martes, 23 de diciembre de 2025

Dr Rafael Tobias Marquis

 

Doctor Rafael Tobías Marquís Oropeza (1882-1922):

precursor de la independencia intelectual de Latinoamérica. (*)

 

Rafael Tobías Marquís Oropeza, desconocido e ignorado inmerecidamente científico y pedagogo venezolano, nació en Carora, Estado Lara en 1882 y fallece tempranamente en Valera, Estado Trujillo en 1922, se le puede considerar sin ambages un adelantado de la independencia epistémica del Sur Global, una condición del espíritu que en los días que corren se mantiene como reto impostergable para los pueblos al sur del Río Grande.

Fue discípulo adelantado del Dr. Ramón Pompilio Oropeza en el Colegio Federal Carora, instituto del cual egresa en 1898 como Bachiller en Ciencias Filosóficas. Luego lo fue del Doctor en ciencias agronómicas por la Universidad de Pisa, Italia, Enrique Luppi, fundador del Instituto Agrario en Caracas a principios de siglo pasado. Decepcionado del tibio apoyo recibido por el gobierno del presidente Cipriano Castro marcha Luppi a la naciente república de Panamá, una creación de los Estados Unidos. Una vez instalado allí, el Dr. Luppi invita a Marquís Oropeza a continuar sus estudios en el istmo. Su mentor luego lo envía a New York donde obtiene el título de Doctor en Ciencias de Agronomía en 1906.

 Su nombre no aparece resaltado como uno de los primeros doctores en agronomía de Venezuela (New York, 1906) y quien se atrevió a realizar una investigación científica muy original, un ejemplo único que contrarresta las tendencias centradas en Estados Unidos, afirma la Dra. Lidia Ponce de la Vega, de la Universidad mc Gill, Canadá. Doctora en estudios hispanos, becaria postdoctoral Mellon para la Diversificación de las Humanidades Ambientales, las humanidades digitales.

Esta joven investigadora, de origen mexicano, revisa unos 185 trabajos de investigación de principios del siglo XX y consigue para su enorme sorpresa que el trabajo de Marquís Oropeza es el único escrito en lengua castellana, cuando lo usual era hacerlo en la lengua inglesa, y en donde la producción de conocimiento tuvo lugar en Panamá e independientemente de los Estados Unidos.  

Los intereses geopolíticos históricos de Estados Unidos en Panamá, dice Ponce de la Vega, determinan en gran medida la producción de conocimiento sobre Panamá. Las epistemologías relacionadas con la biodiversidad sobre Panamá están en gran medida subsumidas a la historia, política e intereses económicos de Estados Unidos. Nuestro Dr. Marquís Oropeza fue capaz de contradecir esta tendencia dominante que era producto del expansionismo geoestratégico estadounidense.

Se trata de un breve folleto de 15 páginas impreso en 1908 en la Tipografía Moderna de Panamá, y cuando Marquís Oropeza era Director del Museo Nacional de Panamá y Miembro de la Sociedad Científica de Chile, cuyo título sugerente es:

Algunas palmeras industriales de la flora del istmo.

El Dr. Marquís Oropeza destaca como una rareza, un caso único de resistencia epistémica frente a la aplastante hegemonía estadounidense en los asuntos de investigación científica. Es posible que el Doctor en Agronomía venezolano haya sido influenciado entonces por el pensamiento del uruguayo José Enrique Rodó, quien en su ensayo Ariel, obra escrita en 1900 y que tuvo repercusiones continentales, mostraba su desconfianza ante la hegemonía utilitaria y positivista de los Estados Unidos.

El contenido del folleto.

