247 habitantes en 1984).
Sus límites: Por el norte: la zona en discusión que mantiene Lara con Falcón, es decir, la parroquia El Blanco. Por el oeste: el Municipio Autónomo Baralt del Estado Zulia. Por el sur: el Municipio Autónomo Baralt y la parroquia Heriberto Arroyo (zona en litigio de Lara con el Estado Trujillo). Este: la parroquia El Blanco y la parroquia Las Mercedes, ambas pertenecientes al Municipio Autónomo Torres del Estado Lara, y la parroquia Heriberto Arroyo (zona en litigio con Trujillo).

La superficie de esta zona es de 81.200 hectáreas o sea la cuenca alta del Misoa, río que en su nacimiento recibe el nombre de Sicare. Para algunos mapas de FUDECO este río nace en la parroquia Las Mercedes (mapa Nº 8) y en otros mapas (también de FUDECO), el río nace dentro de la misma jurisdicción de la parroquia Montaña Verde. Esto significa que no existe un criterio unánime con respecto a los límites de esta parroquia torrense.

Volviendo al litigio limítrofe Lara-Zulia, los mapas de FUDECO presentan la misma ambigüedad e imprecisión. En algunos se muestra que existe una zona que no está en discusión. Es la que va, siguiendo la vía Lara-Zulia, desde Santa Rosa hasta Palmarito. En otros, la zona en litigio se extiende, siguiendo la misma carretera desde Santa Rosa hasta Puente Palma, la que incluye, por supuesto, a la capital de la parroquia.

Economía: La zona es asiento de una pujante y próspera economía de ganadería intensiva, la cual se ve favorecida por la humedad reinante durante la mayor parte del año. La agricultura de Montaña Verde produce café, maíz, caraotas en grandes cantidades. Estas actividades se facilitan por el clima húmedo local, el cual se explica porque las aguas que se evaporan del vecino lago de Maracaibo se precipitan sobre las serranías de Jirajara-Ziruma.

De las tres zonas en litigio, Montaña Verde es la que goza de mejor comunicación vial. La carretera Lara-Zulia la atraviesa de Este a Oeste. De ello se deriva que esta parroquia sea el primer contacto de los zulianos con el Estado Lara. El clima benigno de la zona, así como el fácil acceso desde el Zulia ha producido un importante movimiento de contingentes humanos desde esta otra entidad. Los zulianos han establecido allí, sobre todo en la zona de Agua Linda, una colonia vacacional de lujosas quintas y chalets estilo suizo de un gran valor monetario. Algunas de las cuales les han colocado teléfonos que tienen código de área del Estado Zulia (061). Allí también han sido instaladas poderosas antenas de radio y repetidoras de TV que sirven a la zona oriental del lago de Maracaibo.

Últimamente se ha hablado con insistencia de la probable existencia de crudos livianos en la zona de Matejey y de Morroco. Una empresa filial de PDVSA – Maraven – ha hecho las exploraciones en su búsqueda. ([23])

En abril de 1991 la Asamblea Legislativa y el Gobernador del Estado Lara realizaron en la localidad de Puente Palma (en el límite Lara-Zulia) un acto de reafirmación de la autoridad larense sobre la zona. Sus moradores  reclamaron mayor atención y la realización de obras públicas muy necesarias.

Es difícil la situación de Montaña Verde puesto que esta indefinición limítrofe ha producido conatos de violencia tales como la oposición de algunos lugareños a que el Estado Lara realice construcciones de obras.

Esto se origina porque el Estado Zulia promete mejorar su nivel de vida si la zona se incorpora a ese Estado.([24])

Es curioso que Montaña Verde tenga una crecida cantidad de hombres y mujeres de las Sectas Evangélicas y Protestantes. Porcentualmente la votación del partido de Orientación Bíblica (ORA) obtuvo allí su más alta expresión en todo el Estado Lara.

