Cuando amanecía el siglo XVI, tiempos del Renacimiento,
los cristianos se dieron cuenta, asombrados y sorprendidos, que el mundo era
mucho más grande que lo que supusieron durante centurias y milenios. Se rompe
el sistema triuno que dominaba hasta entonces con el aparecimiento de una nueva
realidad al occidente de los Pilares de Hércules. A los tres continentes
conocidos, ecúmene, Asia, Europa y
África, se agregaba un cuarto desconocido: América. Tocó a navegantes españoles
y portugueses proporcionar a la vieja Europa que salía de la noche medieval esta
nueva visión del mundo montados, como afirma Joseph Needham, sobre unas
tecnologías salidas del genio de los antiguos chinos: brújula, pólvora, papel e
imprenta.
Con pólvora y poderosos cañones los turcos toman
Constantinopla en 1483 y cierran el flujo a Europa de los valiosísimos y muy
útiles condimentos y especias asiáticas, por lo que se hace prioridad buscar
nuevas rutas para llegar hasta Catay y Cipango (antiguo nombre que dio Marco
Polo en el siglo XII a China y Japón). En 1494 se firma el primer reparto del
mundo entre estas dos potencias marítimas que son España y Portugal: el Tratado
de Tordesillas.
Los portugueses, que rechazan el proyecto colombino, se
dirigen al sur y bordean África por el Cabo de Buena Esperanza, para llegar a
la India con Vasco de Gama al frente de una expedición y a quien la malaria
mata en 1524 en la India portuguesa con el cargo de Virrey.
EL
RINOCERONTE DE SU SANTIDAD
Y sucedió en 1515 cuando Manuel I, rey de Portugal,
recibe un curioso regalo del sultán indio Muzafar II, consistente en un
rinoceronte vivo, animal que llega a Lisboa el 20 de mayo tras 120 días de
fatigoso viaje marítimo. Este animal produce una verdadera crisis en la
conciencia europea, pues no se la había visto desde los remotos tiempos del
Imperio Romano cuando es descrito y comentado en Historia Natural por el escritor y militar Plinio El Viejo (23-79 d.
C).
Miles de personas acuden
en Lisboa a ver aquel gigantesco animal que causa enorme sorpresa y que aparecía
en los bestiarios al lado del fabuloso unicornio. Fue alojado en la casa de las
bestias del rey Manuel I, monarca que organizó una pelea entre el rinoceronte y
un joven elefante de su colección para comprobar el relato de Plinio el Viejo (siglo primero después de Cristo), que aseguraba
que el rinoceronte y el elefante son enemigos acérrimos. El rinoceronte avanzó
lenta y deliberadamente hacia su adversario, el elefante; sin embargo, este
último, desacostumbrado a la ruidosa muchedumbre que había acudido a presenciar
el espectáculo, huyó aterrorizado antes de que se produjera choque alguno.
El poderoso rey decidió regalar el animal de la India
al Sumo Pontífice de Roma, León X, para ganar sus favores para seguir
expandiendo sus ya dilatados dominios en Asia. Antes, el papa había recibido
con beneplácito un regalo del monarca portugués de un elefante blanco. En
diciembre de 1515 sale el animal en embarcación rumbo a la Ciudad Eterna. El 24
de enero se detuvo en Marsella, donde el rey de Francia, Francisco I, acude
presuroso a mirar al animal pre cartesianamente.
Continua su viaje aquella maravilla de monstruo, pero
llegando a Italia, una enorme tempestad hace naufragar la embarcación y muere ahogado
el rinoceronte por venir encadenado y con grilletes. Recuperan su cadáver y su
piel es enviada a Lisboa en donde reconstruyen la bestia rellenándola de paja. Impagliato o relleno de paja es la
palabra que se empleó en Roma cuando el animal, o lo que de él queda, se renvió
al Vaticano. Allí el rinoceronte fue pintado por Giovanni da Udine y por Rafael, pero el animal
ya disecado no causó en Roma la misma enorme expectación que provocó en Lisboa
la bestia aún viva. Tan alucinante historia inspiró la novela de Lawrence Norfolk El
rinoceronte del Papa (The Pope's Rhinoceros).
EL GRABADO DEL RINOCERONTE DE
ALBERTO DURERO
El fenómeno del rinoceronte del papa había sido hasta
entonces expectativa mediterránea, hasta que aparece el teutón y niño prodigio
de las artes Alberto Duero, quien jamás vio el rinoceronte en persona. Lo
conoce en Núremberg de un boceto de un artista desconocido que sí lo mira en
Lisboa, pero que no firma este precioso documento. Allí expresa, influido por
Plinio el Viejo, que: En el primero de mayo del año 1513 [sic], el
poderoso Rey de Portugal, Manuel de Lisboa, trajo semejante animal vivo desde
la India, llamado rinoceronte. Esta es una representación fiel. Tiene el color
de una tortuga moteada,21y está casi
completamente cubierto de gruesas escamas. Es del tamaño de un elefante, pero
tiene las patas más cortas y es casi invulnerable. Tiene un poderoso y
puntiagudo cuerno en la punta de su nariz, que afila en las rocas. Es el
enemigo mortal del elefante. El elefante se asusta del rinoceronte, pues,
cuando se encuentran, el rinoceronte carga con la cabeza entre sus patas
delanteras y desgarra el estómago del elefante, contra lo que el elefante es
incapaz de defenderse. El rinoceronte está tan bien acorazado que el elefante
no puede herirle. Se dice que el rinoceronte es rápido, impetuoso y astuto.