Comienza diciendo el Dr. Marquís Oropeza que “Como todas las familias de origen tropical, ésta tiene en Panamá numerosas especies, de las cuales, puede asegurarse, no hay una que no ofrezca sus productos á la actividad transformadora de la industria humana. Vulgarizar el conocimiento de las más notables y describir algunas poco conocidas, es el objeto primordial de este trabajo, en el cual, sin apartarnos en lo absoluto del tecnicismo que toda materia científica requiere, hemos dado preferencia al punto de vista industrial y comercial, abrigando la creencia de que así será de mayor utilidad práctica para el País, ya que la industria, aunada al comercio, es generalmente considerada como la mayor palanca de los pueblos.”   

 Frecuentemente cita el Dr. Marquís Oropeza a Humboldt, Bompland, Linneo, Kunt, Ruiz y Pavón, Odón de Buen, Padre Blanco.

Especies encontradas en Panamá:

Refiere el Dr. Marquís Oropeza unas 13 especies de palmeras istmeñas, veamos.

Guilielmia speciosa (Mart) Bactris insignis [Jacq]. Sin. Vulg: Pixhá-Palma chontaduro. Su fruto se usa como alimento en Panamá. Nosotros practicamos un ensayo valiéndonos del procedimiento primitivo que se emplea para extraer el almidón de yuca, y obtuvimos una fécula de buena calidad. Como todas las especies americanas, el Guilielma speciosa habita todo el Istmo. Tu vimos oportunidad de estudiarla en Calobre, Provincia de Veraguas, cuando visitamos este Distrito con ocasión de examinar las aguas termales que allí existen.

Cocos Butiraeea [H. B. K.] Sin. Vulg.: Palma de vino, Corozo de Pacora, Corozo de marrano. La más notable aplicación que tiene entre nuestros campesinos, consiste en la extracción de líquido llamado de vino de palma que no es otra cosa que la savia de la planta. Para obtenerlo acostumbran derribar una parte del tallo y abrir en el espesor de la otra una cavidad que lentamente se va llenando de savia. El líquido así obtenido contiene azúcar (probablemente glucosa) y es ligeramente ácido. A las 24 horas ya se ha presentado en él la fermentación alcohólica y á las 48 la acética. Goza de fama como estimulante. El fruto de esta planta es comestible y oleaginoso.

Attalea Funifera (K) Sin. Vulg: Gira. Del tallo de la planta se obtiene una madera dura, incorruptible á la acción del agua y que no es atacada por los insectos. Se usa para construir pisos y paredes de habitaciones rurales; y dadas las buenas condiciones que posee, podría ensayarse su explotación industrial. Los campesinos de los lugares donde habita esta palma, emplean sus raíces adventicias para el rayado de la yuca en la manufactura del almidón.

Curludovica Palmata [R. y P.] Sin. Vulg. Toquilla- Iraca-Nacuma. La belleza de sus hojas hace que la planta sea cultivada como ornamental en algunas casas de Panamá; pero su verdadera aplicación industrial consiste en el uso que de ella se hace para la manufactura de los famosos Sombreros conocidos en el mundo entero con el nombre de “Panamá.” Aunque en verdad dichos sombreros no tienen de Panamá sino el nombre, la materia primera, ó sea la Toquilla, existe abundante en todo el país, formando bosques de considerable extensión. El Dr. Enrique Luppi, en una de sus obras aconseja el cultivo racional de la palmera; y la Asamblea Nacional, en sus sesiones ordinarias de este año, ha dispuesto el estudio de él, á fin de iniciar en el País la industria de sombrerería.

Oreodoxa regia Sin. Vulg. Palma real —Chaguaramo. Muy conocida en toda la América tropical, esta palmera es notable más que por sus aplicaciones industriales, por la esbeltez de su forma. De aquí que sea planta de adorno por excelencia en todos los parques y paseos públicos de las ciudades americanas. Sin embargo, en algunos países se utiliza su tallo como madera de ebanistería; sus hojas para techar construcciones rurales; y los pedúnculos y peciolos, para la manufactura de escobas. Esta última aplicación, la tienen también en las poblaciones de nuestro Interior.

