jueves, 29 de septiembre de 2022

Biblioteca Salvat de Grandes Temas


Sucedió mientras estudiábamos con fervor en la ilustre Universidad de Los Andes de Mérida, Venezuela, cuando llegan a nuestras ávidas manos juveniles los primeros ejemplares de una magnífica y bien lograda colección, salida del libertario genio del inteligente y milenario pueblo catalán: Libros GT: La problemática del hombre actual en un conjunto, estructurado y coherente, tal como era su enunciativo subtítulo e intención. Una maravilla editorial semejante a la que apareció una década después y de mano de la misma gente: Biblioteca Científica Salvat, cuando laborábamos en el Liceo Egidio Montesinos de la ciudad de Carora.

Fue GT una idea extraordinaria en la cual se examinaban los temas más diversos y variados de las ciencias naturales y de las humanidades, en un lenguaje para la divulgación, pero que ello no suponía que los temas y problemas se simplificaran o sufrieran banalización. Desde los átomos a las utopías, el psicoanálisis y el mundo vegetal, el sistema solar y el origen del hombre, el teatro y la explosión demográfica, viajes espaciales y cine, las matemáticas y la protesta juvenil, todo el conocimiento humano parecía caber allí en 100 títulos aparecidos que deslumbrarían al mismo sabio barroco Atanasio Kircher, bellamente ilustrados y presentados.

Su éxito fue inmediato entre docentes, estudiantes, personal administrativo ¡y obrero! de la Facultad de Humanidades y Educación en la ciudad de Mérida. Los profesores Dr. Juan Astorga y Ernesto Pérez Baptista hicieron elogiosos y refrescantes comentarios de Grandes Temas en las aulas de aquella Facultad que parecía secuestrada por el simplismo mecanicista del marxismo soviético o del libro Los conceptos fundamentales del materialismo histórico.

Era GT una nueva óptica que venía -¡oh paradoja!- de un país que vivía los últimos momentos de la larga dictadura del franquismo, en tanto que nosotros, en un país democrático, éramos incapaces de asumir ideas planteamientos tan audaces y renovadores. Pero aquello cambió, necesario es decirlo, cuando al año siguiente,1974, nacería un concepto editorial venezolano inmenso y ambicioso:  Biblioteca Ayacucho, de la mano de Ángel Rama y José Ramón Medina.

Grandes Temas aparecía quincenalmente en hermosa y cuidada presentación de tapa dura y 15,5 X 29,5 centímetros. En su país de origen, España franquista, se la califica de antienciclopedia pop en tiempos de transición, pues eran los años de la gran rebelión juvenil y se asomaba la culminación de la larga dictadura peninsular.

Sus promotores eran gente de pensamiento de izquierda y asumían la realidad de la Patria Catalana, un viejo anhelo, según sostiene el hispanista francés Pierre Vilar. Participaron autores –muchos aún en la veintena de años– como el filósofo Eugenio Trías, el novelista Manuel Vázquez Montalbán, el historiador Josep Fontana, el escritor y político Francesc Vicens, el médico obstetra Santiago Dexeus, el político Raimon Obiols, el dramaturgo Alberto Miralles, el filósofo José María Carandell, el físico Amadeo Montoto o la crítica de teatro María José Ragué, entre otros.

En su consejo de redacción figuraban dos paisanos: el sabio profesor germano venezolano Ignacio Burk, docente del Instituto Pedagógico Caracas, y el filósofo fenomenólogo zuliano Ernesto Mayz Vallenilla, quien en muchos aspectos completa la filosofía de Edmund Husserl. Al profesor Burk le debo mi formación en psicología y filosofía, áreas del conocimiento que me acercaron a la historia de las mentalidades cultivada por los franceses maestros Marc Bloch y Lucien Fevbre y la Escuela de los Anales por ellos fundada. Con Mayz Vallenilla me acerqué a la fenomenología, corriente filosófica germana que me ayudó a comprender el fenómeno religioso.

Otras estrellas del pensamiento del consejo de redacción de Grandes Temas en 1973 eran: el guionista de tiras de colores mexicano Álvaro Gálvez y Fuentes, el médico, historiador falangista Pedro Laín Estralgo, el poeta Jacques Masui, Antonio Prevosti (genetista), el abogado y periodista Emilio Teixidot, Joaquín Marco, crítico literario y filólogo, como director editorial.