Un importante contingente humano habita la zona, allí se ubican un total de 58 caseríos: Matejey, Morroco, El Venadito, Las Delicias, La Esperanza, Palmarito, Primera Sabana, Las Palmas, Sicare, Cerro Verde, El Pozón, Agua Linda, San Pablo, Santa Elena, Santa Rita, Las Tres Flores, San Juan, Palo Negro, La Pastora, Buenos Aires, La Alcabala, El Mapurite, Libertad, La Victoria, La Florida, El Pleito, La Estrella, Caballo Muerto, San Antonio, El Solito, Laguneta, Loma Rica, El Muñeco, Paraguay, Puente Palma, Misoa, San Salvador, El Placer, Los Claveles, La Belleza, Nueva Esperanza, Totuche, El Respiro, La Cañada, El Amparo, San José, La Bonita, Las Mercedes, Altamira, Riecito, El Delirio, Los Rosales, Puerto Rico, Barcelona, La Jara, Uruguay, Cerro azul.

b.3. La zona en litigio con el Estado Trujillo

A diferencia de las anteriores dos zonas en discusión, en las que una parte y no toda la parroquia está en litigio, en la parroquia Heriberto Arroyo (nombre que le dan los larenses) toda ella está en proceso de discusión limítrofe.

Limites: Norte: parroquias Montaña Verde y Las Mercedes del Estado Lara. Este: parroquia Manuel Morillo (Lara) y Municipio Autónomo Carache del Estado Trujillo. Sur: Municipios Autónomos Carache y Betijoque del Estado Trujillo. Oeste: Municipio Betijoque del Estado Trujillo, Municipio Baralt del Estado Zulia y la parroquia Montaña Verde del Estado Lara.

Superficie: 74.400 hectáreas.
Caseríos: son 30, ellos son: El Paradero, La Placita, Caño de León, Las Casitas, Río Chiquito, Zona Seca, Jirajara, Cachicamo, Las Tres Matas, Media Ladera, La Chara, El Secreto, Monte Oculto, Loma Seca, La Chacota, El Quebradón, La Guarita, Río Derecho, La Unión, La Rosa, Los Cedros, Los Caprichos, Puente de Piedra, El Bijao, La Cocuiza, Monte Negro, Las Campanas, Cerro Alto, Palma Sola, Cumbres de Parajá.

La situación conflictiva de la parroquia Heriberto Arroyo es, a nuestro juicio, más complicada que las otras dos. Merece por ello un tratamiento especial y más minucioso de su problemática.
 
Breve Historia de la Zona en Litigio

En el año 1947 un trujillano de nombre Sabino Valero llega hasta el naciente del río Jirajara, zona totalmente despoblada. En 1954 desde Baragua (Lara) llega en compañía de varios falconianos y larenses el Sr. Heriberto Arroyo. Se dice que era empleado del Sr. Gonzalo (Chalo) Pérez. Este Pérez se hace pasar como propietario de la zona.

1952-58: Los colonos recién llegados reciben los ataques sistemáticos de la Guardia Nacional, que no impiden las invasiones.
1958: Fundación del caserío El Socorro.
1958: Durante el gobierno provisional de Larrázabal y por intercesión del Dr. Raymond Aguiar, los pobladores consiguieron un amparo policial de la Prefectura del Distrito Torres del Estado Lara para que les garantice la tenencia de la tierra.
1960: Los habitantes de El Paradero comienzan a recibir permisos para la tala de la Jefatura Forestal de Carora.

El sacerdote de El Empedrado (Municipio Manuel Morillo, Municipio Torres del Estado Lara) oficia la primera misa en la región.