Phitelephas macrocarpa (R. y P.) Sin. Vulg: Marfil vegetal — Tagua—Cabeza de negro. La tagua, nombre con que se conoce en el país esta palmera, suministra al comercio el fruto de sus nueces, muy estimadas por su blancura y dureza y por prestarse al pulimento. Con ellas se fabrican botones, mangos de paraguas, de bastones y muchos otros objetos de uso diario. Los principales mercados del fruto, se encuentran en Inglaterra, Francia y Estados Unidos. La región que en el Istmo cuenta con mayor número de estas palmas, es la costa Atlántica, de donde se exporta el fruto, aunque en cantidades pequeñas. Existe además en El Darién, y allí se ensaya hoy su cultivo.

 G. Martinetia y Aífonsia. De estos géneros existen en el País varias especies, comprendidas todas bajo el nombre vulgar de Corozos, al cual agregan diversas denominaciones. Todas contienen en sus frutos un aceite saponificadle, usado en algunos lugares de Venezuela y Colombia como productor de luz. En Panamá no se extrae de ninguna de las especies mencionadas no obstante existir en número considerable.

Elaeis guineensis [Jaq.) Sin. Vulg. Palma de Cera-Palma de Lolá. La importancia industrial de esta planta consiste en el aceite que suministra el sacocarpo de su fruto, muy usado en otros países para la manufactura de jabones finos. Dicho aceite, llamado por nuestros campesinos manteca de Lolá, se emplea únicamente entre nos otros como medicinal, siendo esto sensible por que él podría servir de materia primera á una industria productiva, como es la jabonería. Hemos visto la Elaeis guineensis en la Provincia de Coclé, pero tenemos informes de que también crece en Dos Santos, Veraguas y Chiriquí.

Cocos Nucífera (L. Sin. Vulg.: Cocotero—Padnia de coco —Pipa. El cocotero es una de las plantas que mayores utilidades reporta al hombre del trópico. Industrialmente puede considerarse como oleaginosa y textil, ya que de sus nueces se extrae un fino aceite que tiene gran demanda en los mercados por sus variadas aplicaciones corno alimenticio, medicinal, iluminante, etc.; y que del mesocarpio del fruto se obtiene una fibra que, aunque no de superior calidad, es muy usada para manufacturados ordinarios.

 Además, la reserva nutritiva de la nuez, y el agua alimenticia que ésta contiene, constituyen un alimento de gran valor en las regiones tropicales. El cocotero no está exento de enemigos: así el Dr. H. D. Luppi, en su obra titulada La Agricultura en Panamá, dice haber observado en la Provincia de Bocas del Toro plantaciones enteras destruidas por una enfermedad de ori gen criptogámico. Los insectos Rhincophprus ochreatus y Occodoma cephalotes, tan abundantes en el Istmo, causan también estragos en la planta, destruyendo sus yemas florales; pero afortunadamente es fácil atacarlos.

Caryota sobolífera (O. de B.) ¿Caryota onusta? (Padre. Blanco.) Sin. Vulg: Ignoradas. Del tallo de esta palma se extrae en Filipinas y otros países una substancia feculenta, alimenticia semejante al sagú, aunque de inferior calidad; y de los peciolos se obtienen libras resistentes, muy usadas en cordelería.

Calamus máximus (P. BI.) Sin. Vulg: Bejuco. (Común á muchas plantas) El tallo de esta palmera, resistente é incorruptible, se usa como amarra en construcciones rústicas, pudiéndose obtener en él fibras largas y fuertes. Según el P. Blanco, la corteza se emplea en Filipinas para la manufactura de sombreros finos. Hemos visto esta planta en la Costa Atlántica, donde crecen además algunas otras especies de Calamus, tales como C. mollis y C. usitatus. Es posible que también se encuentre en el País el C. drago cuyo fruto suministra la resina roja y astringente conocida con el nombre de Sangre de Drago, muy empleada en medicina.  