Cada uno de los 100 números de GT contenía una minuciosa entrevista a eminentes figuras del pensamiento en diversas áreas del saber, algunos de los cuales aún viven, de entre las cuales recuerdo al historiador británico, especialista en la Rusia Soviética Edward H. Carr, al filósofo de la Escuela de Frankfurt Jurgen Habermas, que es entrevistado por Emilio Lledó, el estudioso de los cómics Claude Moliterni, Jacques Lacan, Burrhuos Skinner quien se refiere a las utopías, Roman Jacobson, Karlheim Stockhausen, el antropólogo estructuralista Claude Levi Strauss, el sociólogo de la pobreza Richard Meier.

sábado, 17 de septiembre de 2022

LA COFRADÍA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA DEL PORTILLO DE CARORA


Este hecho religioso magnífico que fue la fundación de la Cofradía del Santísimo Sacramento en 1585, tiene una gran significación para la catolicidad en Carora y en buena parte de la Provincia de Venezuela y más allá, pues fue una cofradía conocida en lugares tan distantes como en la muy católico Reino de Irlanda, Francia, los distintos reinos de España, islas Canarias, Santo Domingo, Nuevo Reino de Granada. Fue animada por la indeclinable misión evangelizadora de España y el importantísimo Concilio de Trento del siglo XVI. 1

 Los fundadores de esta extraordinaria y connotada cofradía o hermandad caroreña en 1585, finales del genésico siglo XVI venezolano, responsable del fuerte ethos o identidad caroreña, fueron los siguientes hombres:

  “Reverendo Sor Henrique bello, Cura y vicario de la dcha Ciudad y los Srs El Capn Juan de Salamanca, y Francisco Mateos, y Bartolomé Martín del Real, Alcaldes ordinarios pr su Majestad en dcha Ciudad, y Juan Gallego, y Pedro Gordón y Pedro González, y Alonso Marguez, todos vecinos de esta Ciudad, trataron qe pr cuanto gosa de presente el Ilmo Sor Arcediano Don Antonio de los Rios, Juez visitador della en la visita qe hiso en esta Ciudad en la Sta Iglesia Mayor de ella, el Smo Sacramento, y es necesario nombrar Mayordomo qe tenga con prober de las cosas necesarias pa el culto divino…” 2

 Esta notable cofradía y otras 12 hermandades más, son las responsables de que en la ciudad de blancos de Carora se haya conformado una sólida atmósfera religiosa que nos llega hasta el presente siglo XXI. Eran las cofradías o hermandades unas estructuras de solidaridad de base religiosa, como las llama el historiador francés Michel Vovelle, y que como tal aseguraban a sus miembros o hermanos de cualquier etnia y sin discriminación alguna, amparo y protección en caso de enfermedad, indigencia o muerte. Prestaban dinero a interés y poseían unas grandes haciendas con mano de obra esclava, unos 80 negros de la etnia africana de los tare, las llamadas Cofradías del Montón de Carora.3 Gracias a estas haciendas del Montón funda el preilustrado obispo Mariano Martí en 1776 las escuelas de primeras letras para niños y paga salarios a los docentes en la ciudad del Portillo, antecedente primero de nuestra educación formal y planificada.

 Pero también tenían estas hermandades o cofradías otra misión no menos importante y que era de orden religioso y metafísico: sacar el alma de los cofrades difuntos del Purgatorio, un tercer lugar distinto al cielo y el infierno, como lo llama Martín Lutero, y que no tiene base escritural.3 Una modificación de la “geografía del más allá”. Las misas cantadas o no, las oraciones, las velas encendidas y el incienso consumiéndose para lograr este cometido se hicieron entonces infinitos a lo largo de tres siglos de colonialismo y más allá, la Republica de Venezuela. Fue una forma de acumulación de capital muy importante por parte de la Iglesia Católica en Hispanoamérica, pues estos oficios religiosos tenían un costo en dinero.