La Gobernación de Lara designa la primera maestra y el primer médico. ([25])

Origen del Conflicto

A mediados de este siglo la zona estaba casi totalmente despoblada. El geógrafo Marco Aurelio Vila dice al respecto que:

“El río Carache poco trecho antes de dar sus aguas al Motatán, recibe el norte al río Jirajara, cuya cuenca se haya de hecho deshabitada y cubierta por una vegetación forestal tipo alísico”. ([26])

Más adelante, Vila afirma que el Distrito Carache ha visto disminuir su densidad de población de esta forma:

Año
1936:                        28,7
1941:                        31,2
1950:                        31,2
1961:                        30,4 ([27])

Esta notable disminución de la población se explica por el acelerado proceso de migraciones de los trujillanos hacia otros Estados del país. ([28])

Esta despoblación de Trujillo es muy notable en límite con Lara (véase mapa Nº 17) pues ni siquiera aparece la localidad de El Paradero, que para 1961 era poblacionalmente insignificante.
Este despoblamiento es lo que explica que la cuenca del río Jirajara haya sido colonizada por contingentes humanos venidos de otros Estados, en espacial del Distrito Urdaneta del Estado Lara. La calle principal de El paradero recibe el nombre de Xaguas! Fue un urdanetense, Heriberto Arroyo quien lideró el poblamiento  de la cuenca del río Jirajara estableciéndose en las cercanías del poblado de El Paradero,tan significativo topónimo ¿no es así?

En años recientes la zona ha recibido grupos humanos del Estado Trujillo, los cuales se han agregado al original grupo de pioneros larenses y falconianos que la exploraron y colonizaron. Actualmente se ha producido una curiosa situación de duplicidad de nombres y funciones. Así los trujillanos llaman a la zona Municipio Márquez Cañizales, en tanto que los larenses lo denominan parroquia Heriberto Arroyo. Es insólito que en El Socorro haya dos medicaturas rurales y dos jefes civiles.

Esta paradójica situación se ha complicado aún más cuando la OCEI decide colocar a la zona en el Estado Trujillo y, por lo tanto, los censos de población y los resultados electorales se contabilizan para el Estado Trujillo. Desde el punto de vista educativo es la zona educativa de Lara quien designa a sus maestros y profesores.

Los créditos agropecuarios han sido otorgados por la oficina de BANDAGRO de Carora.

Proposiciones para un arreglo del litigio limítrofe Lara-Trujillo

a)      Elevar ante la Corte Suprema de Justicia el litigio para que sea ella quien decida a quién pertenece la autoridad sobre la zona.

b)      También es viable que los mismos lugareños decidan sobre el litigio por medio de la figura del referéndum, es decir, el voto directo de los ciudadanos.

c)      El Estado Lara debe de concluir una vía que comunique directamente al Municipio Autónomo Torres con la parroquia Heriberto Arroyo. Esta vía evitaría a los larenses tener que ir al Estado Trujillo para poder llegar a ella. Esta carretera es la que ya se ha iniciado: se extiende desde Palmarito (parroquia Montaña Verde) hasta El Paradero. El vínculo geográfico y humano sería así más estrecho y eficaz.

V.    Carora, Municipio Autónomo Torres, frontera interior de transición Lara-Zulia

Ya hemos señalado que el Municipio Autónomo Torres es el único municipio larense que tiene límites con el Estado Zulia: son unos 70kms con la parroquia Montaña Verde y otros 25kms con la parroquia Heriberto Arroyo.

La principal, sino única, forma de comunicación terrestre entre ambos Estados lo constituye la carretera Lara-Zulia o Troncal Nº 17. Esta vía se conecta con la Troncal Nº 001 en el sitio denominado Sabaneta del Municipio Autónomo Torres. La Troncal Nº 001 es según FUDECO:

“… la vía de mayor capacidad e importancia económica del Estado, ya que canaliza los mayores volúmenes de tránsito a la vez que sobre ella confluyen todas las demás vías locales, permitiendo la conexión de las áreas urbanas entre sí y el acceso a todos los centros poblados de Estado”. ([29])

