viernes, 27 de diciembre de 2019

Babel es una bendición misteriosa e inmensa

Es el  pensador  George Steiner (París, 1929) quien nos sorprende con esta afirmación que da  título a  este  artículo, y que desdice    las enseñanzas bíblicas que recibimos en nuestra infancia: Babel, un castigo divino (Después de Babel) Es que este inmenso filósofo hebreo en sus orígenes, no teme declararse volteriano. Al lado de los grandes mitos antiguos que alimentan todavía nuestra cultura, Europa parece haber creado dos “mitos” nuevos: el cristianismo y el marxismo. Y es más, sostiene que el sionismo es empobrecedor de las mentes tan eficaces como el nazismo y el comunismo. Su lúcido cerebro tiene un aliado en su condición poliglota, pues no tiene lengua materna, en su hogar se hablaban  simultáneamente tres lenguas: Francés, inglés y alemán. Luego agregaría el italiano.


La lengua anglo norteamericana es simple y por ello es una lengua franca, en continua expansión. Cada vez que nos sentamos frente a una computadora hablamos inglés, dice este sabio de 90 años que tanto me recuerda a otro filósofo genial y destrozador de mitos: el argentino y ya centenario Mario Bunge. La estructura sintáctica de las computadoras, sin importar la lengua empleada, chino o bantú, es angloamericana, agrega este humanista judío que rememora a Noam Chomsky para decir esto.
La lengua castellana tiene un gran futuro, dice Steiner: Nueva York, dijo Lorca en los años 30, sería una ciudad española, tuvo razón. Con toda conciencia, pienso yo, el mexicano  Carlos Fuentes afirma que dentro de los Estados Unidos se desarrolla y crece una civilización de habla castellana (El espejo enterrado). Es que nuestra lengua es una lengua del amor y del romance, una lengua horizontal a una enorme distancia del anglosajón individualista, frío y distante.  La lengua del amor en un Paul Celan, agrega Steiner, intenta reparar la caída del hombre.
Docente durante 50 años, tal como nuestro José Manuel Briceño Guerrero, Steiner  nos dice que los profesores deben enamorarse un poco de sus alumnos.“Erotismo de la transmisión, lo llama. Leer un gran texto con sus alumnos es una actividad muy íntima. Uno piensa en Sócrates y Platón. Yo lo hice con una inteligente alumna en Carora, ahora mi esposa y médico dermatóloga Raiza Mujica.
Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2001, Steiner, el polemista y mitólogo, piensa que  la mala educación amenaza el futuro de los jóvenes “Estamos matando los sueños de nuestros niños”, a lo que agrega "Estoy asqueado por la educación escolar de hoy, que es una fábrica de incultos y que no respeta la memoria.”

Como el pensador y científico Mario Bunge cuandi dice que “El psicoanálisis y otras seudociencias son dañinos”, Steiner ataca sin piedad a la creatura de Seguismund Freud y sus secuaces: "El psicoanálisis es un lujo de la burguesía. La dignidad humana consiste en tener secretos. La idea de pagar para que escuchen nuestros secretos e intimidades me asquea" Es como la confesión de los católicos pero con un cheque por medio. Es el secreto lo que nos hace fuertes

 A pesar de no ser creyente sostiene que la Biblia es el texto fundador de la cultura occidental. Es el libro que más preguntas hace al hombre, un libro que ha configurado nuestra concepción misma de lo divino, de la creación, de la inspiración, pero también de la literatura, desde Shakespeare hasta Moby Dick. George Steiner nos recuerda, en fin, hasta qué punto toda lectura de la Biblia sigue siendo una aventura arriesgada. Por esta razón, Prefacio a la Biblia hebrea constituye uno de los textos más personales del autor, es asimismo una meditación sobre la trascendencia y sobre el sentido mismo de la escritura, ya sea de Dios, ya del hombre.    Cuando recomendé Prefacio al abogado y antropólogo caroreño Dennys Pérez, un aventajado discípulo mío, sólo atinó a decirme desde la trepidante ciudad de Caracas: “Estoy abrumado”.

Es este crítico literario estadounidense, pues, uno de los ensayistas  más destacados de nuestro tiempo. Yo comparo a Steiner a otro judío, el norteamericano Harold Bloom (La religión americana. El canon occidental), o al británico Paul Johnson (Historia de los judíos), y para no herir susceptibilidades por mencionar solo autores anglosajones, me atrevo agregar a ellos al peruano y Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa (La civilización del espectáculo). Simplemente geniales.  

