domingo, 28 de marzo de 2021

Vida de Carora en 1914


En estos años era Carora una activa ciudad comercial y artesanal que tenía una población cercana a las 10.000 personas y un fervor religioso excepcional. Capital del Distrito Torres. El analfabetismo llegaba casi al horroroso 80 % de la población y tenía un Colegio Federal con apenas 32 alumnos, todos varones. 1914 es el fatídico año en que va a comenzar la guerra más destructiva que hasta entonces había conocido la humanidad. Muy lejos de Europa en llamas, el Semanario Labor de don José Herrera Oropeza y Miguel Ángel González Herrera, que convivía con el diario El Impulso del Br. Federico del Carmen Carmona Álvarez, nos ofrece un florilegio de casas comerciales caroreñas y de otras localidades venezolanas, así como de su apacible y rutinaria vida cotidiana.

Entre las casas comerciales más activas de esta ciudad del semiárido larense estaba la afamada Botica La Americana, propiedad del judío sefardita  y farmaceuta don Jacobo José Curiel Mármol, aventado a estas tierras caroreñas por los motines antijudíos de Coro. Estaba ubicada esta venta de medicinas y otros artículos en la calle Torres, esquina de la calle San Juan, frente al templo de San Dionisio Areopaguita (Obispo de Atenas). Se anunciaba como la botica más antigua de Carora y cuyo crédito y fama son bien conocidos, que despacha medicinas legítimas que son despachadas con escrupulosa honradez profesional.

Ofrecía el bueno de don Jacobo en su botica un Elixir Depurante, un remedio infalible para los males reumáticos, el Callicida Curiel, sin rival contra los callos, la Tinta para teñir el pelo, dándole una negrura, brillantez y firmeza que rejuvenece por completo a la persona que la use. Ofrecía también “el licor más agradable para las damas, llamado Amor Eterno, y ninguno más apropiado para obsequiarlas”, y otra rareza hogaño desconocida: el singular Amargo Aromático (Amargo de Angostura).

No solo expendía medicinas la botica de don Jacobo sino que también proporcionaba la NOVEDAD de los relojes Omega, Patria y Tabor, anteojos y lentes de todas clases y colores, contando además con un aparato para probar el número que el cliente desee. Otro: cadenas de plata para vender por metros y por medio metro. Imágenes de plata doradas. Y se despedía así La Americana: EQUIDAD EN LOS PRECIOS. Seriedad en todo.

Como la piel ha sido eternamente motivo de solícitos cuidados, como me dice mi consorte, la dermatóloga Raiza Mujica, había una medicina que garantizaba la salud dermatológica: Varita de Belleza (Marca de Fábrica Registrada). “Medicamento y artículo de tocador para curar y perfeccionar la piel. Inventado y preparado por el Doctor Guillermo Delgado Palacios” (1866-1931). Químico y Médico. Este destacado profesional estudió y fue docente en la Universidad de Caracas y fue el primer director del Laboratorio de Química del Ministerio de Sanidad. Se interesa por el mal bíblico de la lepra, para la cual realiza estudios del aceite de Ginocardia o Chaulmugra (Chaulmoogra) para su tratamiento. Se trata de unas semillas de un árbol originario de la India que fueron utilizadas para el tratamiento de la tuberculosis, úlceras, cortes y heridas, lepra y otros males de la piel hasta el siglo XX. Agrega el aviso comercial que existen tres clases de Varita de Belleza: la Blanca, la Amarilla y la Rosada. Cada una tiene un empleo especial según la imperfección o enfermedad de la piel que va a tratarse. Y recomienda: Lea cuidadosamente las instrucciones contenidas en las hojas que acompaña el envoltorio de cada Varita de Belleza. Agentes exclusivos en esta ciudad: Herrera & González, dueños de la tienda de novedades La Rosa de Oro.

En la entonces distante ciudad de Caracas existían por esos años ya lejanos la Casa de Modas El Gallo de Oro y La Tacita de Plata, que importaban directamente sus mercancías. Eran además un Gran taller de sombreros para Señoras, señoritas y niños. Confeccionaba trajes, especialidad en Trousseaux (ajuar o atalaje) para novias. Espléndido surtido de mercancías renovado constantemente por todos los (barcos) vapores. Gran surtido de artículos de fantasía. Precios sin competencia.  El Gallo de Oro, Pasaje Ramella nº 8, teléfono 182, apartado de correos 380.