Queda claro que es el Municipio Autónomo Torres el sitio de interconexión de dos regiones y sistemas de ciudades muy importantes. Una de ellas es la que conecta a través de la Troncal Nº 017, o sea la vía carretera que atraviesa la costa oriental del lago de Maracaibo y comunica a Mene Grande, Bachaquero, Lagunillas, Ciudad Ojeda, Cabimas y Maracaibo. La otra región y sistema de ciudades (mapa Nº 18) lo hace por la Troncal 001 o carretera Panamericana que conecta a Barquisimeto, Carora, Quíbor y El Tocuyo. Dice el estudio de FUDECO que la Troncal Nº 17:
“en un tramo de 88,22km constituye el lazo de unión (de Lara) con esta importante zona petrolera”. ([30])

Es por esta razón que el Municipio Autónomo Torres es quien primero recibe los contingentes humanos que se desplazan desde el Zulia por esta vía carretera que se concluyó en 1957. Es a partir de esta inauguración cuando se ha producido un acelerado proceso de vinculación Lara-Zulia.

Esta cercanía geográfica crea lo que se ha dado en llamar una frontera interior de transición Lara-Zulia en el Municipio Autónomo Torres. (Véase parte I de esta monografía).

Características Generales de Carora como Frontera Interior de Transición Lara – Zulia.

a)      Economía:
Si bien es cierto que la vinculación económica de Carora es fundamentalmente con Barquisimeto (véase mapas Nº 19 y 20), es importante destacar que el intercambio comercial es muy intenso en lo que se refiere a Carora y su área de influencia con el Zulia. Es muy significativo que una de las primeras agencias bancarias privadas en establecerse en Carora fuese el Banco de Maracaibo (1958).

No poseemos cifras sobre el volumen del comercio Carora – Maracaibo pero, a juzgar por la cuantiosa cantidad del comercio ilegal decomisado procedente del Estado Zulia, inferimos que la entrada de mercancías desde esa entidad es bastante significativa.

b)      Tránsito humano:
La comunicación del Zulia con el centro de Venezuela es por la carretera Lara-Zulia. Hay un incesante flujo de pasajeros de esa a estas regiones del país.
En Carora existe una línea de autobuses (con 30 unidades) que todos los días hace sus viajes hasta Cabimas, Bachaquero, Lagunillas y Ciudad Ojeda.

c)      Migraciones Internas

Las cifras dadas por el geógrafo Ramón Tovar indican que el Estado Zulia es un fuerte foco de atracción de población. La presencia de falconiano, trujillanos y merideños en el Zulia ,ocupan el segundo y tercer lugar respectivamente. Con respecto a Táchira y Lara, Tovar dice:

“No quiere esto decir que están ausentes en el Zulia sino que su peso se coloca por debajo de los más fuertes (Falcón 1º, Trujillo 2º y Mérida 3º)”. ([31])

Pese a esto es de destacar que la mayor presencia de larenses en el Zulia está constituida por torrenses. Una rápida y directa encuesta entre 350 alumnos del Liceo Egidio Montesinos de Carora y a la pregunta: ¿tiene Ud. familiares en el Zulia? Respondió favorablemente el 15% de los encuestados. Es la actividad petrolera lo que atrae hacia el Zulia y son cuantiosos los caroreños y torrenses que han regresado de ese Estado con significativas fortunas, que son producto de su labor por años en las compañías petroleras extranjeras.

d)      Educación, Salud, Deporte y Cultura

El torrense prefiere continuar sus estudios superiores en Barquisimeto, en Mérida y en Maracaibo. Creemos que el número de egresados del Zulia y de Mérida es equivalente pero muy atrás de los que lo hacen en su Estado nativo.

Ante la enfermedad, el torrense debe elegir entre el ir a tratar su mal en Barquisimeto o en Maracaibo. Una estimación conservadora es la de que el 50% elige cada uno de estos centros de atención hospitalaria. El caroreño estima y sabe que la infraestructura hospitalaria de Maracaibo es de las mejores del país.