 





lunes, 4 de noviembre de 2019

EL Oldsmobile de Don Flavio Herrera


Es un carro hermoso y elegante, de redondeadas y sobrias líneas, color amarillo crema, asientos y tablero del mismo color. Lo veo estacionado en una casa de la calle Lara de Carora, frente a la posada Los Granados de Yuyita y Cecil Álvarez. Seguramente está en manos de los bisnietos de aquel patriarca, quienes atesoran  con esmero tan magnifico automóvil americano. En la década de los años sesenta del siglo que se nos fue, veía yo con frecuencia a Don Flavio, un acaudalado hombre de negocios, dueño de la Casa Comercial Flavio Herrera S.A. estacionado su auto bajo  las amables sombras proyectadas por  las acacias del Grupo Escolar Ramón Pompilio Oropeza, instituto educacional del cual era su director Expedito Cortés, mi padre.
Aquello se debía a que el chofer de aquel clásico y hermoso auto vivía enfrente de mi casa. Juan Mosquera era su el nombre de aquel buen y servicial hombre de piel marcadamente oscura, que servía a Don Flavio como conductor de aquella maravillosa máquina. El patrón no se bajaba del Oldsmobile, sino que esperaba que Juan dejara en su casa una bolsa de alimentos o qué sé yo. Años después me entero que Herrera le entrega  a Juan aquella casa de la calle Carabobo como recompensa a sus fieles y abnegados  servicios durante varias décadas.
Esa máquina es parte imborrable de los recuerdos de mi adolescencia vivida en el sector Trasandino de Carora. Don Flavio y Juan Mosquera a bordo, impecablemente vestidos de blanco los dos. Hacían una pareja de contrastes de piel, pero hermanados por aquella deslumbrante fibra textil de lino importado y camisas del mismo color cuidadosamente almidonadas y planchadas.
Cierta vez Mosquera deja aparcado el carro en su lugar de siempre. Y sucedió algo muy desagradable. Un muchacho del vecindario, navaja en mano, atacó a tan esplendida máquina ocasionándole un daño considerable a su exquisita pintura. Qué cosa tienen esos muchachos, atiné a oír de los labios de Don Flavio. Ha pasado más de medio siglo de aquello y aun no comprendo las motivaciones que impulsaron a aquel tocayo mío a descargarla contra el Oldsmobile 1948 de Don Flavio. 
En ocasiones Mosquera se tomaba la licencia de usar el carro para sus diligencias personales, y aprovechaba la ocasión de llevarnos a comer unas deliciosas empanadas en el sector El Olivo de la carretera Lara-Zulia. Miriam, Yolanda, Gloria, Marlene, Luis, Juancito y su esposa Marcolina, íbamos en aquellos hermosísimos tours que pasaron a ser parte constitutiva de mi memoria.
Hogaño, reposa esa gallarda y elegante limosina  en un garaje a la espera quizá de una pieza de recambio  difícil de encontrar o de una mano amiga que logre colocarlo de nuevo en circulación. En días pasados me detuve, absorto, a contemplar aquel extraordinario vehículo y rememore la elegancia y el donaire que emanaba aquel lujoso automóvil y su heteróclita pareja de ocupantes, que llenaron un sector importante de nuestra vida emotiva, y que es parte constitutiva de nuestro ser. Y es que los llamados patricios caroreños han sido para nosotros el hilo conductor que nos conecta con los tiempos ya idos.
Flavio José  Herrera   Gutiérrez era hijo de Flavio Herrera Oropeza y Leonor Gutiérrez, nace en Carora en 1896. Perteneció a una antigua familia fundada en 1776 por Don Diego, natural de La Gomera, Islas Canarias, comerciante y agricultor. Graduó de bachiller en ciencias filosóficas en el Colegio Federal Carora, dirigido entonces por el Dr. Ramón Pompilio Oropeza. Casado con Elvirana Perera en 1925. Fallece en Carora a edad avanzada. Su aristocrático porte y su don de gentes jamás se borraran de mi memoria.

