jueves, 14 de julio de 2022

El sacerdote jesuita Hermann González Oropeza y el Colegio Federal Carora,1935-1939 (En el Centenario de su nacimiento)

 

Escribo estas líneas en ocasión de estarse celebrando en Carora, Estado Lara, República Bolivariana de Venezuela, el Centenario del nacimiento del sacerdote jesuita Hermann González Oropeza (1922-1998), que coincide con otro memorable Centenario: el de la ordenación sacerdotal en 1922 del Obispo Mártir Salvador Montesdeoca, asesinado por los nazis en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Es nuestro Oscar Arnulfo Romero venezolano.

Debo felicitar por estas magnificas celebraciones a mis amigos Obispo de la Diócesis de Carora Carlos Curiel, Pbro. Alberto Álvarez Gutiérrez, licenciado José Álvarez Yépez, profesora Pura Lozada, licenciada-abogada Danny Gómez Timaure por haber resaltado con pasión y orgullo de ser caroreños, las vidas de estos egregios sacerdotes caroreños, que han seguido la senda imborrable de los sacerdotes Br. Lisímaco Gutiérrez y Dr. Carlos Zubillaga, iniciadores de una iglesia para los pobres en estas tierras del semiárido occidental venezolano a principios de la centuria que dejamos atrás.

Jesuitas: bolcheviques de la Iglesia.

Los jesuitas fueron llamados por el mexicano Octavio Paz los “bolcheviques de la Iglesia Católica.” Este apelativo se lo han ganado claramente, puesto que han sido estos eminentes sacerdotes unos verdaderos revolucionarios dentro de la pesada y conservadora estructura de la Iglesia de Roma. Su reconocible y sólida estructura militar deriva del hecho de que su fundador en 1534, el español Ignacio de Loyola era, en efecto, un militar. Fueron ellos los responsables de la renovación de la Escolástica en España del siglo XVI, una filosofía que se extinguía en el resto de Europa. Controlaban la cultura y la educación universitaria en el inmenso Imperio español de entonces.

Su figura cimera será el pensador Francisco Suárez (1548-1617), en su pensamiento ocupa un lugar destacado la reflexión jurídica y política. Negó el derecho divino de los reyes: la autoridad del monarca viene del pueblo y el Estado es la expresión del consenso social. Rechazó también la idea de Aristóteles que consideraba a la esclavitud como parte de la ley natural: no hay esclavos por naturaleza y todos los hombres nacen libres. Asimismo, puso en entredicho el derecho de conquista fundado en la evangelización, fundamento de la dominación española en el Nuevo Mundo.

Fue el ilustrado rey Carlos III quien expulsa de sus reinos a los jesuitas en 1767, al acusarlos de ser los instigadores de los motines populares del año anterior.  Una verdadera catástrofe social ocasionará la decisión real, sobre todo en México y Paraguay. Regresarán a principios del siglo XIX, pero en Venezuela será el dictador Juan Vicente Gómez quien permite su entrada en 1916.

La Compañía de Jesús y las ciencias naturales y humanas.

Un eminente lugar en la búsqueda del conocimiento y del saber distingue a la Compañía de Jesús desde sus inicios. Recordemos la Ratio Studiorum o plan de estudios de los jesuitas establecido en 1599, que por su rigor y métodos explica la brillantez y la audacia de la pedagogía jesuítica hasta el presente. Debemos recordar que fue el jesuita Papebroeck el fundador de la hagiografía científica y que fue Atanasio Kircher un inmenso escritor jesuita alemán que quería saberlo todo, literalmente hablando.

Los jesuitas, dice la Enciclopedia Libre Wikipediahan hecho numerosas contribuciones significativas al desarrollo de la ciencia. Por ejemplo, históricamente se han dedicado al estudio de los terremotos, y en ocasiones la sismología ha sido descrita como "la ciencia jesuita". También han sido descritos como "el principal contribuyente a la física experimental en el siglo XVII." Según Jonathan Wright en su libro titulado Soldados de Dios, en el siglo XVIII los jesuitas habían "contribuido al desarrollo de relojes de péndulo, pantógrafos, barómetros, telescopios de reflexión y microscopios; y a campos científicos tan variados como el magnetismo, la óptica y la electricidad. Observaron, en algunos casos antes que cualquier otro, las bandas coloreadas sobre la superficie de Júpiter, la nebulosa de Andrómeda y los anillos de Saturno. Formularon teorías acerca de la circulación de la sangre (independientemente de Harvey), sobre la posibilidad teórica del vuelo, sobre la manera en que la Luna afecta a las mareas, y sobre la naturaleza ondulatoria de la luz."