G. Metroxiíon Sin. Vulg: Palma de sagú. Como lo indica su nombre vulgar, la aplicación de esta palmera consiste en el sagú que suministra al comercio, y es una substancia feculenta, alimenticia que se encuentra en el interior del tallo. El Metroxiílon, que según muchos autores es planta originaria de Asia y Oceanía, se encuentra también en América, á donde probablemente ha sido traída por los europeos. En Panamá hemos visto dos ejemplares en el Paseo Ancón, y los tienen allí únicamente como planta ornamental.

Q. Levistona Sin. Vulg: Cucuá—Ñomé. Estas son las sinonimias vulgares de una palmera que sabemos habita en el ramal de la Cordillera andina que pasa al Norte de la Provincia de Coclé, donde los indios que pueblan esa región extraen la corteza del tallo y hacen de ella vestidos que, adornados y pintados, lucen en las festividades que celebran. En esos trajes dibujan toscamente figuras alegóricas, tales como el sol, la luna, navíos, etc., valiéndose para ello de las muchas plantas tintóreas que hay en el País. Cuando en Febrero de este año visitárnosla Provincia de Coclé, teníamos el propósito de estudiar detenidamente la palmera citada, pero desgraciadamente no pudimos trasladarnos á los lugares donde se encuentra, siendo nos posible tan sólo ver unas hojas y flores ya marchitas que nos facilitaron en Penonomé. Por el estudio que en tan malas condiciones hicimos, nos inclinamos á creer que la planta pertenece al género Livistona, sin poder identificar la especie. Por una corteza que existe en el Museo Nacional, deducimos que el tallo de la planta tiene más de un metro de circunferencia. Sentimos dar tan pocos datos de una palmera que podría suministrar buen material á la industria textil, y esperamos la oportunidad de más amplios estudios que oportunamente.

Comentarios al folleto del Dr. Marquís Oropeza.

Se trata este breve folleto de una maravilla del pensamiento y de la investigación científica en lengua española, pues simboliza los esfuerzos iniciales de un continente para elaborar sus propios y originales conocimientos científicos sin muletas extrañas o dominantes, es una muestra precursora, afirma Lidia Ponce de la Vega, de resistencia epistémica del Sur Global.

Aunque su autor obtuvo su Doctorado en New York, fue capaz de realizar sus investigaciones sobre la palma del istmo al margen de los arraigados procedimientos de la ciencia de los Estados Unidos. A pesar de que Panamá se encontraba entonces bajo dominio de los norteamericanos, quienes hicieron un reconocimiento de la flora y la fauna en el área del Canal de Panamá, no realiza el Dr. Marquís Oropeza ciencia y saberes para la potencia hegemónica sino para el pueblo y la patria panameña entonces en gestación. El pueblo panameño no tenía acceso a la infraestructura científica que se encontraba en la zona del canal, lo cual determina que el científico venezolano hiciera sus investigaciones de manera autónoma y sin el auxilio norteamericano.

Los silencios hablan mucho. Hemos notado que el científico venezolano se cuida de mencionar la Zona del Canal bajo dominio norteamericano y se presenta con orgullo como Director del Museo Nacional de Panamá. De igual manera omite mencionar a científicos estadounidenses. Prefiere dedicar su folleto a un suramericano y chileno, el Dr. Carlos E. Porter (1867-1942), Director del Museo Natural de Valparaíso, fundador de la Revista Chilena de Historia Natural, una de las más importante del orbe hispanohablante. El Dr. Porter recibió 11 doctorados honoris causa de diversas universidades europeas, fue miembro de un centenar de sociedades científicas.

El Dr. Marquís Oropeza era poliglota. Hablaba el castellano, francés e inglés, conocía el latín, pero decidió publicar sus investigaciones en lengua española, lo cual constituyó una afrenta a la preeminencia   y   omnipotencia cognitiva anglosajona.  La lengua inglesa monopoliza en la actualidad el conocimiento científico, su investigación y comunicación, en una tendencia que no deja de crecer. Apenas el 2% se expresa en español y un enorme 90% en la lengua de Shakespeare. Nuestro científico venezolano caroreño no hizo negación de su lengua materna: Ariel contra Calibán, lo elevado y espiritual contra lo material y primitivo.

