Nació
en Siquisique, actual Municipio Urdaneta, en 1873, hijo de Rafael Losada y
Obdulia Álvarez, y falleció en Carora en
1935. En 1890, a la edad de 18 años,
vino a cursar estudios superiores,
como se decía entonces, o de secundaria en el Colegio La Esperanza o Federal Carora,
instituto particular, hoy decimos privado, dirigido por el abogado Dr. Ramón
Pompilio Oropeza. Algunos de sus condiscípulos fueron Ignacio Zubillaga, Plinio
Bracho, Dimas y Juan Bautista Franco, Pablo Álvarez, Pedro Francisco Carmona,
hijo del fundador del diario El Impulso
en 1904, Federico Carmona, entre otros. Después de cursar
el viejo trienio filosófico de
inspiración francesa, se gradúa de bachiller el 25 de julio de 1894. Fue el
cuarto joven en obtener el semiaristocrático, semiclásico y semiprivado título
en aquel viejo Colegio fundado al calor del patriciado caroreño en 1 de mayo de
1890, y que solo recibía varones en sus aulas recargadas de raíces griegas y
latinas.
Como
fue un alumno excepcional le fue otorgada la Medalla de Honor de manos del Dr.
Oropeza en 1891, acto que se celebró en la iglesia de San Juan Bautista. En una
de sus partes el Acta laudatoria dice: La
dirección del Colegio La Esperanza se complace esta vez en manifestar aquí que
por lo general en el último año académico, los alumnos procuran cumplir con sus
deberes, que muchos merecieron siempre honrosas distinciones y que cree no
faltó a la justicia adjudicando insólidum a uno entre estos la Medalla de
Honor.
Más
adelante dice el Acta, en un lenguaje cargado de religiosidad: No vaya el joven laureado a olvidar ni
siquiera por instantes los nuevos y gravísimos deberes que contrae. Tenga
presente que va á ser el punto en que convergen todas las aspiraciones de sus
compañeros; que Luzbel fue un ángel que cayó; y que así es para él un deber
sagrado conservarse siempre digno de la honra discernida.
Su título de secundaria lo obtuvo en grado sobresaliente, pues la evaluación no era
numérica. El jurado que emitió tal veredicto, cualitativo se dice hoy, estaba
compuesto por el Rector, Dr. Oropeza, Dr. Lucio Antonio Zubillaga, Vicerrector,
Dr. Salomón Curiel, Br. Antonio María Zubillaga, Br. Rafael Herrera. De
inmediato pasó a encargarse de la Escuela Federal Anexa al Colegio.
Fue
el primer Agrimensor Público egresado de La Esperanza. Su título lo obtuvo el 4
de octubre de 1894, cuatro meses luego de obtener el de bachiller en Ciencias Filosóficas.
Ya en 1896 actúa como jurado en las pruebas finales del Colegio junto al Dr.
Oropeza, Dr. Lucio Antonio Zubillaga, Dr. Telésfofo Montero y los bachilleres
Rafael Herrera Oropeza y Antonio María Zubillaga.
Fue
presidente electo del aristocrático Club Torres en 1907. En 1912 se formó una
Junta del Acueducto, al cual Losada se integró recomendado por el general
gomero Juan de Jesús Blanco. Corrigió en varias ocasiones al ingeniero que vino
de Caracas a hacer los cálculos de esa obra pública. Con su esfuerzo también
fue instalada la Planta Eléctrica en 1922.
Don
Cecilio “Chío” Zubillaga Perera, su discípulo en la Escuela Federal junto a
José Herrera Oropeza, dijo de su Maestro:
Por ella, la cultura, fue Losada
periodista, editor, escritor, orador y Maestro. ¡Hasta poeta! Sabía que la
frase en rima penetra y hace su efecto patentizando ciertos estados de
sensibilidad exquisita; y siendo así, queriéndose dar ampliamente, se copió en
melodía y fabricó alados versos.
Abrió
la Imprenta Sucre, empresa donde
publicó el periódico El Museo en
1893, con Pedro Felipe Carmona; otro tabloide que salió de sus empeños
culturales fue La Égida, asociado
con José María Zubillaga, en 1897. Otro impreso será El Adolescente, que fue también de sus creaciones periodísticas, en
1919, empresa civilizadora que emprendió con P. F. Carmona. En 1922 viajó a
Puerto Cabello para adquirir los gabinetes de física, química e historia
natural de la Casa Fils y Emile Deyrolle de París, mandados a comprar por los
padres de familia de Carora. ¡Qué lejos estamos hoy de ese pasado educativo!
Hogaño poquísimas
personas recuerdan a tan importante civilizador nuestro, al que le tocó vivir y
actuar en una Venezuela cargada de dificultades, en tierra de desordenados, como se expresara angustiado Mariano Picón
Salas. Fueron 45 años que dedico este singular siquisiqueño que se sembró en
Carora, para darnos ilustración, conocimientos y guiarnos por el recto proceder
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