La Tacita de Plata, estaba situada en la esquina de San Jacinto, teléfono 212. Su dueño era el libanés Farsen Ramia, quien creó la primera tienda por departamentos en Caracas, abuelo de la promotora cultural Carmen Ramia, esposa de Miguel Henrique Otero Silva, propietario del diario El Nacional. En la casa de los Ramia, en la avenida Libertador, nacerá el Ateneo de Caracas en 1931, será sede de Amnistía Internacional, de la Galería Los Espacios Cálidos y del celebérrimo grupo teatral Rajatabla.

La Rosa de Oro era una tienda de propiedad de Herrera y González, casa especialista en artículos para caballeros, como casimires (tejido de lana negro), calzado (sic), sombreros, almillas (ropa para dormir), camisas, cuellos, corbatas, elásticas, driles (tejido de algodón burdo), medias, etc. Extractos muy finos. Siempre constante y renovado surtido de prendas enchapadas y de oro, como sortijas, zarcillos y prendedores, pulseras, cadenas, medallas y leontinas (cadena de reloj de bolsillo). Adornos para trajes. Artículos de alta fantasía para regalos de cumpleaños y de bodas, (tarjetas) Postales finas y ordinarias. Relojes Omega (relojes suizos desde 1848), Patria y Cyma (relojería suiza desde 1862), Ideal, Roskopí (antiguo reloj de bolsillo), en distintas formas.

El 27 de septiembre de 1914 presenta brillantes exámenes en el Colegio Federal Carora el joven Juan Bautista Zubillaga Perera. Desarrolló el nuevo bachiller una tesis “El Origen de las especies”, pero el Semanario Labor no menciona al autor de semejante descubrimiento, que no es otro que el inglés Charles Robert Darwin. El jurado estuvo compuesto por el Dr. Rafael Tobías Marquís Oropeza, Dr. Ignacio Zubillaga, Presbítero Bachiller Pedro Felipe Montesdeoca, Br. Porfirio Álvarez, Br. Fortunato Franco. Habría que pensar qué diría el padre Montesdeoca de la idea de que las especies no las creó Dios en siete días, sino que es un proceso de millones de años. El nuevo bachiller aprobó sobresaliente por unanimidad.

Otro bachiller egresado del Colegio La Esperanza o Federal Carora, dirigido por el Dr. Ramón Pompilio Oropeza Álvarez, fue Miguel Bravo Riera, quien después de finalizar el tradicional y anacrónico “trienio filosófico” de nuestra educación, presenta una tesis sobre El Lenguaje Articulado. Es posible que Bravo Riera haya tratado allí las ideas de Ferdinand de Saussure (1857-1913), fundador de la lingüística moderna y de la semiótica. El Jurado Examinador estaba compuesto por el Br. Don Antonio Zubillaga Perera, Dr. Ignacio Zubillaga Herrera, Br. Fortunato Franco, Pbro. Br. Pedro Felipe Montes de Oca Silva, Br. Rafael Teodoro Zubillaga Isaac. Aprobó Sobresaliente.


 Ese mismo año hace su aparición en Carora su majestad El Automóvil Ford (seguramente se trataba del célebre Modelo T producido en serie en los Estados Unidos), de cuatro asientos. “Que se alquila para paseos por horas en la población y sus afueras. Se alquila así mismo para paseos por horas o viajes a lugares que lo permitan los caminos (no existía el macadam). El vehículo cuenta con un Chauffeur (conductor, palabra francesa) circunspecto (discreto y sobrio) y entendido. El pago es anticipado dándosele a la persona que contrate una o más horas, el recibo respectivo. La hora la dicta el reloj que va adherido al auto”. Los gerentes de esta empresa eran Herrera y González.

Y el Programa para las retretas nocturnas en la Plaza Bolívar, recién inaugurada por el general gomecista Juan de Jesús Blanco, figuran:

1° Afectos (vals), 2° Delicias (contradanza), 3° Sueños (vals), 4° primavera (danza), 5° Asunción (vals), 6° Sofía (polka).

El director de la banda era Heraclio Pérez L.

Luis Eduardo Cortés Riera.

cronistadecarora@gmail.com

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