martes, 12 de julio de 2022

El nacimiento de las Ferias de San Juan Bautista de Carora en 1922


Luis Eduardo Cortés Riera

Como hemos dicho en otras ocasiones, las Ferias de San Juan Bautista de Carora nacieron en 1922, durante la larga dictadura del general Juan Vicente Gómez, pero no con el nombre del santo patrono de la ciudad, Juan el Bautista. Se llamaron tales eventos de principios del siglo XX Exposición Regional de 1922, en Homenaje al Primer Centenario de la Muerte del General Pedro León Torres. Como se ve, el nombre de San Juan no aparece aun en este momento, pero será esta Exposición Regional de 1922 el germen e inicio de lo que se constituiría en las Ferias de San Juan Bautista de Carora en lo sucesivo, hasta llegar con tal denominación al siglo XXI.1

Veamos de qué manera la Exposición Regional de 1922, organizadas por el Concejo Municipal, la Jefatura Civil, Diario de Carora, Club Torres y algunas casas comerciales, se transforma en lo sucesivo en Ferias de San Juan Bautista de Carora, un interesante y curioso proceso digno de enfatizar.  Lo primero que debemos destacar es que estamos asistiendo a la conformación de la Idea de Nación, la construcción de héroes, de patriotas y de ciudadanos 2. Sucede que el más querido héroe de la Patria de los caroreños es el desgraciado General de División Pedro León Torres, fallecido en 22 de agosto de 1822 en Yacuanquer, Nuevo Reino de Granada, Colombia, tras recibir terribles heridas mortales en la dificilísima y cruel Batalla de Bomboná en 7 de abril de 1822. Este patriota participa en la Campaña del Sur, liderada por el Libertador Simón Bolívar. En ella participa otro notable patriota caroreño, el General de División Jacinto Lara (1777-1859), pero es el General Torres quien atrapa un sentimiento muy marcado del pueblo que lo vio nacer en 1788. Ello se debe a su sinigual coraje y valor de soldado, como a su trágica muerte acontecida tras larga agonía de 54 días, cuando apenas contaba con 34 años de existencia, y debemos agregar el hecho de que sus restos mortales aún no han sido repatriados a Venezuela y su Panteón Nacional 3. Pero hay una coincidencia cronológica que es preciso destacar: es que el nacimiento del General Torres, el 25 de junio, coincide con la realización de las fiestas patronales de san Juan Bautista de Carora. Ello quiere decir que allí se produce, como dice Alejandro Barrios Piña, un sincretismo cultural 4 que une la tradición religiosa católica a la tradición de la Patria en vías de conformación en los días del solsticio de verano boreal.

Es necesario e ineludible destacar una curiosa e interesante situación del bronce del héroe de Bomboná. Sucedió que el busto del General Pedro León Torres ocupó hasta 1930 el sitio que le correspondía al Padre de la Patria Simón Bolívar, esto es la Plaza Bolívar de Carora, pero cuando se conmemora con gran entusiasmo y boato el Primer Centenario de la muerte del Libertador en 1930, el busto del General Torres tendrá otro destino, pues se le construirá una plaza en su memoria a tres cuadras al Este de la Plaza Bolívar, en la calle principal de la ciudad de Carora, la calle Bolívar.

       De modo pues que las Ferias de San Juan Bautista de Carora tendrán como inicio el evento patriótico y nacionalista que se vincula estrechamente a la tradición del catolicismo en la antigua ciudad de san Juan Bautista el Portillo de Carora. Se trata de lo que llama Reinaldo Rojas un universo simbólico de mitos y representaciones sociales en construcción.5, es el nacimiento de la “religión de la Patria” imbricada indisolublemente a la religión católica que implantó el español desde el siglo XVI en estas remotas geografías del semiárido occidental venezolano.