El padre Hermann González Oropeza.

Este afable e inteligente sacerdote nacerá en Carora el soleado mes de julio, día tercero, año de 1922, hijo del próspero comerciante Miguel Ángel González y de María Sofía Oropeza. Era patricio o godo por los dos lados. Tuve el placer de conocerlo en Caracas cuando cursaba mi Maestría en Historia en la Universidad José María Vargas en1992. En mi Tesis Doctoral sobre la Iglesia Católica caroreña (2003) fue un agrado enorme citarlo muchas veces de su monumental investigación Iglesia y Estado en Venezuela (1977). Esta extraordinaria obra me permite comprender las difíciles y complicadas relaciones del Estado venezolano con la Iglesia Católica nuestra.

Cada vez que paso por la plaza Bolívar de Carora, calle Comercio, observo con pesar y desolación las ruinas de la que fue su hermosa casa solariega. Tras 55 años de servicio en la Compañía de Jesús fallecerá el 10 de febrero de 1998 este extraordinario investigador que tuvo el atrevimiento de meterse en los archivos de la Gran Bretaña para demostrar el arrogante despojo realizado por la “Pérfida Albión” de nuestra Guayana Esequiba. La ciencia de la fronterología fue su gran pasión. Para gran sorpresa nuestra, demostró con fehacientes pruebas documentales que nuestra ciudad poseía en el Lago de Maracaibo lo que se llamó Puerto Carora hasta finales del siglo XVIII. Sufrió de cárcel al oponerse a la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.

 Dice Manuel Donís que el padre Hermann dejó una larga obra publicada. He aquí algunos de sus títulos: La fundación de Maturín y la cartografía del Guarapiche, (1957) (Coautor con Pablo Ojer Celigueta). La frontera de la Guayana Esequiba, (1958). «Memoria sobre los límites entre las Guayanas inglesa y venezolana» en: Rafael María Baralt. Obras Completas, (1960). La liberación de la Iglesia venezolana del Patronato Eclesiástico, (1968 y 1988). Iglesia y Estado en Venezuela, (1977 y 1997). Fe cristiana y marxismo. Documentos, (1978). Atlas de la historia cartográfica de Venezuela, (1983 y 1987). Historia del Estado Monagas, (1985). El Seminario Santa Rosa de Lima entre los años 1856-1915, (1986). Historia de las fronteras de Venezuela, (1989), (Coautor con Manuel Donís Ríos). Vida religiosa en la Venezuela republicana, (1990). La Iglesia en la Venezuela hispánica, (1991). La capilla del Calvario de Carora, (1994). Todo esto sin contar con su colaboración para el Diccionario de Historia de la Fundación Polar, (1988 y 1997), además de un número significativo de artículos de prensa, ponencias, discursos y algunas obras no impresas. Quien escribe le conoce por sus escritos en el desaparecido Diario de Carora.

Hermann González en el Colegio Federal Carora (1935-1939).

Dos años antes de la muerte del fundador del Colegio Federal Carora, Dr. Ramón Pompilio Oropeza, es decir en 1935, será inscrito por su padre el muchacho de 13 años para cursar el elitesco bachillerato de nuestra educación. Cursará Hermann González en primer año las asignaturas Aritmética Razonada, Castellano, Francés, Geografía, Historia Universal, Botánica, Latín y Dibujo. Sus compañeros de clases en ese viejo Colegio caroreño fundado en 1890 al calor del patriciado caroreño, eran: el futuro poeta comunista, nativo de San Francisco Alí Lameda, el eminente médico Homero Álvarez, Otto Herrera, Dimas Franco, Ricardo Perera, Margarita Riera, Ana Luisa Suárez, Carmen Barrios, Carmen América Vásquez, Enrique Álvarez, José Ramón Marrufo, procedente de Churuguara, Oscar Villanueva, Roque Julio Rosales, natural de Cúcuta, Francisco Manuel Jiménez, natural de Boconó. En ese mismo Colegio estudiaban en otra sección, de tercer año, los siguientes muchachos: el quiboreño José Antonio Arráiz, Lulio Chávez, Gustavo Leal, Ambrosio Juárez, Luis Rosas, José Enrique Mendoza, procedente de Jabón.

