martes, 17 de agosto de 2021

Los Rayos Roentgen y el Colegio Federal Carora en 1914- Dedicado a Gorquin Camacaro


El día 4 de octubre de 1914 reseña el Semanario Labor, de la ciudad de Carora, Venezuela , dirigido por José Herrera Oropeza y administrado por Miguel Ángel González, que el joven bachiller Fernando Yépez Bracho presentó el Examen de Grado de Bachiller  el día 26 de septiembre de 1914 en el Colegio La Esperanza o Federal Carora, institución dirigida por el abogado Dr. Ramón Pompilio Oropeza y el médico Dr. Lucio Antonio Zubillaga desde su reapertura, tras un largo cierre de 11 años por el presidente general Juan Vicente Gómez  y su flamante Ministro de Instrucción Dr. José Gil Fortoul en 1911.

El brillante nuevo bachiller era hijo del Dr. Fernando Yépez y de Felipa Bracho, había nacido en la vecina ciudad de El Tocuyo en 1894. Entra a la institución en 1911 a cursar las clases de Álgebra, Biología, Botánica, Zoología y Geología, Historia Universal, junto a los jóvenes Jacobo Curiel Mármol, Pablo José Arapé, Pedro Ramón Espinoza, Francisco Franco Rodríguez, Rafael Antonio Suárez, Luis Oropeza, Juan Bautista Zubillaga, Miguel Bravo Riera. Según reza el Libro de Matrícula del plantel.

En el año académico 1912-1913 cursa Fernando Yépez Bracho las clases de Literatura y Raíces Griegas, Física de primer año, Química, Complementos de Historia, en especial de España y América, Filosofía de primer año, Geometría, Botánica y Zoología. En el año escolar 1913-1914 cursa la clase de Literatura y su historia, Física de segundo año, Cosmografía y Cronología, Biología y Antropología, Mineralogía y Geología.

Durante su estadía en esta institución de educación secundaria que fue fundada en 1890, cursaron estudios allí, en otras secciones, el tradicional “trienio filosófico” de nuestra educación, el futuro fundador de la pediatría en Venezuela Pastor Oropeza, el constitucionalista Luis José Oropeza Coronel, el fundador de la radio en Carora Gonzalo González, el comerciante Flavio José Herrera, el director del diario El Impulso Federico José Carmona Figueroa, el médico psiquiatra Ricardo Álvarez.

El jurado para el Examen de Grado de Fernando Yépez Bracho estaba compuesto por el eminente Doctor en Agronomía y propietario del Liceo Contreras Rafael Tobías Marquís Oropeza, quien había estado en Panamá y obtenido su título de Doctor en New York en 1907, Doctor Ignacio Zubillaga, y los bachilleres Presbítero Pedro Felipe Montesdeoca, Rafael Herrera Oropeza, Rafael Zubillaga.

Versó la prueba escrita sobre “Descargas en los gases rarificados”, “Tubos de Geissler y de Crooner”, “Rayos Catódicos” y “Rayos X”. resulta poco menos que asombroso que en una institución de educación secundaria localizado en una región remota del occidental semiárido venezolano, el Estado Lara, se examinara en tan relevantes descubrimientos en la Física de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

La investigación física de la primera mitad del siglo XIX estuvo dominada por el estudio de los fenómenos de la electricidad y el magnetismo. Coulomb, Galvani, Faraday, Ohm y muchos otros físicos En 1855 Maxwell unificó las leyes conocidas sobre el comportamiento de la electricidad y el magnetismo en una sola teoría con un marco matemático común mostrando la naturaleza unida del electromagnetismo. En 1895 Roentgen descubrió los rayos X. 

Becquerel descubre la radioactividad en 1896. Este campo se desarrolló rápidamente con los trabajos posteriores de Pierre Curie, Marie Curie y muchos otros, dando comienzo a la física nuclear y al comienzo de la estructura microscópica de la materia. En 1897 Thomson descubrió el electrón, la partícula elemental que transporta la corriente en los circuitos eléctricos proponiendo en 1904 un primer modelo simplificado del átomo.

La física moderna comienza entre a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. Aunque se han realizado experimentos de física moderna con anterioridad, se considera como punto de inicio de la física moderna el año 1900, cuando el alemán Max Planck propone la idea del «cuanto de acción». Planck propuso la idea de que la energía se dividía en unidades indivisibles, y que ésta no era continua como decía la física clásica; es decir, que todos los niveles de energía posibles son múltiplos de un nivel de energía mínimo llamado cuanto. Con ello la Física del siglo XIX estaba muerta.