 

La economía de Panamá se fue haciendo cada vez más dependiente del Canal Panamá y hasta adopto el dólar estadounidense en 1904 para estabilizar el débil peso colombiano, su moneda. Este proceso lo pudo apenas atisbar en 1908 el Dr. Marquís Oropeza. Pero hay en su pensamiento un sentido de lo nacional al proponer la industrialización de la palma para crear una economía nacional basada en sus propios recursos naturales, como contrapeso a la gigantesca economía derivada del comercio interoceánico del Canal de Panamá que eventualmente se impuso.

Hiram Moreno resalta la labor del Dr. Marquís Oropeza como el primer Director del Museo Nacional de Panamá, un agente civilizador. A dos años de su inauguración, continua Moreno, se devela en las propias palabras del director R. T. Marquís el siguiente cuadro, “…funciona en un salón de 154 metros cuadrados, donde ha sido imposible establecer las secciones requeridas; carece de un órgano propio de publicidad y su personal administrativo se haya reducido á un Director y un Portero. Sin embargo, el Museo cuenta hoy con 2843 objetos, de los cuales 2640 son de Historia Natural.” Dicta clases de esa materia, con el apoyo didáctico de las colecciones, a los Colegios Nacional de Comercio e Idiomas y Superior de Señoritas.

 Así mismo, Marquís, agrega Hiram Moreno, apreció y cultivó el tangible vínculo entre educación y museo. Su idea puede considerarse un antecedente en la larga marcha hacia un concepto contemporáneo; como lo encontraríamos en las recomendaciones de la 22ª Conferencia general del Consejo Internacional de Museos (ICOM por sus siglas en inglés) del año 2007, en Viena, Austria. Sin embargo, el MN no tuvo la necesaria recepción de la sociedad panameña y al parecer, de las personalidades que asumirán, ulteriormente, la conducción del gobierno; lo cual llevaría a la institución a su parálisis y, años más tarde, a su irrevocable disolución como fue conocida en sus inicios. Un proceso que guarda cierto paralelismo con lo ocurrido en Venezuela y en su Museo Nacional, fundado e impulsado por Gustavo Adolfo Ernst entre 1874 y 1875 (Vilera, 2012; González, 2007).

Su regreso a Venezuela.

En 1914 regresa el Dr. Marquís Oropeza a Venezuela. Crea el Liceo Contreras para señoritas. Introduce las ideas de la Escuela Nueva de John Dewey y aplica el método concéntrico de enseñanza o por capas, desde una más básica hasta una más compleja, siempre abarcando transversalmente los conocimientos y las aptitudes.  Consiste en examinar varias veces todo lo concerniente a un asunto, tema o a una disciplina. Cada vez se amplía y se profundiza el estudio anterior. Es un sistema que acusa una notable influencia del positivismo y el darwinismo evolucionista del siglo XIX.

Las señoritas podían estudiar: Castellano Gramática, Lectura, Composición y Dictado, Matemáticas, Aritmética y Nociones de Algebra y Geometría, Ciencias Naturales, Física y Química, Historia. Geografía y Cosmografía, Gimnasia, Dibujo, Canto, Francés o Inglés, Economía Doméstica, Fisiología e Higiene, Pedagogía.

Todas las asignaturas, a excepción de las matemáticas, eran dictadas por el Dr. Marquís Oropeza, quien además puso su biblioteca personal al servicio de la institución.