En 1936, cuando se iniciaba el gobierno del general Eleazar López Contreras, el joven Hermann González Oropeza pasó a cursar su segundo año de bachillerato. Cursa las asignaturas Algebra, Literatura, Francés, Latín, Raíces Griegas, Geografía e Historia Universales y en especial de Venezuela y América, Zoología y Química Mineral. En 1937, año de la muerte del Dr. Ramón Pompilio Oropeza, Rector y fundador del Colegio La Esperanza o Federal Carora en 1890, cursará Hermann González, de 15 años de edad, las asignaturas Geometría, Inglés, Literatura General, Filosofía, Mineralogía y Geología, Física, Química Orgánica. Ese año, con tres lustros de edad, decide hacerse sacerdote gracias a un sacerdote jesuita llamado Narciso Irala, quien le anima a ordenarse durante un Congreso Mariano realizado en Carora. En el año escolar 1938-1939, cuando los tambores de guerra repican en Europa, cursará el joven Hermann González sus últimas asignaturas de bachillerato: Trigonometría y Topografía, Inglés, Filosofía, Biología, Cosmología y Cronología, Física. Al terminar la secundaria y en Carora, decide Hermann hacerse sacerdote.

Durante esos años fue nuestro joven Hermann discípulo de docentes muy destacados y eminentes, tales como el abogado por la Universidad de Caracas Dr. Ramón Pompilio Oropeza (jubilado el 1° de mayo de 1936), el futuro constitucionalista Dr. Ambrosio Oropeza Coronel, el médico y educador Dr. Pablo Álvarez Yépez (quien fue docente de quien escribe en 1968), Br. Miguel Ángel Meléndez, el fundador de la Pediatría en Venezuela Dr. Pastor Oropeza, Ramón José Álvarez.

Su formación sacerdotal y científica.

 En 1939 entra, refiere Adrián Jimenez, en el Seminario Interdiocesano de Caracas, y allí comenzó sus estudios de Filosofía para convertirse en futuro sacerdote diocesano. Durante este tiempo surgió en él la “decisión irrevocable de ser jesuita” y el 05 de enero de 1943 ingresó en el Noviciado San José Pignatelli, en Los Chorros. Su Maestro de novicios fue el P. Fernando Bilbao, S.J. Luego fue enviado a Colombia para realizar sus estudios de Humanidades. La Filosofía la realizó en España y en 1948 regresó a Venezuela para cumplir con su etapa de Magisterio dando clases en el Seminario Interdiocesano de Caracas y el Colegio San José de Mérida. En 1951 es enviado a Londres, para realizar sus estudios de Teología en el Heythrop College de Oxon.

 Una simpática anécdota.

Para finalizar, una curiosa anécdota del padre Hermann proporcionada por Adrián Jiménez, que nos ilumina sobre su indeclinable vocación sacerdotal: “Mi mamá decía que yo nací prácticamente muerto y que me tuvieron que dar respiración artificial a través de un pedúnculo (tallo) de lechosa. Ante las circunstancias, mi mamá me ofreció a Dios para sacerdote”. Y esta promesa terminó por convertirse en realidad muchas años después. Creció y se formó con profundos valores cristianos en Carora, Ciudad levítica de Venezuela.

Gloria eterna para este magnífico sacerdote jesuita caroreño, al cual la profundidad de la Ciencia Natural no lo extraña sino que lo acerca más al Dios creador.

Referencias.

Cortés Riera, Luis Eduardo. Iglesia Católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora, siglos XVI a XIX. Llave del Reino de los Cielos. Universidad Santa María, Caracas, Venezuela, 2003.

------------------Del Colegio La Esperanza al Colegio Federal Carora, 1890-1937. Fondo Editorial de la Alcaldía del Municipio Torres, Fondo Editorial Buría, Barquisimeto-Carora, 1997.