El Examen de Grado:

En los aspectos concretos en que el joven caroreño Fernando Yépez Bracho rinde prueba, los tubos de Geissler, son un invento y creación del físico alemán Heinrich Geissler, datado de 1850. Son tubos capaces de emitir luz de diferentes colores al producirse una descarga eléctrica en una atmósfera de gas contenida en su interior, preferentemente en condiciones de baja presión. Derivados de estos tubos, son por ejemplo el tubo fluorescente, el tubo de flash, las lámparas de descarga en general y los tubos utilizados para anuncios luminosos.

        El inventor de los Tubos de Crookes fue el británico William Crookes (1832-1919) fue un químico inglés, uno de los científicos más importantes en Europa del siglo XIX, tanto en el campo de la física como en el de la química. En 1863 ingresó en la Royal Society, y fue nombrado Sir en 1910.

Es conocido por ser el inventor del tubo de rayos catódicos, por el descubrimiento del elemento talio, y por ser el primero en analizar el gas helio en laboratorio, inventó las gafas de sol modernas.

También fue uno de los más importantes y destacados investigadores, y luego defensor, de lo que hoy en día se conoce como “espiritismo científico”, una religión alternativa en tiempos victorianos, y que seguramente el ortodoxo y conservador levita caroreño Br. Pedro Felipe Montesdeoca no veía con buenos ojos. Algo demoniaco debía haber en aquellos experimentos mediúmnicos de Crooker, influenciados por el espiritista francés Allan Kardec (1804-1869) autor de El libro de los espíritus, tan comentados entonces.

        El físico alemán Röntgen descubrió los rayos X en 1895, mientras experimentaba con los tubos de Hittorff-Crookes y la Bovina de Ruhmkorff para investigar la fluorescencia violeta que producían los rayos catódicos. Tras cubrir el tubo con un cartón negro para eliminar la luz visible, observó un débil resplandor amarillo-verdoso proveniente de una pantalla con una capa de platino-cianuro de bario, que desaparecía al apagar el tubo. Determinó que los rayos creaban una radiación muy penetrante, pero invisible, que atravesaba grandes espesores de papel e incluso metales poco densos. Usó placas fotográficas para demostrar que los objetos eran más o menos transparentes a los rayos X dependiendo de su espesor y realizó la primera radiografía humana, usando la mano de su mujer. Los llamó "rayos incógnita", o "rayos X" porque no sabía qué eran, solo que eran generados por los rayos catódicos al chocar contra ciertos materiales. Pese a los descubrimientos posteriores sobre la naturaleza del fenómeno, se decidió que conservaran ese nombre.

La noticia del descubrimiento de los rayos X se divulgó con mucha rapidez en el mundo. Röntgen fue objeto de múltiples reconocimientos: el emperador germano Guillermo II le concedió la Orden de la Corona y fue premiado con la Medalla Rumford de la Real Sociedad de Londres en 1896, con la medalla Barnard de la Universidad de Columbia y con el Premio Nobel de Física en 1901. En la ciudad de Carora se funda un periódico con el nombre Los Rayos Roentgen a fines de siglo XIX.

El Semanario Labor refiere que “habiendo merecido Fernando Yépez Bracho tanto por el feliz desarrollo de la tesis, como por todas las materias examinadas en las cuales se desenvolvió muy lucidamente, la superior calificación de sobresaliente.”

Como hemos podido observar, la Física que se examinaba en 1914 en el Colegio Federal Carora hundía sus raíces en el siglo XIX y estaba por ello atrasada con respecto a los enormes cambios que en esa ciencia se produjeron con los trabajos de Albert Einstein sobre la Relatividad, en 1905. Se pensaba que la Física, una ciencia con enormes problemas, estaba agotada, que había llegado a sus límites. El viejo determinismo positivista del siglo XIX se resistía morir. No entendieron los jurados examinadores de Fernando Yépez Bracho que las aspiraciones de certidumbre absoluta que campeaba en las ciencias naturales y sociales del siglo XIX estaba muerta.

A pesar de ello, podemos decir que era un conocimiento muy útil y eficaz el que se examina en el Colegio caroreño. No estaban a tono con el nuevo paradigma einsteniano, pero a ellos debemos la luz fluorescente y las radiografías que a diario emplea la ciencia médica. Es notable que en los “gabinetes de experimentación” de ese viejo instituto caroreño se contara con el instrumental de laboratorio necesario para realizar aquel examen al joven bachiller Fernando Yépez Bracho. Seguramente fueron adquiridos en la Casa Fils y Emile Deyrolle de París, como hemos escrito en otro lugar.

La ciencia natural se abría paso en aquella educación de signo hispano que estaba dominada por las humanidades clásicas, la Gramática y la Retórica, por los idiomas muertos Griego y Latín. Un eco de la Colonia en el siglo XX. En la alborada del tercer milenio, la nueva física de Einstein aún espera por ser enseñada en los planteles de Educación Media venezolana.

Luis Eduardo Cortés Riera

cronistadecarora@gmail.com

Santa Rita de Carora, Venezuela, 18 de agosto de 2021.

 

 

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