Nacido
en Cuicas, Estado Trujillo, el 8 de febrero de 1926, este reconocido
historiador y literato venezolano, que ha alcanzado altas distinciones en su
vida académica e intelectual, tales como el de Director de la Academia Nacional
de la Historia, el Premio Nacional de Literatura en 1990, docente de la
Universidad Simón Bolívar, y que ha escrito una prolífica obra histórica y
literaria, comenzó sus estudios secundarios a los 15 años de edad en este viejo
Colegio, que con el nombre de La Esperanza fundara el Dr. Ramón Pompilio
Oropeza en 1890.
Sucedió
en 29 de septiembre de 1941 cuando fue inscrito por su tío Alfonso Montero a
cursar el primer año las asignaturas: Castellano y Literatura, Matemáticas,
Ciencias Naturales, Geografía e Historia Universales, Francés, Latín y Raíces
Griegas, Educación Artística. Sus compañeros de aula eran, entre otros, Joel
Gutiérrez (+), Elina Mora, Clímaco Chávez, Ignacio Zubillaga, Ermes (sic) Chávez
(+), Gonzalo García, María Vásquez, su entrañable
amigo Mario Oropeza (+), Ada Marina Crespo, Guillermo Betancourt. Eran un total de 30
primerañeros, de los cuales solo un puñado llegará a terminar estos exigentes
estudios secundarios.
Era
Guillermo el único de los muchachos que no era nativo del Estado Lara, pues el
resto de sus condiscípulos lo eran de Carora, unos 24, casi todos de la llamada
“godarria”; dos eran nativos de San Francisco; y otros dos de Aregue,
poblaciones del interior del Distrito Torres. Era además uno de los más
jóvenes, pues los había de 34 años: Evelio Barrios, José Antonio Gutiérrez;
Octavio de Jesús Suárez contaba con 26; Gonzalo García de 25; otros de 23:
Clímaco Chávez; Elías Perera y Ricardo Sulbarán contaban con 21 abriles;
Octavio Alvarez y Andrés Rafael Chávez cifraban los 19. Hoy en día tal añosidad
en modo alguno se permite en la secundaria diurna.
Al
año escolar siguiente, 1942 a 1943, cursa Morón su segundo año. La matrícula se
redujo a solo 10, pues al parecer los muy adultos, nombrados arriba,
desertaron. Mencionemos a Guillermo Betancourt, Mario Oropeza, José Ramón
Herrera, Alfredo Franco, José Luis Alvarez, Gonzalo Gutiérrez, Andrés Rafael
Chávez, Herminio Rojas, José María Vásquez. Ninguna dama aparece en el registro
de matrícula. Acá cursaron las asignaturas: Castellano y Literatura,
Matemáticas, Ciencias Naturales, Geografía e Historia de Venezuela, Geografía e
Historia Universales, Francés, Latín y Raíces Griegas, Educación Artística.
El
tercer año comenzó el 16 de septiembre de 1943, y la cantidad de alumnos
permanece igual, esto es, 10 alumnos, los cuales son los mismos del año escolar
pasado. Cursan las asignaturas: Castellano y Literatura, Matemáticas, Física,
Reina de las Ciencias Naturales, (observación nuestra), Química, Geografía e
Historia de Venezuela, Geografía e Historia Universales, Ingles, Filosofía.
Este plan de estudios ha debido de estimular de sobremanera a Morón a continuar
estudios humanísticos, ello por la significativa cantidad de historias y de
literaturas cursadas. Fue, pues, una impronta profunda que dejó en el joven
cuiqueño nuestro viejo Colegio Federal Carora.
Así
concluyó el joven Guillermo Morón, de 17 años, su “Trienio Filosófico”, una rémora educativa
que venía del siglo XIX, con lo cual se le otorgo el título de bachiller.
Alentado por el conductor de juventudes Cecilio Chío Zubillaga, proseguirá sus
estudios de tercer nivel en el recién creado (1936) Instituto Pedagógico
Nacional, obtiene acá el título de Profesor de Geografía e Historia de
Venezuela. Sus primeros ejercicios docentes los realiza en el centenario Liceo
Lisandro Alvarado de Barquisimeto; dirige la redacción del diario El Impulso de
esta misma ciudad crepuscular; obtiene una beca para realizar estudios
doctorales en la Universidad Central (hoy Complutense) de Madrid, siendo el primer
venezolano en adquirir el Doctorado en Historia en 1954.
Lo
que sigue es harto conocido, sobre todo su rutilante vuelta a la literatura con
la controversial novela El gallo de las espuelas de oro (1984), su columna el
diario caraqueño El Nacional, su figuración política siempre alineada al
conservadurismo, y sobre todo, debo destacar, la inmensa y no igualada cantidad
de libros editados bajo su responsabilidad. Toda una obra de cultura y
civilidad que me recuerda la realizada por el mexicano José Vasconcelos.
Esta
es pues la historia personal de un humilde muchacho, hijo de una maestra de
escuela, Rosario Montero de Morón, que a fuerza de tenacidad y disciplina coronó una carrera como escritor
y hombre público extraordinaria e impresionante, la cual, sin duda, tuvo sus
atisbos y vislumbres en nuestro viejo Colegio de secundaria, hogaño llamado
Liceo Egidio Montesinos.
Carora,
22 de diciembre de 2012.