miércoles, 30 de octubre de 2019

Devociones marianas en el semiárido larense venezolano

RESUMEN-
El semiárido larense es culturalmente una referencia única en Venezuela. Tiene un ethos específico, una identidad  idiosincrática. En esta  rica realidad cultural hemos adelantado una categoría de comprensión: “el genio de los pueblos del semiárido larense” para con ella comprender tan singular muestra de creatividad de la cultura popular en lo religioso, folklórico, gastronómico, artesanal, musical, literario. En ese rico escenario, inicio de la colonización hispana y donde se fundaron tres ciudades irradiadoras de la cultura de habla castellana y católica, El Tocuyo, Barquisimeto y Carora, hemos realizado un estudio antropológico e histórico comparativo de tres devociones marianas localizadas en tres poblados aborígenes: la Virgen de Altagracia de Quíbor, la Virgen la Chiquinquirá de Aregue y la Virgen Divina Pastora de Santa Rosa-Barquisimeto. Ellas tres le han dado al Estado Lara un sentido de comunidad imaginada alrededor del arquetipo femenino protector. El estado Lara y el semiárido  larense viven bajo el amparo de la Virgen María, la Madre de Dios. Trío de devociones marianas que constituyen un potente capital simbólico.  
Palabras clave: semiárido del Estado Lara, Venezuela, cultura popular, comunidad imaginada, marianismo, vírgenes de Altagracia,  Chiquinquirá, Divina Pastora. Capital simbólico.
 El genio de los pueblos del semiárido venezolano 
Ha dicho Reinaldo Rojas que la historia del semiárido larense esta por realizarse. El semiárido del occidente venezolano representa apenas un 5% del territorio de Venezuela, pero tiene una inmensa significación en la cultura de este  país suramericano. Manifestaciones religiosas, folklore, artesanía, música y literatura tienen en esta pequeña porción del territorio patrio, que comprende los estados Lara y Falcón, unas características muy singulares que alcanzan una dimensión nacional y universal. El sabio Francisco Tamayo llega a una conclusión extraordinaria al referirse al proceso intenso de mestizaje que ocurre en esta entidad federal: “En Lara nace lo nacional, lo venezolano. Ese suelo privilegiado fue en la Colonia, es hoy en la República y será siempre la inmanente  matriz de Venezuela”. 1
Tomando en cuenta esta realidad tan extraordinaria nos hemos propuesto hablar de una categoría de análisis: El  genio de los pueblos del semiárido larense venezolano. Con ella pretendemos comprender la manera en que esta zona se ha convertido en baluarte de la cultura nacional. Comencemos diciendo que la geografía  ha marcado hondamente a sus pobladores dándole un sentido de solidaridad y mutualismo necesario en la búsqueda y consecución de recursos escasos: el agua y la vegetación alimentaria. Luego será el rico pasado aborigen, pues fue poblada, entre otras, por la etnia caquetía, la que estaba en trance de conformarse como Estado a la llegada de  los cristianos. En lo que Reinaldo Rojas llama Región Barquisimeto 2, se dará inicio a la conquista y colonización de Venezuela: en 1545 se funda El Tocuyo, “Ciudad Madre de Venezuela”, en 1552 se funda Barquisimeto, y finalmente Carora en 1569. Estas tres ciudades de blancos conformaran lo que hemos llamado el “Triángulo colonial y barroco”, como una arquitectura productora y difusora de cultura  en habla castellana, católica y barroca de la Contrarreforma que se extiende hasta nuestros días. Se ha desarrollado acá una riquísima sensibilidad artística y musical, a tal punto que no es osado decir que en el semiárido larense se ha manifestado un sentido vasconceliano de la cultura, un estadio espiritual y estético que solo puede ser alcanzado por la mentalidad iberoamericana. Lara es cumbre musical de Venezuela,