Donís, Manuel. La historia por Manuel Donís. De un pupilo para un maestro. Un chorrito para el padre Hermann. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela, s.f.

Libro de Matrícula del Colegio La Esperanza y Colegio Federal Carora.1890-1944.

Wikipedia, Enciclopedia Libre. Jesuitas científicos.

 Luis Eduardo Cortés Riera.

 cronistadecarora@gmail.com

Carora, Estado Lara.

República Bolivariana de Venezuela,

14 de julio de 20022.

 

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martes, 12 de julio de 2022

El nacimiento de las Ferias de San Juan Bautista de Carora en 1922


Luis Eduardo Cortés Riera

Como hemos dicho en otras ocasiones, las Ferias de San Juan Bautista de Carora nacieron en 1922, durante la larga dictadura del general Juan Vicente Gómez, pero no con el nombre del santo patrono de la ciudad, Juan el Bautista. Se llamaron tales eventos de principios del siglo XX Exposición Regional de 1922, en Homenaje al Primer Centenario de la Muerte del General Pedro León Torres. Como se ve, el nombre de San Juan no aparece aun en este momento, pero será esta Exposición Regional de 1922 el germen e inicio de lo que se constituiría en las Ferias de San Juan Bautista de Carora en lo sucesivo, hasta llegar con tal denominación al siglo XXI.1

Veamos de qué manera la Exposición Regional de 1922, organizadas por el Concejo Municipal, la Jefatura Civil, Diario de Carora, Club Torres y algunas casas comerciales, se transforma en lo sucesivo en Ferias de San Juan Bautista de Carora, un interesante y curioso proceso digno de enfatizar.  Lo primero que debemos destacar es que estamos asistiendo a la conformación de la Idea de Nación, la construcción de héroes, de patriotas y de ciudadanos 2. Sucede que el más querido héroe de la Patria de los caroreños es el desgraciado General de División Pedro León Torres, fallecido en 22 de agosto de 1822 en Yacuanquer, Nuevo Reino de Granada, Colombia, tras recibir terribles heridas mortales en la dificilísima y cruel Batalla de Bomboná en 7 de abril de 1822. Este patriota participa en la Campaña del Sur, liderada por el Libertador Simón Bolívar. En ella participa otro notable patriota caroreño, el General de División Jacinto Lara (1777-1859), pero es el General Torres quien atrapa un sentimiento muy marcado del pueblo que lo vio nacer en 1788. Ello se debe a su sinigual coraje y valor de soldado, como a su trágica muerte acontecida tras larga agonía de 54 días, cuando apenas contaba con 34 años de existencia, y debemos agregar el hecho de que sus restos mortales aún no han sido repatriados a Venezuela y su Panteón Nacional 3. Pero hay una coincidencia cronológica que es preciso destacar: es que el nacimiento del General Torres, el 25 de junio, coincide con la realización de las fiestas patronales de san Juan Bautista de Carora. Ello quiere decir que allí se produce, como dice Alejandro Barrios Piña, un sincretismo cultural 4 que une la tradición religiosa católica a la tradición de la Patria en vías de conformación en los días del solsticio de verano boreal.

Es necesario e ineludible destacar una curiosa e interesante situación del bronce del héroe de Bomboná. Sucedió que el busto del General Pedro León Torres ocupó hasta 1930 el sitio que le correspondía al Padre de la Patria Simón Bolívar, esto es la Plaza Bolívar de Carora, pero cuando se conmemora con gran entusiasmo y boato el Primer Centenario de la muerte del Libertador en 1930, el busto del General Torres tendrá otro destino, pues se le construirá una plaza en su memoria a tres cuadras al Este de la Plaza Bolívar, en la calle principal de la ciudad de Carora, la calle Bolívar.

       De modo pues que las Ferias de San Juan Bautista de Carora tendrán como inicio el evento patriótico y nacionalista que se vincula estrechamente a la tradición del catolicismo en la antigua ciudad de san Juan Bautista el Portillo de Carora. Se trata de lo que llama Reinaldo Rojas un universo simbólico de mitos y representaciones sociales en construcción.5, es el nacimiento de la “religión de la Patria” imbricada indisolublemente a la religión católica que implantó el español desde el siglo XVI en estas remotas geografías del semiárido occidental venezolano.

