miércoles, 19 de agosto de 2015

Bachiller Rafael Losada. Un educador olvidado.

Nació en Siquisique, actual Municipio Urdaneta, en 1873, hijo de Rafael Losada y Obdulia Álvarez,  y falleció en Carora en 1935. En 1890, a la edad de 18 años,  vino a cursar estudios superiores, como se decía entonces, o de secundaria en el Colegio La Esperanza o Federal Carora, instituto particular, hoy decimos  privado, dirigido por el abogado Dr. Ramón Pompilio Oropeza. Algunos de sus condiscípulos fueron Ignacio Zubillaga, Plinio Bracho, Dimas y Juan Bautista Franco, Pablo Álvarez, Pedro Francisco Carmona, hijo del fundador del diario El Impulso en 1904, Federico Carmona, entre otros. Después de cursar el viejo trienio filosófico de inspiración francesa, se gradúa de bachiller el 25 de julio de 1894. Fue el cuarto joven en obtener el semiaristocrático, semiclásico y semiprivado título en aquel viejo Colegio fundado al calor del patriciado caroreño en 1 de mayo de 1890, y que solo recibía varones en sus aulas recargadas de raíces griegas y latinas.

Como fue un alumno excepcional le fue otorgada la Medalla de Honor de manos del Dr. Oropeza en 1891, acto que se celebró en la iglesia de San Juan Bautista. En una de sus partes el Acta laudatoria dice: La dirección del Colegio La Esperanza se complace esta vez en manifestar aquí que por lo general en el último año académico, los alumnos procuran cumplir con sus deberes, que muchos merecieron siempre honrosas distinciones y que cree no faltó a la justicia adjudicando insólidum a uno entre estos la Medalla de Honor.
Más adelante dice el Acta, en un lenguaje cargado de religiosidad: No vaya el joven laureado a olvidar ni siquiera por instantes los nuevos y gravísimos deberes que contrae. Tenga presente que va á ser el punto en que convergen todas las aspiraciones de sus compañeros; que Luzbel fue un ángel que cayó; y que así es para él un deber sagrado conservarse siempre digno de la honra discernida.
  Su título de secundaria lo obtuvo en grado sobresaliente, pues la evaluación no era numérica. El jurado que emitió tal veredicto, cualitativo se dice hoy, estaba compuesto por el Rector, Dr. Oropeza, Dr. Lucio Antonio Zubillaga, Vicerrector, Dr. Salomón Curiel, Br. Antonio María Zubillaga, Br. Rafael Herrera. De inmediato pasó a encargarse de la Escuela Federal Anexa al Colegio.
Fue el primer Agrimensor Público egresado de La Esperanza. Su título lo obtuvo el 4 de octubre de 1894, cuatro meses luego de obtener el de bachiller en Ciencias Filosóficas. Ya en 1896 actúa como jurado en las pruebas finales del Colegio junto al Dr. Oropeza, Dr. Lucio Antonio Zubillaga, Dr. Telésfofo Montero y los bachilleres Rafael Herrera Oropeza y Antonio María Zubillaga.
Fue presidente electo del aristocrático Club Torres en 1907. En 1912 se formó una Junta del Acueducto, al cual Losada se integró recomendado por el general gomero Juan de Jesús Blanco. Corrigió en varias ocasiones al ingeniero que vino de Caracas a hacer los cálculos de esa obra pública. Con su esfuerzo también fue instalada la Planta Eléctrica en 1922.
Don Cecilio “Chío” Zubillaga Perera, su discípulo en la Escuela Federal junto a José Herrera Oropeza,  dijo de su Maestro: Por ella, la cultura, fue Losada periodista, editor, escritor, orador y Maestro. ¡Hasta poeta! Sabía que la frase en rima penetra y hace su efecto patentizando ciertos estados de sensibilidad exquisita; y siendo así, queriéndose dar ampliamente, se copió en melodía y fabricó alados versos.
Abrió la Imprenta Sucre, empresa donde publicó el periódico El Museo en 1893, con Pedro Felipe Carmona; otro tabloide que salió de sus empeños culturales fue La Égida, asociado con José María Zubillaga, en 1897. Otro impreso será El Adolescente, que fue también de sus creaciones periodísticas, en 1919, empresa civilizadora que emprendió con P. F. Carmona. En 1922 viajó a Puerto Cabello para adquirir los gabinetes de física, química e historia natural de la Casa Fils y Emile Deyrolle de París, mandados a comprar por los padres de familia de Carora. ¡Qué lejos estamos hoy de ese pasado educativo!
Hogaño poquísimas personas recuerdan a tan importante civilizador nuestro, al que le tocó vivir y actuar en una Venezuela cargada de dificultades, en tierra de desordenados, como se expresara angustiado Mariano Picón Salas. Fueron 45 años que dedico este singular siquisiqueño que se sembró en Carora, para darnos ilustración, conocimientos y guiarnos por el recto proceder social

El juicio del mono (1925)

Pareciera mentira que en Estados Unidos, el país más próspero del  mundo, que había salido fortalecido y casi indemne de la terrible e inúti...