El marianismo en el Estado Lara
En este rico escenario se habrán de producir tres importantes manifestaciones de la devoción mariana, que nos aporta el hermano Nectario María 3, que en orden cronológico serán las siguientes: La virgen de Altagracia en la localidad de Quíbor desde 1606, la virgen del Rosario de la Chiquinquirá de Aregue en 1621, y finalmente la Divina Pastora en el poblado de Santa Rosa en 1740. Lo primero que hemos de destacar que estas tres devociones se manifiestan en tres poblados indígenas aledaños a  las ciudades de blancos ya mencionadas: los aborígenes ajaguas en Quíbor, Municipio Jiménez,  los ajaguas en Aregue,  Municipio Torres y los gayones de Santa Rosa, Municipio Iribarren. Ello pone en evidencia el carácter evangelizador de estas tres devociones marianistas del Estado Lara. Son tres poblaciones que han nacido al calor de la colonización hispana y que han sido atendidas por la orden religiosa de los franciscanos. De modo pues que la virgen fue un elemento clave para lograr la pacificación de estas etnias que se resistían  a vivir bajo la férula de los cristianos.
Estas tres advocaciones marianistas le darán sentido y contornos específicos al semiárido larense, un sentido de pertenencia a una comunidad imaginada, utilizando la expresión de Benedict Anderson 4. El larense se siente protegido por el manto de la Divina Pastora, el jimenense por la virgen de Altagracia, conocida popularmente como La Caimana, y los habitantes del Municipio Torres, cuya capital es Carora  “ciudad levítica de Venezuela”, por la virgen india de la Chiquinquirá. La llamada cultura popular no tendría sentido sin la existencia de este magnifico trío de manifestaciones marianas. La Divina Pastora es de las tres devociones de fe mariana la que tiene mayor poder y alcance en el imaginario larense y venezolano, como se verá más adelante, y que en este sentido las devociones vecinas de las vírgenes de Altagracia y  de la Chiquinquirá actúan como contrapeso a la avasallante presencia de la pastorcita de Santa Rosa-Barquisimeto.

De estas tres advocaciones una de ellas es claramente indígena, como se desprende de su sonoro nombre aborigen: la Chiquinquirá, de Aregue, que es una virgen que procede del vecino Reino de Nueva Granada, Colombia. Es en consecuencia una virgen americana. La virgen de Altagracia, cuya advocación procede de la isla de Santo Domingo, es la madre protectora y espiritual del pueblo dominicano, en tanto que la Divina Pastora tiene su origen en Sevilla, España.  De este modo entramos en cuenta que una devoción viene de la España del siglo XVIII: la Divina Pastora, otra del Nuevo Mundo americano, de Borinquén, lugar donde en 1502 se instala la devoción altragraciana, y la tercera, la Chiquinquirá, procedente del Reino de Nueva Granada. En 1586 un lienzo deteriorado de la virgen comienza milagrosamente a renovarse. En la actualidad es la Chiquinquirá Patrona de Colombia.

La  devoción de la Virgen de Altagracia
Estamos en presencia de tres devociones que son  producto de otras tres corrientes históricas. La  primera cronológicamente hablando viene del lugar de la conquista y colonización temprana del Nuevo Mundo, la isla de Santo Domingo. Allí se instala el idioma castellano y el catolicismo a principios del siglo XVI, antes del Concilio de Trento y cuando el Almirante Cristóbal Colón aun vivía. Es en este sentido una devoción que se inicia con lo que hemos dado en llamar “tiempo barroco.”  
Un  hondo sentido popular tiene esta devoción en la ciudad agrícola y artesanal de Quíbor, cercana a Barquisimeto, pues su presencia se manifiesta en  la música, la artesanía y la literatura, mitos políticos, cuentos y  leyendas, así como en la construcción de vínculos sociales y afectivos desde hace 400 años, pues fue en 1605 cuando fue traído el sagrado lienzo de la virgen de Altagracia a esta localidad. Ella es la identidad cultural del Municipio Jiménez, la Madre Protectora del pueblo de Quíbor. Bajo su amparo se han creado institutos educativos, casas comerciales, cofradías, clubes y asociaciones, líneas de transporte, grupos folklóricos. Cada tercer viernes de enero y desde hace 136 años esa intensa devoción altagraciana se expresa en una multitudinaria procesión en donde se realizan matrimonios, bautizos, confirmaciones colectivas, una serenata a la virgen, una singular “misa de las camareras”, con la presencia masiva del pueblo y de las autoridades eclesiásticas y civiles.

La virgen india de la Chiquinquirá de Aregue
La Chiquinquirá es una  virgen india, no solo por sus devocionarios,  los aborígenes de un poblado indígena, Aregue, sino que su representación al óleo muestra en efecto a una virgen india. Es un hermoso lienzo pintado por un pintor anónimo que seguramente se forma en la afamada Escuela Pictórica barroca de El Tocuyo 5.  Su rostro es ovalado y su color acusadamente moreno le hacen aparecer, sin duda,  como una  mujer aborigen americana, alejada del modelo griego o caucásico de mujer. Es una devoción binacional colombo- venezolana, pues durante la Colonia se extendió a los actuales estados Táchira, Barinas, Zulia, Lara y la capital, Caracas. En décadas pasadas se ha producido una inmensa migración forzada de colombianos hacia Venezuela,  unos cinco millones de neogranadinos, que han reforzado de manera impresionante esta devoción que viene de la época colonial. Este sería un magnifico factor de carácter emocional y subjetivo a la hora de establecer políticas de encuentros entre estos dos pueblos hermanos condenados a vivir juntos.
Es justo aclarar que la devoción a la Chiquinquirá larense es anterior a la del vecino Estado Zulia, limítrofe con Colombia, donde “La Chinita” es la patrona de tan importante entidad federal venezolana: es el  Estado de mayor población del país y asiento de la enorme riqueza petrolera nacional. Para los zulianos La Chinita es un verdadero culto que a veces llega hasta el delirio.

