RESUMEN-
El
semiárido larense es culturalmente una referencia única en Venezuela. Tiene un
ethos específico, una identidad
idiosincrática. En esta rica realidad
cultural hemos adelantado una categoría de comprensión: “el genio de los
pueblos del semiárido larense” para con ella comprender tan singular muestra de
creatividad de la cultura popular en lo religioso, folklórico, gastronómico,
artesanal, musical, literario. En ese rico escenario, inicio de la colonización
hispana y donde se fundaron tres ciudades irradiadoras de la cultura de habla
castellana y católica, El Tocuyo, Barquisimeto y Carora, hemos realizado un
estudio antropológico e histórico comparativo de tres devociones marianas
localizadas en tres poblados aborígenes: la Virgen de Altagracia de Quíbor, la Virgen
la Chiquinquirá de Aregue y la Virgen Divina Pastora de Santa
Rosa-Barquisimeto. Ellas tres le han dado al Estado Lara un sentido de
comunidad imaginada alrededor del arquetipo femenino protector. El estado Lara
y el semiárido larense viven bajo el
amparo de la Virgen María, la Madre de Dios. Trío de devociones marianas que
constituyen un potente capital simbólico.
Palabras clave:
semiárido del Estado Lara, Venezuela, cultura popular, comunidad imaginada,
marianismo, vírgenes de Altagracia,
Chiquinquirá, Divina Pastora. Capital simbólico.
El
genio de los pueblos del semiárido venezolano
Ha
dicho Reinaldo Rojas que la historia del semiárido larense esta por realizarse.
El semiárido del occidente venezolano representa apenas un 5% del territorio de
Venezuela, pero tiene una inmensa significación en la cultura de este país suramericano. Manifestaciones religiosas,
folklore, artesanía, música y literatura tienen en esta pequeña porción del
territorio patrio, que comprende los estados Lara y Falcón, unas
características muy singulares que alcanzan una dimensión nacional y universal.
El sabio Francisco Tamayo llega a una conclusión extraordinaria al referirse al
proceso intenso de mestizaje que ocurre en esta entidad federal: “En Lara nace
lo nacional, lo venezolano. Ese suelo privilegiado fue en la Colonia, es
hoy en la República y será siempre la inmanente matriz de Venezuela”. 1
Tomando
en cuenta esta realidad tan extraordinaria nos hemos propuesto hablar de una
categoría de análisis: El genio de los
pueblos del semiárido larense venezolano. Con ella pretendemos comprender la
manera en que esta zona se ha convertido en baluarte de la cultura nacional.
Comencemos diciendo que la geografía ha
marcado hondamente a sus pobladores dándole un sentido de solidaridad y
mutualismo necesario en la búsqueda y consecución de recursos escasos: el agua
y la vegetación alimentaria. Luego será el rico pasado aborigen, pues fue poblada,
entre otras, por la etnia caquetía, la que estaba en trance de conformarse como
Estado a la llegada de los cristianos.
En lo que Reinaldo Rojas llama Región Barquisimeto 2, se dará inicio a la
conquista y colonización de Venezuela: en 1545 se funda El Tocuyo, “Ciudad
Madre de Venezuela”, en 1552 se funda Barquisimeto, y finalmente Carora en
1569. Estas tres ciudades de blancos conformaran lo que hemos llamado el “Triángulo
colonial y barroco”, como una arquitectura productora y difusora de
cultura en habla castellana, católica y
barroca de la Contrarreforma que se extiende hasta nuestros días. Se ha
desarrollado acá una riquísima sensibilidad artística y musical, a tal punto
que no es osado decir que en el semiárido larense se ha manifestado un sentido
vasconceliano de la cultura, un estadio espiritual y estético que solo puede
ser alcanzado por la mentalidad iberoamericana. Lara es cumbre musical de
Venezuela,
El marianismo en el Estado Lara
En
este rico escenario se habrán de producir tres importantes manifestaciones de
la devoción mariana, que nos aporta el hermano Nectario María 3, que en orden
cronológico serán las siguientes: La virgen de Altagracia en la localidad de
Quíbor desde 1606, la virgen del Rosario de la Chiquinquirá de Aregue en 1621,
y finalmente la Divina Pastora en el poblado de Santa Rosa en 1740. Lo primero
que hemos de destacar que estas tres devociones se manifiestan en tres poblados
indígenas aledaños a las ciudades de
blancos ya mencionadas: los aborígenes ajaguas en Quíbor, Municipio Jiménez, los ajaguas en Aregue, Municipio Torres y los gayones de Santa Rosa,
Municipio Iribarren. Ello pone en evidencia el carácter evangelizador de estas
tres devociones marianistas del Estado Lara. Son tres poblaciones que han
nacido al calor de la colonización hispana y que han sido atendidas por la
orden religiosa de los franciscanos. De modo pues que la virgen fue un elemento
clave para lograr la pacificación de estas etnias que se resistían a vivir bajo la férula de los cristianos.
