domingo, 29 de marzo de 2020

El Doctor Kaldone Nweihed

Cuando el profesor Reinaldo Rojas dio inicios a la Maestría en Enseñanza de la Historia en el Pedagógico de Barquisimeto, allá por el año 1989, tuvo un aliado firme e incondicional: el Doctor Kaldone. El otro fue el Doctor Federico Brito Figueroa. Todo prefiguraba un buen comienzo académico en nuestros estudios de maestría con estas tres eminentes figuras. Y así fue.
 En ese escenario de estudios fue donde conocimos al eminente y erudito fronterólogo, experto en derechos del mar, nuestro gentil y amable docente y amigo palestino-venezolano que nace en Jerusalén en 1929, y que acaba de fallecer luego de una trayectoria académica realmente impresionante. Fue docente fundador de la Universidad Simón Bolívar, Universidad de Los Andes, Embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Turquía, autor de Frontera y límite en su marco mundial: Una aproximación a la fronterología, Bolívar y el tercer mundo (Premio Municipal de Literatura). La vigencia del mar, La contaminación marina ante el derecho internacional, La delimitación marítima al noroeste del Golfo de Venezuela, La plataforma continental, Nogales Méndez, visto por propios y extraños, Bolívar y Ataturk, Ataturk y Bolívar (con Reinaldo Rojas) entre otros. En una ocasión encontré en la Biblioteca Pública Pío Tamayo  un libro desconocido del Doctor Kaldone sobre la resistencia palestina al invasor sionista-israelí. No recuerdo su nombre, pero sería un justo homenaje a su memoria darlo a conocer, pues es excelente trabajo. Le comunicaré la idea al Doctor Rojas.
Nos hizo comprender la enorme importancia de la geografía para entender el desarrollo de la historia y de los pueblos, la diferencia que existe entre fronteras y límites, todo ello con una gran destreza pedagógica y un encanto personal. Puntual y siempre bien trajeado nos animaba a iniciar nuestras investigaciones y a escoger el tema apropiado para ello.
Recuerdo que me animó, en 1992, a investigar los límites del Municipio Torres del Estado Lara como frontera de transición interna con los Estados Zulia, Falcón y Trujillo. Fue un trabajo al que le puse mucho interés y que le gustó de tal manera que ¡no me lo devolvió! Aquello fue un estímulo gigantesco para mí, un docente de educación media en Carora con una intensa sed de conocimientos. Le quedo inmensamente agradecido.
Conocedor profundo del llamado Medio Oriente, nos hizo conocer la extraordinaria figura de Rafael Nogales Méndez, un venezolano nacido en el Estado Táchira que sirvió en el ejército del Imperio Otomano y que escribió unas interesantes memorias como general  del ejército turco. Recuerdo que me autografió uno de sus escritos sobre este interesante personaje casi olvidado hoy día. Todo un deslumbrante descubrimiento para nosotros.
El Doctor Kaldone había nacido en fecha  emblemática para nosotros, historiadores reunidos en Barquisimeto, pues conformamos una comunidad de discurso alrededor de la afamada Escuela Analista, fundada en Francia por Marc Bloch y Lucien Fevbre en 1929, año en que abrió sus parpados este eminente hombre que nos hizo entender la decisiva importancia del espacio geográfico en la historia humana. Paz a su alma.
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martes, 24 de marzo de 2020

Algunos personajes inscritos en las cofradías o hermandades de Carora colonial

En las antiguas y famosas cofradías o hermandades del Santísimo Sacramento, fundada en 1585, y Jesús en La Columna  y Glorioso Mártir  San George, fundada en 1745, que funcionaban en la iglesia parroquial de San Juan Bautista del Portillo de Carora durante el régimen colonial, hemos encontrado en sus viejos libros de registro los siguientes apellidos, casi todos de ellos se extraen de los mantuanos, los “grandes cacaos” de la capital de la Provincia de Venezuela, la mayoría de ellas mujeres. Veamos:
Sor Rosalía Robles, Abadeza del Monasterio de la Concepción de Caracas (1763); Juana Francisca de Arriechi (1767); Sor María de San Joseph Lobera, entra como cofrade en  1774: Sor María Margarita de la Soledad y Castro (1774); Monja de Caracas Sor Blanca de San José y Blanco (1774); Sor Josefa de la Trinidad Aguado (1775); Sor María del Carmen Piñango (1775); Concepcionista de Caracas Sor Antonia de la Trinidad Piñango (1775); Sor Juana Ygnacia del Corazón de Jesús Ladera (1779); la Tía del Libertador Luisa y Bolívar y Ponte (1764).
Sor Rosalía Robles (1764) monja de Caracas; Sor Apolonia de Santo Tomás Faxardo (1765), monja Concepcionista de Caracas; Sor Paula de San Rafael Bolibar (1766) religiosa de la Purísima Concepción de Caracas; Pbro. Br. José de la Sierra (1767) Capellán del Monasterio de la Concepción de Caracas; Pbro. Br. Marcos Reyes (1767) Cura de Caracas; Sor Blanca de San José y Blanco (1774) de la Concepción de Caracas, monasterio del siglo XVII, que sería mandado a demoler en 1874 por el general y presidente de Venezuela Antonio Guzmán Blanco en su furor anticlerical y masónico.
Para sorpresa nuestra encontramos en los libros del magnífico y bien conservado Archivo de la Diócesis de Carora al padre del Libertador Simón Bolívar, el rico hacendado Don Juan Vicente Bolívar y Ponte (1772), inscrito en la Cofradía del Sacramentado 13 años antes de haber engendrado al Padre de la Patria, y que moriría cuando el niño Simón apenas tenía tres años de edad; Sor Rosalía de la Concepción y Sojo (1774), de la  Concepción de Caracas; Sor Francisca de la Merced y Sojo (1774) Concepción de Caracas; Sor María Eusebia Muños (1805), Monja Concepcionista de Caracas; Sor Blanca de San José y Blanco (1774); en el año en que estalla la Revolución Francesa encontramos a Sor María Antonia Briceño (1789), monja del Convento de Mérida, difunta; la monja Concepcionista de Caracas Sor María Eusebia Muños se hizo hermana del Sacramentado un año antes de la fracasada expedición mirandina (1806) y que llenó de pavor a Carora; Sor Blanca de San José y Blanco (1774) de la Concepción de Caracas; Cura Párroco. Pbro. Dr. Bartolomé Vargas (1780), Decano de la Santa Yglesia Catedral de Caracas, seguramente egresado de la Real y Pontificia Universidad de Caracas, institución dominada por el pensamiento escotista y no de la escolástica  y de Aristóteles como se habrá creído hasta ahora.
Estas personas creían firmemente en la efectividad de las ricas y solventes cofradías caroreñas, dueñas de las extensas haciendas con esclavos llamadas “del Montón”, las que aseguraban a sus hermanos que al morir iban a ser sacados del purgatorio, ese tenebroso lugar de la geografía del más allá distinto al cielo y al infierno que no tiene base bíblica, por medio de incontables misas rezadas y cantadas. Esa bien ganada fama resonó en Irlanda, Francia, España, Canarias,  Santo Domingo, Puerto Rico, Reino de Nueva Granada. Hogaño las cofradías son apenas un recuerdo en la República  Bolivariana de Venezuela azotada por el mortal coronavirus, pandemia que nos retrotrae a la Europa medieval de la temible Peste Negra.



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El juicio del mono (1925)

Pareciera mentira que en Estados Unidos, el país más próspero del  mundo, que había salido fortalecido y casi indemne de la terrible e inúti...