 La Virgen Divina Pastora de Santa Rosa-Barquisimeto
Epitome del marianismo en el semiárido occidental venezolano  lo será la devoción a la Divina Pastora, pues cada 14 de enero se producirá una gigantesca procesión que convoca a más de tres millones de creyentes que parten en la madrugada desde Santa Rosa, un pequeño poblado de extracción indígena cercano a Barquisimeto, hasta llegar por la tarde hasta la catedral de ésta importante ciudad capital del Estado Lara. Es la manifestación mariana más significativa de Venezuela pues convoca a gentes venidas de cualquier parte del país: los Andes, Oriente, Guayana, el Centro, Zulia. Sin ser la patrona de Venezuela, arrastra tras de sí una gigantesca multitud que no logra convocar siquiera la Virgen de Coromoto, cuyo santuario como patrona nacional venezolana se ubica en el Estado vecino de Portuguesa.
Cada 14 de enero se produce esta sorprendente procesión que es una de las más multitudinarias de América Latina. Tiene su inicio a mediados del siglo XIX cuando una terrible peste de cólera azota la ciudad de Barquisimeto. Un sacerdote, Macario Yépez,  pide a la Divina Pastora ser la última víctima de ese horroroso mal. En efecto, tras su muerte comienza a amainar la epidemia. Este acto milagroso dio pábulo para que desde el año 1856 se comience a realizar esta  masiva manifestación de fe. El significado de este multitudinario evento es verdaderamente prodigioso, pues lo larenses se reúnen y entran en cuenta de su proporción numérica y emocional. Es un pueblo que se forma una idea de sí mismo, que se mira a sí mismo en un solo acto de visión. Sabe y tiene consciencia de que es en efecto una gigantesca comunidad imaginada. Ninguna otra parte de Venezuela tiene tan extraordinario privilegio. En este sentido la devoción a la Divina Pastora a contribuido a darle un ethos y un carácter distintivo al Estado Lara, una entidad federal que no es andina, ni llanera, ni central, ni zuliana.  Lara y el semiárido tienen una personalidad distintiva y especifica identificable en su tipo humano de bien logrado y acabado mestizaje, su fonética particular, su inmensa sensibilidad musical, su folklore del tamunangue, conforma una provincia gastronómica, y por supuesto se siente amparado por el manto protector de su pastorcita.  

Las imágenes de las tres vírgenes  larenses
 
VIRGEN DE ALTAGRACIA DE QUIBOR

Cabe destacar el enorme papel de las imágenes en este proceso de aculturación,  pues debemos recordar con el mexicano Octavio Paz que el catolicismo de la Contrarreforma es una religión de imágenes. En ese sentido utilizaremos el método iconográfico de Panofsky 7 para comprender el sentido de estas tres imágenes. De las tres devociones debemos destacar que dos son óleos: el de la virgen de Altagracia y el de la virgen de Chiquinquirá. En cambio la imagen de la Divina Pastora es una imagen de bulto. Las tres imágenes muestran a la Madre de Dios: la de Altagracia aparece  acompañada de San José y un niño recién nacido. La Chiquinquirá aparece con dos personajes que son dos santos varones: San Andrés y San Antonio. La Divina Pastora aparece solitaria con su hijo entre sus brazos y varias ovejas que están a sus pies. Destaca que en sus manos sostiene un báculo  o cayado de pastor.
 
VIRGEN DE LA CHINQUINQUIRÁ DE AREGUE
Recientemente se ha construido un gigantesco monumento a la Divina Pastora en la cima de una colina cercana a Barquisimeto y el lugar se ha constituido rápidamente en sitio de peregrinación.
Lo inmensamente significativo del monumento es que fue diseñado de forma muy audaz siguiendo los planteamientos estéticos del artecinético, arte que como sabemos es una creación venezolana. De este modo la pastorcita ha sido representada en muy diversos estilos  que van desde el barroco, el cubismo, hasta llegar al arte cinetista. Este hecho constituye un verdadero y extraordinario acontecimiento estético que tendrá  maravillosas consecuencias.