Estas
tres advocaciones marianistas le darán sentido y contornos específicos al
semiárido larense, un sentido de pertenencia a una comunidad imaginada,
utilizando la expresión de Benedict Anderson 4. El larense se siente protegido
por el manto de la Divina Pastora, el jimenense por la virgen de Altagracia,
conocida popularmente como La Caimana, y los habitantes del Municipio Torres,
cuya capital es Carora “ciudad levítica
de Venezuela”, por la virgen india de la Chiquinquirá. La llamada cultura
popular no tendría sentido sin la existencia de este magnifico trío de
manifestaciones marianas. La Divina Pastora es de las tres devociones de fe mariana
la que tiene mayor poder y alcance en el imaginario larense y venezolano, como
se verá más adelante, y que en este sentido las devociones vecinas de las vírgenes
de Altagracia y de la Chiquinquirá
actúan como contrapeso a la avasallante presencia de la pastorcita de Santa
Rosa-Barquisimeto.
De
estas tres advocaciones una de ellas es claramente indígena, como se desprende
de su sonoro nombre aborigen: la Chiquinquirá, de Aregue, que es una virgen que
procede del vecino Reino de Nueva Granada, Colombia. Es en consecuencia una
virgen americana. La virgen de Altagracia, cuya advocación procede de la isla
de Santo Domingo, es la madre protectora y espiritual del pueblo dominicano, en
tanto que la Divina Pastora tiene su origen en Sevilla, España. De este modo entramos en cuenta que una devoción
viene de la España del siglo XVIII: la Divina Pastora, otra del Nuevo Mundo americano,
de Borinquén, lugar donde en 1502 se instala la devoción altragraciana, y la
tercera, la Chiquinquirá, procedente del Reino de Nueva Granada. En 1586 un
lienzo deteriorado de la virgen comienza milagrosamente a renovarse. En la
actualidad es la Chiquinquirá Patrona de Colombia.
La devoción
de la Virgen de Altagracia
Estamos
en presencia de tres devociones que son
producto de otras tres corrientes históricas. La primera cronológicamente hablando viene del
lugar de la conquista y colonización temprana del Nuevo Mundo, la isla de Santo
Domingo. Allí se instala el idioma castellano y el catolicismo a principios del
siglo XVI, antes del Concilio de Trento y cuando el Almirante Cristóbal Colón
aun vivía. Es en este sentido una devoción que se inicia con lo que hemos dado
en llamar “tiempo barroco.”
Un hondo sentido popular tiene esta devoción en
la ciudad agrícola y artesanal de Quíbor, cercana a Barquisimeto, pues su
presencia se manifiesta en la música, la
artesanía y la literatura, mitos políticos, cuentos y leyendas, así como en la construcción de
vínculos sociales y afectivos desde hace 400 años, pues fue en 1605 cuando fue
traído el sagrado lienzo de la virgen de Altagracia a esta localidad. Ella es
la identidad cultural del Municipio Jiménez, la Madre Protectora del pueblo de
Quíbor. Bajo su amparo se han creado institutos educativos, casas comerciales,
cofradías, clubes y asociaciones, líneas de transporte, grupos folklóricos.
Cada tercer viernes de enero y desde hace 136 años esa intensa devoción
altagraciana se expresa en una multitudinaria procesión en donde se realizan
matrimonios, bautizos, confirmaciones colectivas, una serenata a la virgen, una
singular “misa de las camareras”, con la presencia masiva del pueblo y de las
autoridades eclesiásticas y civiles.
La virgen india de la Chiquinquirá de Aregue
La
Chiquinquirá es una virgen india, no
solo por sus devocionarios, los
aborígenes de un poblado indígena, Aregue, sino que su representación al óleo
muestra en efecto a una virgen india. Es un hermoso lienzo pintado por un
pintor anónimo que seguramente se forma en la afamada Escuela Pictórica barroca
de El Tocuyo 5. Su rostro es ovalado y
su color acusadamente moreno le hacen aparecer, sin duda, como una
mujer aborigen americana, alejada del modelo griego o caucásico de
mujer. Es una devoción binacional colombo- venezolana, pues durante la Colonia
se extendió a los actuales estados Táchira, Barinas, Zulia, Lara y la capital,
Caracas. En décadas pasadas se ha producido una inmensa migración forzada de
colombianos hacia Venezuela, unos cinco
millones de neogranadinos, que han reforzado de manera impresionante esta
devoción que viene de la época colonial. Este sería un magnifico factor de
carácter emocional y subjetivo a la hora de establecer políticas de encuentros
entre estos dos pueblos hermanos condenados a vivir juntos.
