Profero Hernán Jeréz |
De
la mano del profesor chileno Hernán
Jeréz se formó esta joven promesa de la música venido de la población de
Quebrada Arriba. No tuvo ocasión para conocer a Juan Martínez Herrera, fundador
de la Orquesta Sinfónica Infantil, pero se siente su discípulo. Me dice que su
primigenia pasión fue el beisbol, la que cambió por la de la flauta trasversa. studió
la primaria en la escuela Rómulo Gallegos y la secundaria en el centenario Liceo
Egidio Montesinos. La licenciatura en música, mención ejecución instrumental de
la flauta trasversa, la obtendrá en la Universidad Centroccidental Lisandro
Alvarado. “Esta flauta es muy distinta a la quena, a la sampoia y a la flauta
de pan”, me dice pensativo. El profesor Jeréz me dejó la cátedra”, agrega con
su ancho rostro iluminado. “Eso me dejó como aturdido por varios días, pues
tenía varios compañeros a la par mía”, adiciona este virtuoso. “Su muerte ocurrida
inesperadamente en 2005, me empujó a estudiar aún más, con más ahínco”.
Me
dice que no conoce al flautista marabino Huáscar Barradas, y que no es su
modelo a seguir porque es muy comercial. Más bien siente admiración por Pedro
Eustache, quien domina todas las áreas: jazz, música venezolana, y fabrica
estos instrumentos. “La música para flauta de Mozart no me gusta, sí la de Juan
Sebastián Bach. Hay tonos agudos y brillantes en sus composiciones que me gusta
ejecutarlos.”, me dice mirándome fijamente a los ojos.
Lee
música desde los siete años junto con el trompetista Elvis Rojas, hijo de
“Piyuye”. Estuvo un tiempo en Caracas, becado por el Sistema Nacional de
Orquestas, donde recibió lecciones del profesor Valdemar Rodríguez en el
Conservatorio Simón Rodríguez. Regresa a reforzar el Sistema en el Estado Lara.
“He hablado de forma muy amena con el Maestro
Alirio Díaz”, me dice. “En una ocasión lo hicimos largamente sobre el vals El
Danubio Azul, y sobre el vals venezolano. Fue muy emocionante para mi”,
sentencia. Agrega que la proverbial sencillez del Maestro de la guitarra le impresionó
gratamente. “Mis manos un tanto rechonchas, me dice, no son para ese
instrumento de cuerdas, por ello me orienté hacia la flauta.”
Tiene
interés por la escritura y ha comenzado a sentir una gran admiración por la
música de El Negro Tino Carrasco. “Imagínese doctor, me dice, ni siquiera sabía
que era caroreño.” “Entre el joropo y el Golpe tocuyano lo que cambia es el
acento”, adiciona. “A nivel del canto los llaneros improvisan mejor que
nosotros los larenses”, reconoce.” Pero la música larense es más completa que
la del llano.”, agrega en tono sentencioso.
“En
Carora hay músicos hasta bajo las piedras”, dice regocijado mientras lo
entrevisto en la Ucla, núcleo Carora. Sigue diciendo que “Amalia Rosa, popular
composición de El Negro Tino, es el segundo himno de
Carora.”, pero que no la ha llevado a la flauta.
Es el
director fundador del Ensamble Carora,
agrupación en la que participan Héctor Morillo, Ricardo Torrealba, Leonardo
Losano y Aníbal Arenas. Han grabado un solo CD y preparan el segundo. Ensayan
en su casa y a veces en Río Tocuyo.
“Enseño en la Ucla, institución que imparte
unos conocimientos distintos a los del Pedagógico de Barquisimeto, pues acá se
hace énfasis en la docencia. En la Ucla es la ejecución y la misma música lo
más importante.”
Entre
los siete y diez años de edad estudió en el Conservatorio Vicente Emilio Sojo
de la capital larense. Con el Maestro
José Antonio Abreu nunca. Afirma que la carrera de Gustavo Dudamel se
resiente porque adquiere demasiados compromisos. “Él me dirigió en una ocasión
en el Estadio Antonio Herrera Oropeza”. En otro lado sentencia de manera muy
grave que no le gusta la bohemia.
Oscar
ha tenido el privilegio de haber fundado el primer núcleo rural del Sistema en
su pueblo natal de Quebrada Arriba. Allí realiza también una suerte de Feria
cultural, musical y artesanal. Conversatorios, poesía, noches musicales,
gastronomía y danzas toman este simpático poblado de la Parroquia El Blanco
todos los meses de julio. Oscar es la magnifica continuación de la gigantesca
obra cultural que inició Juan Martínez Herrera en 1975.
Húascar Barradas |
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