Antonio Navarro |
Ni sus gruesas manos,
ni su espartano taller daban cuenta cabal de las extraordinarias creaciones de
su inmenso y autodidacta talento de luthier, verdadero y genuino representante
de lo que he llamado “genio de los pueblos del semiárido venezolano”.
La paradoja es la
palabra que mejor rima con este octogenario baragüeño y larense que acaba de
dejar la vida terrenal a los 86 años. Lo primero de su rareza es, a no dudar,
su formación casi completamente autodidacta en el oficio de fabricar
instrumentos cuerdófonos de altísima calidad. Compró—eso sí-- libros de
luthería españoles y franceses.
Lo segundo reside en
que habiéndole dado estatus académico al cuatro, sacándolo de la oscuridad,
dándole una simetría nueva, así como una afinación diferente, sin embargo no
sabía tocar los instrumentos que salían de su prodigioso talento. Apenas los
afinaba. ¡Y de qué manera! Para ello hizo algo inaudito hasta entonces: elevó
la afinación desde el quinto traste tradicional hasta el traste número 17, con
lo cual hubo de alargar el mástil y, consecuencialmente, darle una apariencia
mucho más elegante y altiva al instrumento.
A pesar de sus
innegables innovaciones transformadoras de la luthería, este apacible caballero
jamás llegó a registrarlas para protegerlas de eventuales plagios e
imitaciones. Era tal su genio y agudeza que hasta la renombrada empresa
japonesa Yamaha lo invitó en varias ocasiones a visitar sus talleres, a lo que
se negó don Antonio por aquello del frío extremo del archipiélago oriental.
Construía cuatro o
cinco instrumentos en un mes de trabajo solitario este ermitaño que apenas dejó
que su hijo Elías aprendiera al dejarse mirar por su retoño haciendo sus
portentos musicales. Me dicen que en sus inicios--años 70 del milenio ido-- se
fue a aprender la técnica en el caserío Agua Salada, pero no le soltaron
prendas. Se inspiró en un fabricante de Caracas llamado Ramón Blanco y con ello
construye sus liliputienses Cuatros iniciales. Monta su taller en la calle
Jacobo Curiel de Carora y le da el sugerente nombre de El Señuelo. De allí se
trasladará a su residencia definitiva y en donde en una ocasión le visité: la
calle de Los Silos, sector Las Mercedes.
ALIRIO DIAZ LEAL |
Pero también salieron
de sus callosas manos de enmatonador de potreros y talador de montañas-- que fue su primer quehacer y en donde entra en
contacto con la materia prima de su oficio— bandolas, bandolinas, el sexto del
tamunangue, cuatros y guitarras. De
estos nobles instrumentos tenemos referencia de elogios emitidos por Simón Díaz
y el Maestro Universal de la guitarra, Alirio Díaz. El Mangoré caroreño dijo
que los cuatros de Navarro son, en efecto, una guitarra.
AGRUPACION CAROTA, ÑEMA Y TAJA |
SERENATA GUAYANEZA |
UN SOLO PUEBLO |
De sus rústicas manos
salieron los instrumentos con los cuales hacen delicias musicales los grupos Un
Solo Pueblo, Seranata Guayanesa, Carota Ñema y Tajá, los Salveros de nuestro
Cerro de La Cruz, Los Golperos de Don Pío, así como las individualidades de
Hernán Gamboa, Iván Pérez Rossi, Simón Díaz, Cecilia Todd, La Chía, el
Zamurito, Luis Santeliz, Reinaldo Armas, Maira Martí, Cheo Hurtado, entre
otros.
La palabra materia, de
todos en uso, deriva de la palabra madera. Pues la materia prima de su labor,
heredera del lejano genio griego Pitágoras, son el palo santo de la antigua
India, el pino canadiense, el cedro, el abeto y la caoba.
De su talento matemático saldrá lo que llamó el Cuatro número 33, el que finalmente
logra tras 20 años de investigación, me dice César Tovar, el famoso fabricante
de rosetones. Ese sugerente número es la base matemática que da forma a la
anatomía y a todas las medidas del instrumento musical. Y es el Cuatro el
instrumento que reúne todas las características de armonía, conformación y
simetría. Apenas es necesario decir que el concepto pitagórico de número y armonía acompañan a Navarro, pues sus Cuatros
son de largo 33 cmts. exactos, la parte más angosta de la caja armónica mide la
mitad de 33 cmts: 16,5 cmts, la parte más ancha de esta misma caja mide 22
cmts, es decir dos partes exactas de 33, para el diapasón usa la regla 49,5, o
sea 33 más la mitad de este emblemático número, el cuello de la caja armónica
tiene 14 cmts es decir, la tercera parte de 33 más tres cmts, la altura de los
aros o costados mide 9 cmts, o sea la multiplicación de 3x3, y ,finalmente, el
grueso de la tapa de abajo es de 6 mms , que es la suma de 3 más 3, luego de
armado el instrumento se va rebajando en forma cóncava, quedando las orillas de
3 mms, y el centro de 6 mms.
De modo pues que el
Maestro Navarro hizo de manera callada y solitaria el descubrimiento que hizo
Pitágoras del fondo numérico de la música: música y número, una y la misma
cosa, que es el punto de partida de una nueva concepción cosmológica de la
civilización occidental.
Antonio Stradivarius y
Antonio Navarro, dos Antonios genialmente maravillosos. Tres siglos en sus
existencias los separan, pero los unen el afán desinteresado de hacer un mundo
más vivible a fuerza de sonidos armoniosos.