Es
justo aclarar que la devoción a la Chiquinquirá larense es anterior a la del
vecino Estado Zulia, limítrofe con Colombia, donde “La Chinita” es la patrona
de tan importante entidad federal venezolana: es el Estado de mayor población del país y asiento
de la enorme riqueza petrolera nacional. Para los zulianos La Chinita es un
verdadero culto que a veces llega hasta el delirio.
La
Virgen Divina Pastora de Santa Rosa-Barquisimeto
Epitome
del marianismo en el semiárido occidental venezolano lo será la devoción a la Divina Pastora, pues
cada 14 de enero se producirá una gigantesca procesión que convoca a más de
tres millones de creyentes que parten en la madrugada desde Santa Rosa, un
pequeño poblado de extracción indígena cercano a Barquisimeto, hasta llegar por
la tarde hasta la catedral de ésta importante ciudad capital del Estado Lara. Es
la manifestación mariana más significativa de Venezuela pues convoca a gentes
venidas de cualquier parte del país: los Andes, Oriente, Guayana, el Centro,
Zulia. Sin ser la patrona de Venezuela, arrastra tras de sí una gigantesca
multitud que no logra convocar siquiera la Virgen de Coromoto, cuyo santuario
como patrona nacional venezolana se ubica en el Estado vecino de Portuguesa.
Cada
14 de enero se produce esta sorprendente procesión que es una de las más
multitudinarias de América Latina. Tiene su inicio a mediados del siglo XIX
cuando una terrible peste de cólera azota la ciudad de Barquisimeto. Un
sacerdote, Macario Yépez, pide a la
Divina Pastora ser la última víctima de ese horroroso mal. En efecto, tras su
muerte comienza a amainar la epidemia. Este acto milagroso dio pábulo para que
desde el año 1856 se comience a realizar esta masiva manifestación de fe. El significado de
este multitudinario evento es verdaderamente prodigioso, pues lo larenses se
reúnen y entran en cuenta de su proporción numérica y emocional. Es un pueblo
que se forma una idea de sí mismo, que se mira a sí mismo en un solo acto de
visión. Sabe y tiene consciencia de que es en efecto una gigantesca comunidad imaginada.
Ninguna otra parte de Venezuela tiene tan extraordinario privilegio. En este
sentido la devoción a la Divina Pastora a contribuido a darle un ethos y un
carácter distintivo al Estado Lara, una entidad federal que no es andina, ni
llanera, ni central, ni zuliana. Lara y
el semiárido tienen una personalidad distintiva y especifica identificable en
su tipo humano de bien logrado y acabado mestizaje, su fonética particular, su
inmensa sensibilidad musical, su folklore del tamunangue, conforma una
provincia gastronómica, y por supuesto se siente amparado por el manto
protector de su pastorcita.
Las imágenes de las tres vírgenes
larenses
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VIRGEN DE ALTAGRACIA DE QUIBOR |
Cabe
destacar el enorme papel de las imágenes en este proceso de aculturación, pues debemos recordar con el mexicano Octavio
Paz que el catolicismo de la Contrarreforma es una religión de imágenes. En ese
sentido utilizaremos el método iconográfico de Panofsky 7 para comprender el
sentido de estas tres imágenes. De las tres devociones debemos destacar que dos
son óleos: el de la virgen de Altagracia y el de la virgen de Chiquinquirá. En
cambio la
imagen de la Divina Pastora es una imagen de bulto. Las tres imágenes muestran
a la Madre de Dios: la de Altagracia aparece
acompañada de San José y un niño recién nacido. La Chiquinquirá aparece
con dos personajes que son dos santos varones: San Andrés y San Antonio. La
Divina Pastora aparece solitaria con su hijo entre sus brazos y varias ovejas
que están a sus pies. Destaca que en sus manos sostiene un báculo o cayado de pastor.
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VIRGEN DE LA CHINQUINQUIRÁ DE AREGUE |
Recientemente se ha construido un
gigantesco monumento a la Divina Pastora en la cima de una colina cercana a
Barquisimeto y el lugar se ha constituido rápidamente en sitio de
peregrinación.