El poder icónico de las tres imágenes es verdaderamente evidente. Ellas tienen un poder de convocatoria sumamente eficaz.
VIRGEN DE LA DIVINA PASTORA
Son imágenes con poder, un poder que impacta en lo hondo de la psiquis y de la conciencia. Mujeres icónicas son las Venus de Willendorf y Lespugne, la Dama de Elche, la Mona Lisa o el lienzo de la virgen de Guadalupe. El iconismo de ellas es el resultado del deseo de protección y de cobijo que acompaña en su orfandad a todos los seres humanos
Convivencia de los arquetipos femenino y masculino en el Estado Lara.  
El arquetipo jungiano de la mujer y de lo femenino reproductor de vida está allí omnipresente. Aunque existe otra devoción muy extendida en el semiárido larense, la  de San Antonio de Padua, el santo de los negros y de los pobres, que acompaña y a quien se le rinde culto con la manifestación folklórica del tamunangue, la suite de danzas más completa de América Latina. Es una danza negroide de tambores, con elementos hispanos como los instrumentos de cuerdas, y también aborígenes como las maracas.  En muchos pueblos del Estado Lara se celebran fiestas patronales  cada 13 de junio, durante el solsticio de verano, en honor a este santo portugués. Creemos que aun no existen estudios comparativos para comprender tan interesante convivencia en la psiquis de los larenses de estas dos devociones tan arraigadas. Una cohabitación de lo arquetipal masculino con lo femenino que gravita en nuestro inconsciente colectivo, por lo que será de gran ayuda para comprender tan singular proceso psíquico y emocional un estudio del psiquismo profundo de los larenses haciendo uso de la psicología analítica del suizo Carl Gustav Jung.10 .

 Consideraciones finales
La cultura del semiárido larense venezolano es eminentemente popular. Es una cultura campesina y por consiguiente llana e igualitaria. La oralidad que es su rasgo distintivo está presente ella de manera permanente. La devoción mariana ha contribuido a darles sentido igualitarista al larense y al venezolano, pues es una fe del pueblo sencillo y humilde. Lo femenino y maternal suaviza  las relaciones sociales, atenúa la conflictividad que está siempre presente en los grupos humanos.
El filosofo ecuatoriano Bolívar Echeverría 11 se atreve a afirmar que el marianismo en Latinoamérica está en vías de constituirse en un religión aparte separada de Roma. El guadalupanismo es una muestra evidente de este fenómeno que traería consecuencias sociales y políticas inmensas. Cuando el venezolano Andrés  Bello escribe su Gramática de la lengua castellana en 1847 lo hizo previniendo que el castellano sufriera la división que sucedió al Latín luego de la caída del Imperio Romano que se convirtió en varias lenguas.  No sucedió así con la lengua de Cervantes que conserva su unidad. Pero todo parece indicar que no será de tal manera con el otro elemento esencial de toda cultura, la religión. El guadalupanismo es una religión que no se atreve a decir su nombre… todavía.  

  REFERENCIAS.

l. Guía económica y social del Estado Lara, 1952.
2 Rojas Reinaldo. Historia social de la Región Barquisimeto en el tiempo histórico colonial, 1530-1810. Caracas, 1995.
3 Nectario María. Venezuela mariana. 1930. Este religioso de la orden de La Salle es el iniciador de los estudios del marianismo en Venezuela.
4 Anderson, Benedict. Comunidades imaginadas. 1983.
5 Boulton, Alfredo. Historia de la pintura en Venezuela.
6 Cortés Riera, Luis Eduardo. Iglesia católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora, siglos XVI al XIX. 2003.
7 Agüero, Judith. La devoción de la Virgen de Altagracia de Quíbor, Estado Lara, Venezuela. 2018.
8 Mendoza Torres, Julio Cesar. La devoción mariana de la Divina Pastora.  2018.
9 Panofsky., Erwin. Estudios sobre iconología.
10 Jung, Carl Gustav Jung. El hombre y sus símbolos
11 Echeverría, Bolívar.  El ethos barroco en América Latina. En Modernidad y Blanquitud. México. Era, 2010.




El juicio del mono (1925)

Pareciera mentira que en Estados Unidos, el país más próspero del  mundo, que había salido fortalecido y casi indemne de la terrible e inúti...