Ovejas fotovoltaicas.
Luis Eduardo Cortés Riera.
cronistadecarora@gmail.com
Después de sufrir dos siglos de humillación por parte del
arrogante occidente europeo y Japón, China emerge como una gigantesca potencia
económica, militar y científica. Se decía malintencionadamente que era una
cultura atrasada, lenta e ineficiente. Nada más falso. El británico Joseph
Needhan demostró que la ciencia en China e India eran iguales o superiores a la
europea hasta el siglo XVII. Todo indica que este sabio británico tenía
sobradas razones en sus planteamientos sobre el gigante asiático.
Después del trauma que significó la Revolución Cultural
de Mao en 1966 a 1976, el país toma la senda de la acelerada industrialización
y el libre mercado, políticas auspiciadas por Deng Xiaoping (1904-1997) reformas
que derrotaron a los fanáticos ortodoxos marxistas y estatistas aferrados a los
dogmas. “No importa el color de los gatos, decía Deng, lo importante es que
cacen ratones.” Es la famosa Teoría del Gato.
Tras la muerte de Mao Zedong en 1976, el país ha
experimentado un desarrollo económico monumental que saca de la pobreza a 500
millones de personas. Un sistema de partido único, el Partido Comunista Chino,
que dirige una economía de libre mercado parece ser el secreto de tal prodigio.
En la actualidad rivaliza el país del dragón con la otra gran economía mundial,
la de los Estados Unidos, algo impensable apenas 50 años atrás.
Uno de sus mayores logros y que ha tenido resonancias
planetarias ha sido la tecnología de los paneles solares, una manera de generar
electricidad que comenzó a experimentarse siglos atrás en Europa y Estados
Unidos y que China se la ha apropiado en los días que corren, de manera
parecida como se ha apropiado de la Inteligencia Artificial, inaugurando una
nueva guerra fría. La estructura energética del mundo se transforma
radicalmente con los paneles solares, una energía verde, limpia, barata y de
alta calidad que ofrece el gigante asiático a todo el sur global, desde Filipinas
a Pakistán, Etiopía, México y Bolivia. ¡Y también en los Estados Unidos y Europa!
Marcas chinas tienen grandes empresas en Estados Unidos. Casi el 80 por ciento
de estos artefactos son producidos a bajo costo y alta calidad en China. Longi,
Jinko Solar, Trina Canadian Solar, son las empresas del ramo más exitosas del
mundo. La nueva superpotencia mundial de las energías renovables es China.
El gigante asiático, que ha sido uno de los países más
contaminantes por el uso de combustibles fósiles, gas natural, carbón y petróleo,
que ocasionaron la muerte de 366 mil personas solo en 2013, ha apostado por la
energía verde de manera acelerada en estas últimas décadas. Años de inversión masiva
de unos 625.000 millones de dólares, convirtieron al dragón asiático en el
mayor productor de energía solar del planeta junto a su vecina India. En China
se construyeron con la tecnología del silicio las plantas Talatan Solar Park, Ningdong
Solar Park, Hobq Solar Park, Urtmorin Solar Park; en India: Bahdla Solar Park,
Pavagada Solar Park, N P Kunta. Otras muy importantes están en Estados Unidos,
Egipto, Brasil, Emiratos Árabes Unidos, México, España, Omán, Suráfrica,
Vietnam.
Ha construido China
una enorme planta solar flotante sobre una mina de carbón abandonada en la
provincia de Anhui, con 166.000 paneles y una capacidad de 40 megavatios. Pero
la planta solar que nos interesa está en la provincia de Quighai, una de las
regiones más áridas de China. Siete millones de paneles solares que generan
energía para cinco millones de hogares, han creado un fenómeno inesperado: un
microclima con vegetación donde pastan miles de ovejas a tres mil metros de
altitud.
La sombra de los paneles y la barrera contra el viento
que ellos producen en 610 kilómetros cuadrados, ha favorecido el brote de
vegetación y los rebaños de ovejas se han duplicado, una experiencia que bien
puede llamarse una feliz serendipia.
La hierba aquí es suficiente para
alimentar a las ovejas, y la sombra proyectada por los paneles fotovoltaicos es
especialmente adecuada para que los animales descansen a la sombra. El
estiércol puede servir como fertilizante natural para la hierba. Las ovejas
comen bien y tienen una tasa de supervivencia más alta. “Ahora mi rebaño, dice
un pastor fotovoltaico, se ha duplicado en número, y mis ingresos anuales han
aumentado de 40,000 a 50,000 yuanes (5,960-7,450 dólares)".
Un curioso modelo de simbiosis energética que ha
disminuido la evaporación donde antes estaba un erial seco y deshabitado por
los humanos en la meseta del Tíbet. Una transicion entre economia rural y
transicion energética, un encuetro entre tradicion y modernidad. Los paneles no
solo generan electricidad , sino tambien vida.

China no solo lidera la transición energética en el mundo.
Está construyendo el andamiaje industrial del siglo XXI, dejando progresivamente
en el olvido los combustibles fósiles contaminantes. Un dilema geopolítico y
tecnológico de repercusiones globales.
Carora,
Estado Lara,
República
Bolivariana de Venezuela,
Noviembre 14 de
2025.