Lo inmensamente significativo del
monumento es que fue diseñado de forma muy audaz siguiendo los planteamientos
estéticos del artecinético,
arte que como sabemos es una creación venezolana. De este modo la pastorcita ha
sido representada en muy diversos estilos
que van desde el barroco, el cubismo, hasta llegar al arte cinetista.
Este hecho constituye un verdadero y extraordinario acontecimiento estético que
tendrá maravillosas consecuencias.
El
poder icónico de las tres imágenes es verdaderamente evidente. Ellas tienen un
poder de convocatoria sumamente eficaz.
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VIRGEN DE LA DIVINA PASTORA |
Son
imágenes con poder, un poder que impacta en lo hondo de la psiquis y de la conciencia.
Mujeres icónicas son las Venus de Willendorf y Lespugne, la Dama de Elche, la
Mona Lisa o el lienzo de la virgen de Guadalupe. El iconismo de ellas es el
resultado del deseo de protección y de cobijo que acompaña en su orfandad a
todos los seres humanos
Convivencia de los arquetipos femenino y masculino
en el Estado Lara.
El
arquetipo jungiano de la mujer y de lo femenino reproductor de vida está allí
omnipresente. Aunque existe otra devoción muy extendida en el semiárido larense,
la de San Antonio de Padua, el santo de
los negros y de los pobres, que acompaña y a quien se le rinde culto con la
manifestación folklórica del tamunangue,
la suite de danzas más completa de América Latina. Es una danza negroide de
tambores, con elementos hispanos como los instrumentos de cuerdas, y también aborígenes
como las maracas. En muchos pueblos del
Estado Lara se celebran fiestas patronales
cada 13 de junio, durante el solsticio de verano, en honor a este santo
portugués. Creemos que aun no existen estudios comparativos para comprender tan
interesante convivencia en la psiquis de los larenses de estas dos devociones
tan arraigadas. Una cohabitación de lo arquetipal masculino con lo femenino que
gravita en nuestro inconsciente colectivo, por lo que será de gran ayuda para
comprender tan singular proceso psíquico y emocional un estudio del psiquismo
profundo de los larenses haciendo uso de la psicología analítica del suizo Carl
Gustav Jung.10 .
Consideraciones
finales
La
cultura del semiárido larense venezolano
es eminentemente popular. Es una cultura campesina y por consiguiente llana
e igualitaria. La oralidad que es su rasgo distintivo está presente ella de
manera permanente. La devoción mariana ha contribuido a darles sentido
igualitarista al larense y al venezolano, pues es una fe del pueblo sencillo y
humilde. Lo femenino y maternal suaviza las
relaciones sociales, atenúa la conflictividad que está siempre presente en los
grupos humanos.
El
filosofo ecuatoriano Bolívar Echeverría 11 se atreve a afirmar que el
marianismo en Latinoamérica está en vías de constituirse en un religión aparte
separada de Roma. El guadalupanismo es una muestra evidente de este fenómeno
que traería consecuencias sociales y políticas inmensas. Cuando el venezolano Andrés Bello escribe su Gramática de la lengua castellana en 1847 lo hizo previniendo que
el castellano sufriera la división que sucedió al Latín luego de la caída del
Imperio Romano que se convirtió en varias lenguas. No sucedió así con la lengua de Cervantes que
conserva su unidad. Pero todo parece indicar que no será de tal manera con el
otro elemento esencial de toda cultura, la religión. El guadalupanismo es una
religión que no se atreve a decir su nombre… todavía.
REFERENCIAS.
l.
Guía económica y social del Estado Lara,
1952.
2
Rojas Reinaldo. Historia social de la
Región Barquisimeto en el tiempo histórico colonial, 1530-1810. Caracas,
1995.
3
Nectario María. Venezuela mariana.
1930. Este religioso de la orden de La Salle es el iniciador de los estudios
del marianismo en Venezuela.
4
Anderson, Benedict. Comunidades
imaginadas. 1983.
5
Boulton, Alfredo. Historia de la pintura
en Venezuela.
6
Cortés Riera, Luis Eduardo. Iglesia
católica, cofradías y mentalidad religiosa en Carora, siglos XVI al XIX. 2003.
7 Agüero, Judith. La devoción de la Virgen de Altagracia de
Quíbor, Estado Lara, Venezuela. 2018.
8
Mendoza Torres, Julio Cesar. La devoción mariana de la Divina Pastora.
2018.
9
Panofsky., Erwin. Estudios sobre
iconología.
10
Jung, Carl Gustav Jung. El hombre y sus
símbolos
11
Echeverría, Bolívar. El ethos barroco en América Latina. En Modernidad y Blanquitud. México. Era, 2010.