Octavio Paz. Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de
la fe. Seix Barral. Biblioteca Breve. Barcelona, España. 1989. Página 345
En
muchos aspectos fundamentales México sigue siendo una nación premoderna y lo
mismo puede decirse del resto de América española. (Irving) Leonard cita con
aprobación estas palabras del agudo venezolano Mariano Picón Salas: “A pesar de
dos siglos de enciclopedismo y de crítica moderna, los hispanoamericanos no nos
evadimos enteramente aun del laberinto barroco. Pesa en nuestra sensibilidad
estética y en muchas formas complicadas de psicología colectiva.” (en De la Conquista a la Independencia, 1944).Habría
que añadir que también está presente en la vida política: el nepotismo y demás
supervivencias del patrimonialismo español; en la vida familiar y en las
relaciones sexuales, dominadas por las figuras alternativamente antagónicas y
complementarias del Patriarca, el Parrandero y la Madre; y en otros rasgos de
nuestra vida moral e intelectual, el amor a las generalizaciones y el desprecio
a los hechos particulares, nuestra antipatía por toda explicación pluralista y
nuestro nihilismo más bien cínico. Esto último es muy distinto a la tolerancia
del escéptico pues está aliado al fanatismo con que nuestros intelectuales
abrazan ideologías totalizantes y exclusivistas: ayer el comtismo y hoy el
marxismo-leninismo. Cierto, la coexistencia de rasgos antiguos mesclados a los
modernos no es exclusiva de nuestros pueblos: es un fenómeno universal. En la
Rusia soviética está presente el estado zarista y en los Estados Unidos
perviven la ética puritana y la ideología dieciochesca de los Padres
fundadores. Pero nosotros hemos sido incapaces de adaptar nuestra tradición a las condiciones modernas. Sin
embargo, no todo ha sido negativo: la otra cara de incompleta y bárbara
modernidad de nuestras clases acomodadas y de nuestros intelectuales
“progresistas” es la cultura popular. Gracias al tradicionalismo del pueblo no
somos caricaturas de las naciones avanzadas.
Cortesía:
Dr. Luis Eduardo Cortés Riera. Doctorado en cultura latinoamericana y caribeña.
Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Instituto Pedagógico
Barquisimeto “Dr. Luis Beltrán prieto Figueroa.” Barquisimeto, 22 de febrero de
2012.