Queda de tal manera abierto el camino para realizar las segundas jornadas expositivas caroreñas en 1943. Se les llamó Primera Feria Exposición Ganadera del Distrito Torres, y se realizan en tiempos del gobierno del civilista general Isaías Medina Angarita y de la horrorosa Segunda Guerra Mundial. Realizadas durante el solsticio de verano y próximas a los festejos del santo patrón, comenzaron a ser llamadas Ferias de San Juan Bautista de Carora hasta los días de hoy. Hace su aparición en estas segundas ferias de Carora su majestad el ganado bovino, renglón agropecuario que distingue nacional e internacionalmente al Municipio Torres con su insignia y bandera: el Ganado Raza Carora, único en el trópico y que además muestra un doble propósito excepcional: carne y leche. Una maravilla genética lograda por cruce del  antiguo “ganado amarillo de Quebrada Arriba” y la noble raza Pardo Suizo, iniciada por Teodoro Herrera Zubillaga y sus hasta ahora anónimos ayudantes capesinos, en este empeño que le ha dado fama universal a esta ciudad del semiárido larense venezolano.

Luego de siete años de suspenso, las 41° Ferias de San Juan Bautista de Carora se realizan con brillo y entusiasmo este mes de junio de 2022, un logro del Alcalde Javier Oropeza y los sectores económicos del agro que lo respaldaron. Estas Ferias son, en este sentido, un capital simbólico (Pierre Bourdieu) de los “patricios caroreños” y otros representantes de la boyante economía agropecuaria de nuestro Municipio Torres.

 

 

1 Barrios Piña, Alejandro. Crónicas de la comarca caroreña, pág. 75.

2 Véase el interesante trabajo de Reinaldo Rojas: Venezuela: Fiesta, imaginario político y nación. 2011.

3 La repatriación de los restos mortales del Héroe de Bomboná ha sido una aspiración imperdonablemente fallida hasta el presente, cuando redactamos este trabajo (julio de 2022).

4 Barrios Piña, Alejandro. Óp. Cit. Pág. 76.

5 Rojas, Reinaldo. Op. Cit. Prólogo. Págs. 9 y siguientes.

 

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Julio Teodoro Arze: extravagante pintor y escultor caroreño

Luis Eduardo Cortés Riera.

cronistadecarora@gmail.com

Este pintor y escultor caroreño nació en 1868 y murió en la misma ciudad en 1934. Es un personaje del cual se han elaborado las más chistosas anécdotas debido a su excentricidad y es, además, poco conocido, hecho que habrá de deberse a ser Carora tierra decididamente de cuerdas y pentagramas y no precisamente de caballetes y óleos.

Hizo estudios en la Escuela de Artes y Oficios en Barquisimeto con Eliezer Ugel y  el merideño Rafael Antonio Pino,  fue discípulo de Emilio Mauri entre 1887 y 1899. Estudio en Roma con el maestro Tiratelli finalizando el siglo XIX, gracias a una beca del general Aquilino Juares, cultísimo presidente del Estado Lara. Hacia 1903 participa en el Primer Concurso Industrial del Estado Lara. En 1904 regentaba su propia escuela de arte. En 1905 su obra ya era reproducida y comentada en el inigualable El Cojo Ilustrado, la aun sinigual revista impresa venezolana dirigida por J. M. Herrera Irigoyen. 1

Una resolución del 3 de febrero de 1906 comisionó a Julio Teodoro Arze  pintar al presidente general Cipriano Castro y al general Aquilino Juares.  Entre 1914 y 1923 se encuentra en Carora, con breves lapsos en Caracas, ya que aparece como profesor auxiliar de escultura en la Academia de Bellas Artes, en abril de 1921. Ese año dictaba clases de dibujo en el Liceo Fermín Toro en sustitución del pintor del Cerro El Ávila Manuel Cabré.  Desde 1919 se dedicó al retrato. Su cuadro épico Las Queseras del Medio fue exhibido en la Fotografía Manrique. De Arze es también un retrato del historiador y político larense  y tocuyano Dr. José Gil Fortoul. Como retratista se le considera sucesor aventajado del pintor valenciano Arturo Michelena (1863-1898) Al morir en la pobreza y de tuberculosis el 7 de enero de 1934, usaron sus pinturas como mortaja, siguiendo las insólitas medidas sanitarias de la época.  Por iniciativa del pintor José Requena, se creó en 1954 el Salón Julio Teodoro Arze, en Barquisimeto.