Torres tiene una tradición beisbolística sin parangón en el Estado Lara. Ella le fue inyectada desde los campos petroleros zulianos, en donde los norteamericanos introdujeron el deporte al país. No es de extrañar que el equipo larense de béisbol, el Cardenales BBC, haya nacido en Carora y que en sus inicios perteneciera a la extinta Liga de Occidente que tenía como sede principal a Maracaibo. Un dato poco conocido es el de que Luis Aparicio, el más grande pelotero zuliano y del país, se haya iniciado con este equipo y que permaneciera viviendo en Carora por varios años.

Folklore y Música

La gaita zuliana ya se oye en toda época del año en todo el ámbito nacional. Este es un fenómeno reciente, pero en Torres la gaita tiene historia. No debe olvidarse que las emisoras de radio del vecino Estado se oyen con nitidez en Torres. Otros ritmos (de Colombia: el vallenato, la cumbia y el porro) son muy escuchados en el Zulia y en Torres.

El caroreño tiene una marcada tendencia expresar dichos de gran agudeza, chistes y bromas que son muy semejantes a los zulianos. Es frecuente que los chistes de “maracuchos” se digan y cuenten en Carora. Zulianos y caroreños son dicharacheros y de una brusca franqueza.

La fonética del zuliano se asemeja a la del caroreño en el alargamiento de las vocales y en cierta musicalidad con que entonan las frases.

Caroreños y zulianos gustan del comer y del beber con un cierto sibaritismo que a veces cae en el exceso. Es común ver en maracuchos y caroreños exhibir grandes y acentuados vientres. Coincidencia o no, son unos rasgos comunes aún no estudiados en profundidad.

Religión

En  Venezuela existen sitios en donde hay devoción o que apareció la Virgen de la Chiquinquirá. Ellos son Barinas, Lobatera, Maracaibo y Aregue.

Aregue se halla a 10 kms de Carora. ¿Se trata de dos hechos aislados? No lo creemos. Se trata más bien de una devoción que fue traída desde la Nueva Granada a Aregue en el siglo XVII, y que por agradecimiento un viajero español salvado de un naufragio por la virgen ,le fue erigida una bella iglesia en 1746 Es, pues, una devoción que entró al país por el oeste desde la vecina Colombia como parte del gran movimiento mariano de los siglos XVII y XVIII.

  
CONSIDERACIONES FINALES


            El Municipio Autónomo Torres   del Estado Lara corre el riesgo de perder una buena parte de su territorio, o sea el 30% de su superficie, y no es casual que ellos sean la mayor riqueza forestal, agropecuaria y de producción de agua.

            Tres Estados vecinos litigan esas ricas comarcas al Municipio Autónomo Torres, quien de perderlas se encontraría con la dramática situación de ver conformada casi toda la totalidad de su superficie por terrenos semiáridos de baja productividad. En consecuencia, se impone una solución inmediata de estos tres litigios limítrofes con los Estados Zulia, Falcón y Trujillo.

            Sirva la presente monografía para hacer tomar conciencia y documentar a aquellos larenses preocupados por el destino de su región.

 
BIBLIOGRAFÍA


Aspectos geográficos del Estado Lara. C.V.F. Caracas, 1966.

Aspectos geográficos del Estado Trujillo. C.V.F. Caracas, 1966.

Cunill Grau, Pedro. El poblamiento del territorio venezolano durante el siglo XIX. Ediciones Presidencia de la República. Caracas, 1985.

FUDECO. Análisis ambiental de la región Centro Occidental de Venezuela. Barquisimeto, 1985.

FUDECO-MARNR. Caracterización ambiental del Estado Lara. Barquisimeto, 1987.

Maraven. Región Centro Occidental. Serie Estudios. Regionales Nº 3. Caracas, 1988.

Nweihed, Kaldone. Terminología geográfica de Venezuela. Vadell Hnos. Valencia, 1988.

Tovar, Ramón. Perspectiva geográfica de Venezuela. Vadell Hnos. Valencia, 1978.

Troconis de Veracoechea, Ermila. Historia de El Tocuyo colonial. EBUCV. Caracas, 1982.