Queda de tal manera abierto el camino para realizar las segundas jornadas expositivas caroreñas en 1943. Se les llamó Primera Feria Exposición Ganadera del Distrito Torres, y se realizan en tiempos del gobierno del civilista general Isaías Medina Angarita y de la horrorosa Segunda Guerra Mundial. Realizadas durante el solsticio de verano y próximas a los festejos del santo patrón, comenzaron a ser llamadas Ferias de San Juan Bautista de Carora hasta los días de hoy. Hace su aparición en estas segundas ferias de Carora su majestad el ganado bovino, renglón agropecuario que distingue nacional e internacionalmente al Municipio Torres con su insignia y bandera: el Ganado Raza Carora, único en el trópico y que además muestra un doble propósito excepcional: carne y leche. Una maravilla genética lograda por cruce del  antiguo “ganado amarillo de Quebrada Arriba” y la noble raza Pardo Suizo, iniciada por Teodoro Herrera Zubillaga y sus hasta ahora anónimos ayudantes capesinos, en este empeño que le ha dado fama universal a esta ciudad del semiárido larense venezolano.

Luego de siete años de suspenso, las 41° Ferias de San Juan Bautista de Carora se realizan con brillo y entusiasmo este mes de junio de 2022, un logro del Alcalde Javier Oropeza y los sectores económicos del agro que lo respaldaron. Estas Ferias son, en este sentido, un capital simbólico (Pierre Bourdieu) de los “patricios caroreños” y otros representantes de la boyante economía agropecuaria de nuestro Municipio Torres.

 

 

1 Barrios Piña, Alejandro. Crónicas de la comarca caroreña, pág. 75.

2 Véase el interesante trabajo de Reinaldo Rojas: Venezuela: Fiesta, imaginario político y nación. 2011.

3 La repatriación de los restos mortales del Héroe de Bomboná ha sido una aspiración imperdonablemente fallida hasta el presente, cuando redactamos este trabajo (julio de 2022).

4 Barrios Piña, Alejandro. Óp. Cit. Pág. 76.

5 Rojas, Reinaldo. Op. Cit. Prólogo. Págs. 9 y siguientes.

 

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Julio Teodoro Arze: extravagante pintor y escultor caroreño

Luis Eduardo Cortés Riera.

cronistadecarora@gmail.com

Este pintor y escultor caroreño nació en 1868 y murió en la misma ciudad en 1934. Es un personaje del cual se han elaborado las más chistosas anécdotas debido a su excentricidad y es, además, poco conocido, hecho que habrá de deberse a ser Carora tierra decididamente de cuerdas y pentagramas y no precisamente de caballetes y óleos.

Hizo estudios en la Escuela de Artes y Oficios en Barquisimeto con Eliezer Ugel y  el merideño Rafael Antonio Pino,  fue discípulo de Emilio Mauri entre 1887 y 1899. Estudio en Roma con el maestro Tiratelli finalizando el siglo XIX, gracias a una beca del general Aquilino Juares, cultísimo presidente del Estado Lara. Hacia 1903 participa en el Primer Concurso Industrial del Estado Lara. En 1904 regentaba su propia escuela de arte. En 1905 su obra ya era reproducida y comentada en el inigualable El Cojo Ilustrado, la aun sinigual revista impresa venezolana dirigida por J. M. Herrera Irigoyen. 1

Una resolución del 3 de febrero de 1906 comisionó a Julio Teodoro Arze  pintar al presidente general Cipriano Castro y al general Aquilino Juares.  Entre 1914 y 1923 se encuentra en Carora, con breves lapsos en Caracas, ya que aparece como profesor auxiliar de escultura en la Academia de Bellas Artes, en abril de 1921. Ese año dictaba clases de dibujo en el Liceo Fermín Toro en sustitución del pintor del Cerro El Ávila Manuel Cabré.  Desde 1919 se dedicó al retrato. Su cuadro épico Las Queseras del Medio fue exhibido en la Fotografía Manrique. De Arze es también un retrato del historiador y político larense  y tocuyano Dr. José Gil Fortoul. Como retratista se le considera sucesor aventajado del pintor valenciano Arturo Michelena (1863-1898) Al morir en la pobreza y de tuberculosis el 7 de enero de 1934, usaron sus pinturas como mortaja, siguiendo las insólitas medidas sanitarias de la época.  Por iniciativa del pintor José Requena, se creó en 1954 el Salón Julio Teodoro Arze, en Barquisimeto.