El grabado en metal de
Durero, como era de esperarse, no es una representación totalmente fiel de un
rinoceronte. Muestra un animal con duras placas que cubren su cuerpo como la
chapa de una armadura, con un gorjal o pieza de la
armadura en la garganta, una coraza de pecho de aspecto sólido y remaches en las
juntas; también situó un pequeño cuerno en su grupa, y le dotó de piernas
escamadas y cuartos traseros en forma de sierra. Los rinocerontes reales no
tienen ninguna de estas características. Es posible que se
crease una armadura para la pelea contra el elefante en
Portugal, y que estas características representadas por Durero fueran en
realidad partes de la armadura. Por otra parte, la "armadura" de
Durero puede representar los duros pliegues de la gruesa piel de los
rinocerontes indios o, así como el resto de imprecisiones, puede que sean
simples malentendidos o añadidos creativos de Durero, hipótesis a la que me
adhiero. Durero también dibuja una textura escamada sobre el cuerpo del animal,
incluyendo la "armadura". Esto puede ser un intento de Durero de
representar el áspero y casi lampiño cuero de los rinocerontes.
Un
tal Hans Burgkmair creó un segundo grabado del rinoceronte en Augsburgo alrededor
de las mismas fechas que Durero en Núremberg. Burgkmair mantenía
correspondencia con mercaderes de Lisboa y Núremberg, pero no está claro si
tuvo o no acceso a la carta o al boceto que vio Durero, Este grabado es
mucho más real que el de su paisano, por lo que creo que el efecto añadido y
las extravagancias de Durero despertaron mucha más curiosidad que otros y fue
copiado centenares y miles de veces durante su vida y póstumamente a su muerte
en 1528, algo análogo a lo que sucede desde 1515 con las 95 tesis del monje
dominico Martín Lutero. Dos manifestaciones, una estética y otra religiosa, de
lo que llama Benedict Anderson capitalismo
de la imprenta.
A pesar de las
sucesivas reimpresiones, el grabado de Durero es actualmente bastante escaso en
el mercado y los ejemplares impresos en el siglo xvi alcanzan cifras elevadas en las subastas; de hecho,
en 2013 un ejemplar de este grabado marcó el récord de precio pagado por una
estampa del artista alemán, al alcanzar los 866.500 dólares (641.000 euros) en
la sala Christie's de Nueva
York, antes del atentado de 2001 a las Torres Gemelas.
Esta icónica imagen de
Durero penetró casi sin critica a los textos naturalistas de los siglos XVI y
XVII, hasta que llegó el corrosivo de la Razón dieciochesco que la llamará “obra
maravillosamente ejecutada en todas sus partes”, tal como dijo James Bruce de Kinnaird
en 1790. En los inicios del nazismo en Alemania, el rinoceronte de Durero seguía
apareciendo en los textos escolares como figura fiel al natural. Increíble. Los
expresionistas germanos y Salvador Dalí también
aprovechan la carga icónica del animal de Durero.
EL GENIO DE DURERO
Durero es, al igual que el holandés Rembrandt y
el español Francisco de Goya, uno de los escasísimos genios del arte europeo
que crearon con igual dedicación pinturas y grabados. En vida tuvo que
enfrentar sonados pleitos jurídicos por las copias que hacían de sus obras.
Vivió, a diferencia de Rembrandt o de Van Gogh, una vida estable
económicamente, pues era un avispado marchante de sus producciones que se
vendían a precios elevados.
La influencia
de Durero llegó, dice Google Academico, por medio de sus grabados, a los
talleres de casi todos los artistas; se puede afirmar que no hubo ningún pintor
europeo de relevancia que no acusara, de un modo u otro, el conocimiento de las
estampas durerianas. Ejemplos de ello son dos cuadros del Museo del Prado: El Pasmo de Sicilia de Rafael
Sanzio y La Trinidad del Greco, inspirados claramente en xilografías de Durero sobre los mismos temas.
Se considera que tanto Rafael como Tiziano impulsaron la difusión de sus propios diseños, mediante grabadores
como Raimondi y Cornelis Cort, queriendo emular el exitoso y lucrativo
precedente de Durero. Pintores españoles de varios siglos, como Yáñez de la Almedina, Alejo Fernández, Velázquez, Alonso Cano, Murillo, Zurbarán y Goya delataron
la influencia dureriana; de hecho el último cuadro conocido de Zurbarán, La
Virgen con el Niño y san Juanito (1662, Museo de Bellas Artes de
Bilbao) se inspiró en el grabado La Virgen del mono que Durero
había realizado hacia 1498.
Se considera a
Durero -como si fuera poco- uno de los padres de la lengua alemana junto a
Martín Lutero, pues prefirió escribir sus libros de teoría de la pintura en su
lengua materna antes que, en latín, una lengua universal entonces.
La
sensibilidad del mundo moderno seria incompleta sin la existencia de Alberto
Durero, la mayor figura del Renacimiento alemán. ¿Quién no ha oído hablar del
grabado La Melancolía, o de su magistral autorretrato, salidos de las manos
prodigiosas de Durero?
Luis Eduardo Cortés Riera.
cronistadecarora@gmail.com
Santa Rita, Carora,
República Bolivariana de Venezuela,
24 de junio de 2023.