Vila, Marco Aurelio. Conceptos de geografía Historia de Venezuela. Monte Ávila Editores. Caracas, 1970.

Vila, Pablo. El Obispo Martí. U.C.V. Caracas, 1980.

 Mapas

CORPOVEN-MTC. Mapa vial región norte de la República de Venezuela. Gráficas  Armitano. Caracas, 1981.
FUDECO: Jurisdicción política administrativa del Municipio Autónomo Torres. Hidrografía. Hidrografía (cuencas)

LAGOVEN S.A.- MARNR (Dirección de Cartografía Nacional). Mapa de carreteras de Venezuela. Edición 1980. Aeromapas Seravenca C.A. Caracas, 1980.

Fuentes Orales

Cortés, Expedito. Educador y conservacionista larense. Marzo de 1991.

Díaz, Germán. Docente larense en El Paradero. Marzo de 1991.

Montes de Oca, Domingo. Concejal por el MAS del Municipio Autónomo Torres. Abril, 1991.

Silva, Amabilis. Diputado de Copei, Asamblea Legislativa de Lara. Abril, 1991.


([1])  Este es el “sentido que le da el Dr. Nweihed, Kaldone al término frontera. Véase su trabajo Terminología de Fronteras U.S.B. Caracas, 1998. Pág. 4.
([2])  Troconis de Veracoechea, E. Historia de El Tocuyo Colonial. EBUC. Caracas, 1982. Pág. 54.
([3])  Vila, Marco  Aurelio. Conceptos de Geografía Histórica de Venezuela. Monte Ávila Editores. Caracas, 1970. Pág. 28.
([4])   Troconis de Veracoechea. Op. Cit. Pág. 296
([5])  Vila, M.A. Op. Cit. Pág. 40.
([6])  Vila, M.A. Op. Cit. Pág. 40
([7]) Cunill Grau, Pedro. El territorio venezolano durante el siglo XIX. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas, 1985. Pág. 1386.
([8])   Cunill Grau, Pedro. Op. Cit. Pág. 1388.
([9])   Cunill Grau, Pedro. Op. cit
([10])  Cunill Grau, Pedro. .Op. cit. Pág. 242
([11])   Op. Cit. Pág. 242
([12]) Vila, M.A. Op. Cit. Pág. 210
([13]) Cunill Grau, Pedro. Op cit. Pág. 1383.
([14])  Op cit. Pág. 279
([15])  Op cit. Pág. 280
([16]) Cunill Grau. Op cit. Pág. 1880
([17])  Cunill Grau. Op cit. Pág. 1378
([18])  Se refiere Cunill Grau al año 1880. Op cit. Pág. 1386
([19]) FUDECO- MARNR: Caracterización ambiental del Estado Lara. Página 219.
(*)   Fuente: FUDECO- MARNR: Caracterización ambiental del Estado Lara. Página 16
([20]) FUDECO- MARNR: Caracterización ambiental del Estado Lara.
([21]) FUDECO-MARNR. Op cit. Pág. 156
([22]) FUDECO-MARNR: Op cit. Anexo I. Pág. 256
([23]) Información suministrada por el diputado larense Amabilis Silva en marzo de 1991.
([24])  Información suministrada por el concejal torrense Domingo Montes de Oca el 30 de marzo de 1991.
 ([25]) Información suministrada por el Profesor Germán Díaz. Marzo de 1991.
([26]) Vila, Marco Aurelio. Aspectos Geográficos del Estado Trujillo. C.V.F. Caracas, 1966. Página 95
([27]) Vila, M.A. Op cit. Pág. 132
([28]) El mismo Vila afirma que en 1950 160.747 trujillanos viven fuera de su Estado. Op cit. Pág. 126
 ([29]) FUDECO-MARNR. Op cit. Pág. 169
([30]) FUDECO-MARNR. Op cit. Pág. 169
([31]) Tovar, Ramón. Perspectiva Geográfica de Venezuela. Vadell Hnos. valencia, 1978. pág. 81

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