El Dr. Marquís Oropeza deseaba que la comunidad se involucrara en el proceso de enseñanza-aprendizaje e invitaba a que asistiesen a las clases las “personas capaces” a fiscalizarlo siempre que vayan “movidos por sana intención”. También invitaba a padres y ascendientes para que con la mayor frecuencia posible visiten el plantel y aprecien por sí mismos el adelantamiento de las alumnas. ¡Qué lecciones para el presente nos da nuestro olvidado pasado educativo!

 Resulta maravilloso que el Liceo Contreras haya tenido un órgano informativo: Minerva. Revista Científico Literaria, que nace el 9 de enero de 1914 y tiene una orientación feminista, lo que resulta sorprendente en una tierra dominada por el patriarcado y el machismo. Simone de Beauvoir se habría sentido deslumbrada de haberla conocido. Su junta administradora estaba constituida por féminas. Recordemos que Minerva es la diosa griega de la sabiduría y el conocimiento. Allí aparecen los primeros escritos de quien más tarde habría de ser nuestro gran ensayista, el merideño Mariano Picón Salas.

Consideraciones finales.

Ha sido olvidado inmerecidamente por la historia del pensamiento científico y pedagógico el Dr. Rafael Tobías Marquís Oropeza. Estamos en deuda con este venezolano que a principios de la centuria pasada comprendió la enorme importancia de desarrollar una ciencia autónoma e independiente, un reto que aun palpita como compromiso de liberación cognitiva de los pueblos del orbe hispanohablante. Un pequeño y modesto folleto editado en 1908 por este venezolano habrá de convertirse en nuestro faro iluminador y ejemplo para los investigadores del tercer milenio. En una breve existencia de apenas 40 años es el inmenso legado que nos deja este caroreño y venezolano tan brillante como audaz.

Referencias bibliográficas.

Cortés Riera, Luis Eduardo. (2024) Doctor Rafael Tobías Marquís Oropeza, 1882-1922, científico, educador y feminista caroreño. Carora, Venezuela, 2016. Disponible en internet.

Cortés Riera, Luis Eduardo. (1997). Del Colegio La Esperanza al Colegio Federal Carora. Fondo Editorial Buría, Fondo Editorial Alcaldía del Municipio Torres, estado Lara, Venezuela.

Marquís, Rafael Tobías (1909). “Algunas palmeras industriales de la flora istmeña”. Revista Chilena de Historia Natural, 13(3):225-236. Canto Rodado▪10:163-175, 2015.

Marquís, Rafael Tobías. (1908). Algunas palmeras industriales de la flora istmeña. Tipografía Moderna, Panamá. 1908.

Moreno, Hiram A. (2014) Tras las elusivas huellas de Rafael T. Marquís Oropeza. El primer director del Museo Nacional de Panamá. Hiram A. Moreno Museo de Ciencias Naturales de Caracas, Venezuela.

          Ponce de la Vega, Nidia. (2021) La geopolítica de los metadatos: conociendo Panamá a través de la Biblioteca del Patrimonio de la Biodiversidad. Biodiversity Heritage Library. 18 de noviembre de 2021.

          Rodríguez García, Taylor Tone. (1998) Rafael Tobías Marquís Oropeza, 1882-1922. Meritorio y talentoso joven maestro al servicio de la cultura larense. Barquisimeto, Venezuela, 1997.

Hemerográficas.

Semanario Labor. Año II. Mes VIII. Carora, Estado Lara, Venezuela. Septiembre 28 de 1913.

Electrónicas.

Diario El Impulso de Barquisimeto, Venezuela.

Revista Aldea Educativa Magazine.

Saber ULA, Mérida, Venezuela.

*************

(*) Ponencia presentada por Luis Eduardo Cortés Riera en el Simposio Anual del Grupo Venezolano de Historia y Sociología de la Ciencia. Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, IVIC, Caracas, República Bolivariana de Venezuela, 25-28 de noviembre de 2025.

 


Dr Rafael Tobias Marquis

  Doctor Rafael Tobías Marquís Oropeza (1882-1922): precursor de la independencia intelectual de Latinoamérica. (*)   Rafael Tobía...