En una de sus estadías en la ciudad de Carora, quizás entre 1914 y 1923, se le pide elaborar un óleo de grandes proporciones sobre ese tenebroso tercer lugar de la geografía del más allá, el Purgatorio, tal como lo llama el historiador francés Jacques Le Goff, y que medía unos dos metros por 1,75 centímetros, aproximadamente. Y decimos aproximadamente porque este valioso cuadro fue lanzado irresponsablemente a la basura en la década de 1960 por un torpe y ruin sacerdote o algún ignorante sacristán, quienes viéndolo roto y deteriorado creyeron conveniente hacerlo desaparecer.2

Pero lo más extraordinario de este óleo que plasma con maestría ese temible tercer lugar de la geografía del más allá y que no tiene base bíblica, 3 el Purgatorio, es que allí aparecen varios personajes, mujeres y hombres, con las caras transidas de dolor, consumiéndose entre las llamas eternas y que eran, algo insólito, sus odiados familiares, de entre ellos su legítima esposa, Soledad Riera Álvarez.

Ha sido tal barbarie un verdadero crimen imperdonablemente cometido contra nuestro legado pictórico. Lo más lamentable es que los registros fotográficos de la obra, si es que se hicieron, tampoco aparecen. Agradecemos a la sensible persona que posea una de ellas le pedimos hacérnosla llegar a la Oficina del Cronista Oficial del Municipio Torres, avenida Miranda, frente al Banco de Venezuela, Carora.

Pero igual desgracia sufre su mural dedicado al rey Leopoldo II de Bélgica (1865-1909), ubicado en una pared familiar de una casa del barrio Torrellas de Carora, pues una anónima espátula asesina lo borró hace cosa de unos 30 años. Quizás fue en reclamo póstumo a la figura de este monarca que se apropió y enriqueció con el Congo en África, asesinando allí a unos 10 millones de personas, un verdadero genocidio decimonónico. Es posible que Julio Teodoro Arze lo pintara poco después de la muerte del soberano germánico, que fallece despreciado por la nación belga.

 

       El periodista Juan José Peralta nos refiere que “En El Diario de Carora, Dionisio Oviedo lo describió como un “personaje pintoresco que paseaba su estrafalaria figura por las calles de Carora con un atuendo que le daba aspecto de conde o de príncipe venido a menos, barba nazarena, chaleco de vistosas solapas ensamblado en holgado paltó de casimir, corbata ancha colgada de un cuello que no le venía a su medida, grandes zapatos con los que producía fuerte ruido al caminar arrastrándolos y ajado sombrero de fieltro puesto de cualquier modo sobre la cabeza cubierta de larga cabellera. Cualquiera que veía tan estrafalaria figura, nunca podría pensar que estaba frente al insigne pintor que fue don Julio Teodoro Arze”.

 

La Dirección de Cultura de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, desde tiempos del licenciado Daniel Andueza, se ha dispuesto loablemente recatar este precioso legado del pintor y escultor caroreño, que murió pobre y atormentado por las burlas de sus coterráneos en la soleada ciudad de su nacimiento hace casi una centuria. Un verdadero genio pictórico que reclama ser sacado del anonimato y la oscuridad.

 

 

 

 

Principio del formulario

 

1 Silva Uzcátegui, Rafael Domingo. Enciclopedia Larense. Tomo II, pág. 68

2 Información oral del Pbro. Abogado Alberto Álvarez Gutiérrez. Carora, 23 de julio de 2019.

3 Le Goff, Jacques. El nacimiento del Purgatorio. Taurus. Barcelona, España, 1998.

4 Correo de Lara. Un sitio de Historia. 22 de septiembre de 2018.

Final del formulario

 

 

El juicio del mono (1925)

Pareciera mentira que en Estados Unidos, el país más próspero del  mundo, que había salido fortalecido y casi indemne de la terrible e inúti...