El
día de Ramos, 21 de marzo de 1937 falleció, tal como Sócrates, rodeado de
discípulos y sin perder la lucidez, uno de los más destacados educadores venezolanos de la primera mitad del siglo XX,
el Dr. Ramón Pompilio Oropeza. Se retira de la vida terrenal sin dejar el
magisterio, pues aun a la edad de 76 años seguía dictando cátedra en el
instituto que fue su creación: El Colegio La Esperanza o Federal Carora. Esta
notable institución de educación secundaria fue fundada al calor del
“patriciado caroreño” el 1º de mayo de 1890. El Liceo Egidio Montesinos es el
instituto heredero de esas dos instituciones hermanas.
El
Dr. Ramón Pompilio era devoto católico y un godo sin fortuna. Vivió de sus dos
profesiones: la de abogado y la de educador. Para la de legista se prepara en
la Universidad de Caracas de donde egresa con honores, en tanto que para
pedagogo aprendió el oficio de manera empírica y a costa de enormes sacrificios
en una Venezuela donde parecía normal clausurar colegios y universidades.
Hizo
estudios de primaria en Carora, y a falta de colegio de secundaria debió
marchar a El Tocuyo a realizarlos en el célebre Colegio de La Concordia,
regentado por el Br. Egidio Montesinos, educador que dejará profunda impronta
en su vida.
Pudo
haberse quedado en Caracas, donde ya graduado de abogado se le ofrecieron los mejores
empleos, pero más pudo el llamado de su tierra, un rasgo de la psicología
caroreña. Un día de Semana Santa de 1890
se le acercaron unos notables a plantearle la necesidad de abrir un colegio de
secundaria, idea que acepta de sus promotores: Andrés Tiberio Álvarez, Amenodoro Riera, General Federico Carmona. Nace de tal manera su obra
imperecedera El Colegio La Esperanza, el cual arranca con 22 alumnos varones y que
en su mayoría se extraen de la “godarria caroreña”, aunque algunos eran de los
Andes trujillanos. Su vicerrector, hasta 1928, será el Dr. Lucio Antonio
Zubillaga.
Era
un colegio particular que el año 1891 fue elevado a la categoría de Federal por
Raimundo Andueza Palacio. En 1895 el instituto estuvo
a punto de ser clausurado por Joaquín Crespo. Entre 1890 y 1915 egresaron 37
bachilleres después de cursar el anacrónico “trienio filosófico” de la
educación de signo hispánico, educación de palabras y no de cosas. A pesar de
la introducción de la filosofía positiva y el darwinismo, seguía siendo un
bachillerato dominado por las humanidades clásicas y las lenguas muertas.
Las
clases de Latinidad, Retórica, Física, Griego y Cosmografía debieron ser
interrumpidas en 1899 por causa de la guerra. En 1900 el Colegio es clausurado
por Cipriano Castro y su Ministro de Instrucción, el escritor Eduardo Blanco. El Dr. Oropeza no se amilana y
reabre el Colegio como particular. En 1902 protesta como presidente del Club
Torres el bloqueo de Venezuela por las naves de guerra alemanas e inglesas. Marcha a Barquisimeto en 1906
a presidir la Corte de Justicia, pero renuncia y vuelve a Carora y abre un colegio
para señoritas.
En
el año 1911 suceden acontecimientos muy importantes en su vida: muere su esposa
Atala, en tanto que lo colma de alegría el hecho de que Juan Vicente Gómez reabra el Colegio por conducto del Ministro de
Instrucción Dr. José Gil Fortoul, amigo del Dr. Oropeza.
De
esta ya centenaria institución han pasado por sus aulas un sinnúmero de notables:
Dr. Pastor Oropeza, Dr. Luis Beltrán Guerrero, Dr. Rafael Tobías Marquís, Dr.
Ambrosio Perera, Pbro, Dr. Carlos Zubillaga, Cecilio “Chío” Zubillaga Perera, Dr. Beltrán Perdomo
Hurtado, Br. Rafael Lozada, Br. Dimas Franco Sosa, Dr. Ambrosio Oropeza Coronel,
Dr. Juan Oropesa, Br. José Herrera Oropeza, Br. Juan Bautista Franco, Br.
Virgilio Crespo, Dr. José Luis Andrade, Dr. Ricardo Álvarez, Dr. Juan Carmona,
Dr. Carlos Gil Yépez, Br. Pablo Álvarez, Dr. Pablo Álvarez Yépez. Una pléyade
de hombres: la “Generación de La Esperanza”.
Después
del deceso del Dr. Oropeza llegaran a sus aulas Guillermo Morón, Elisio Jiménez Sierra, Homero
Álvarez, Alí Lameda, Leoncia Castañeda,
Eva Teresa Acosta, Emérita Acosta, María Luisa Rodríguez, Eduardo Herrera
Riera, Gustavo Leal, Luis Rosas, Hermes
Chávez, Lulio Chávez, Eddie Morales Crespo, Ligia Zubillaga, Luis Oropeza
Vásquez, Carlos César Rodríguez, Mario Oropeza, y muchos más.
En
la década de 1960, cuando estudiábamos en el Grupo Escolar Ramón Pompilio
Oropeza, acostumbrábamos visitar la tumba del Maestro Ramón Pompilio en el
Cementerio Municipal. Es momento de que este bello y admirable gesto sea
reanimado y con ello formar en los niños y jóvenes el sentido de gratitud hacia
este inmenso educador que se guiaba por el credo de que “el hombre no ha de ser
sólo para él.”