En una de sus estadías en la ciudad de Carora, quizás entre 1914 y 1923, se le pide elaborar un óleo de grandes proporciones sobre ese tenebroso tercer lugar de la geografía del más allá, el Purgatorio, tal como lo llama el historiador francés Jacques Le Goff, y que medía unos dos metros por 1,75 centímetros, aproximadamente. Y decimos aproximadamente porque este valioso cuadro fue lanzado irresponsablemente a la basura en la década de 1960 por un torpe y ruin sacerdote o algún ignorante sacristán, quienes viéndolo roto y deteriorado creyeron conveniente hacerlo desaparecer.2

Pero lo más extraordinario de este óleo que plasma con maestría ese temible tercer lugar de la geografía del más allá y que no tiene base bíblica, 3 el Purgatorio, es que allí aparecen varios personajes, mujeres y hombres, con las caras transidas de dolor, consumiéndose entre las llamas eternas y que eran, algo insólito, sus odiados familiares, de entre ellos su legítima esposa, Soledad Riera Álvarez.

Ha sido tal barbarie un verdadero crimen imperdonablemente cometido contra nuestro legado pictórico. Lo más lamentable es que los registros fotográficos de la obra, si es que se hicieron, tampoco aparecen. Agradecemos a la sensible persona que posea una de ellas le pedimos hacérnosla llegar a la Oficina del Cronista Oficial del Municipio Torres, avenida Miranda, frente al Banco de Venezuela, Carora.

Pero igual desgracia sufre su mural dedicado al rey Leopoldo II de Bélgica (1865-1909), ubicado en una pared familiar de una casa del barrio Torrellas de Carora, pues una anónima espátula asesina lo borró hace cosa de unos 30 años. Quizás fue en reclamo póstumo a la figura de este monarca que se apropió y enriqueció con el Congo en África, asesinando allí a unos 10 millones de personas, un verdadero genocidio decimonónico. Es posible que Julio Teodoro Arze lo pintara poco después de la muerte del soberano germánico, que fallece despreciado por la nación belga.

 

       El periodista Juan José Peralta nos refiere que “En El Diario de Carora, Dionisio Oviedo lo describió como un “personaje pintoresco que paseaba su estrafalaria figura por las calles de Carora con un atuendo que le daba aspecto de conde o de príncipe venido a menos, barba nazarena, chaleco de vistosas solapas ensamblado en holgado paltó de casimir, corbata ancha colgada de un cuello que no le venía a su medida, grandes zapatos con los que producía fuerte ruido al caminar arrastrándolos y ajado sombrero de fieltro puesto de cualquier modo sobre la cabeza cubierta de larga cabellera. Cualquiera que veía tan estrafalaria figura, nunca podría pensar que estaba frente al insigne pintor que fue don Julio Teodoro Arze”.

 

La Dirección de Cultura de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, desde tiempos del licenciado Daniel Andueza, se ha dispuesto loablemente recatar este precioso legado del pintor y escultor caroreño, que murió pobre y atormentado por las burlas de sus coterráneos en la soleada ciudad de su nacimiento hace casi una centuria. Un verdadero genio pictórico que reclama ser sacado del anonimato y la oscuridad.

 

 

 

 

Principio del formulario

 

1 Silva Uzcátegui, Rafael Domingo. Enciclopedia Larense. Tomo II, pág. 68

2 Información oral del Pbro. Abogado Alberto Álvarez Gutiérrez. Carora, 23 de julio de 2019.

3 Le Goff, Jacques. El nacimiento del Purgatorio. Taurus. Barcelona, España, 1998.

4 Correo de Lara. Un sitio de Historia. 22 de septiembre de 2018.

Final del formulario

 

 

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