 De este modo podemos afirmar que la parroquia de San Juan Bautista, sus numerosas cofradías con miles de hermanos que en ellas “entraban”, que en su seno se conformaron a través de los siglos, sus muy numerosos sacerdotes y obispos que en ella ejercieron su pastoral, son los nítidos responsables de que la ciudad por su marcado fervor religioso haya sido llamada por el padre Carlos Borges a principios del siglo pasado “Ciudad levítica de Venezuela”, y que además a su abrigo se hallan conformado dos potentes imaginarios colectivos religiosos: la muy popular Leyenda del Diablo de Carora en el siglo XVIII, y la conocida Maldición del Fraile Aguinagalde en el siglo XIX.

Las cofradías o hermandades fueron en su momento una suerte de primitivo seguro social que protegía a los hermanos de las contingencias de la vida, enfermedad, muerte, indigencia, protegían a viudas y huérfanos. Hogaño estas magnificas estructuras religiosas han perdido el esplendor del cual gozaron hasta hace más o menos un siglo.  Ha contribuido a ello el aparecimiento de instituciones del Estado que se encargan de salud o educación, así como el abrupto aparecimiento de la enorme y descomunal riqueza petrolera que desarticuló nuestros eficientes entramados y filigranas sociales que venían desde la Colonia. 

  Opino que este sentido de solidaridad cultivado con gran esmero por la Iglesia Católica tan extraordinario debe ser retomado y reconstruido, para lograr una sociedad más fraterna e igualitaria en la Venezuela del tercer milenio, azotada por desarticuladoras pandemias y crisis económicas.

  1 Cortés Riera, Luis. Iglesia católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora, siglos XVI al XIX. Tesis Doctoral, Universidad Santa María, Caracas, República Bolivariana de Venezuela, 2003. Págs. 121 y siguientes.

 2 “Constituciones y ordenanzas fechas pr los hermanos del Smo. Sacramento en esta Ciudad de Portillo de Carora. Documento suelto, 1912.

 3 Troconis de Veracoechea, Ermila. Las cofradías del Montón de Carora. Academia Nacional de la Historia, Caracas, Venezuela, 1978.

4 Le Goff, Jacques. El nacimiento del Purgatorio. Taurus, Barcelona, España,1987.

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Luis Eduardo Cortez Riera

 (Resumen Curricular)


Venezolano, nació en Cubiro, Estado Lara, 1952. Doctor en Historia, 2003. Magíster en Historia, UJMV, 1995, Licenciado en Historia, ULA, Mérida, 1976. Cronista Oficial del Municipio G. D. Pedro León Torres, 2008. Docente del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña, UPEL, Barquisimeto, jubilado del Ministerio de Educación, 2003. Tutor de Trabajos de Grado de Maestría y de Tesis Doctorales en UBA, UPEL, UCLA, UCV. Autor: Del Colegio La Esperanza al Colegio Federal Carora, 1890-1937, 1997. Iglesia Católica, Cofradías y mentalidad religiosa en Carora, siglos XVI al XIX, 2003, Explorando al Estado Lara (Enciclopedia) 2007, Ocho pecados capitales del historiador, 2007, Rafael Domingo Silva Uzcátegui, psiquiatría y literatura modernista (Ensayo ganador II Bienal Nacional de Literatura, 2014), La gallarda serpentina de El Negro Tino Carrasco, 2017, Sor Juana y Goethe: del barroco al romanticismo, Editorial Académica Española, 2020, Columnista de los diarios El Impulso, El Caroreño, El Diario de Carora. Colaborador de revistas Tierra Firme, Archipiélago, UNAM, México, Clases Historia, España, Saber ULA, Mérida, Letralia, Aragua, Carohana, Lara, La Revista, Policlínica Carora, Cine y Literatura, Chile, Enlace Científico, IUETAEB, Correo de Lara, En Prospectiva, UNY, Aldea Educativa Magazine, 2022, Memoria Educativa Venezolana, UCV, CISCUVE, UCV, Agulha, Revista de Cultura, Brasil. Miembro de la Fundación Buría, Casado con la médico dermatóloga Raíza María Mujica, hijos: José Manuel, Luis Manuel, María Fernanda. Reside: calle Catuca, esquina Calle Las Veras, S. N., Santa Rita, Carora.

 

Carora, Estado Lara,

República Bolivariana de Venezuela,

5 de septiembre de 2022.

El juicio del mono (1925)

Pareciera mentira que en Estados Unidos, el país más próspero del  mundo, que había salido fortalecido y casi indemne de la terrible e inúti...