En las antiguas y famosas cofradías o
hermandades del Santísimo Sacramento, fundada en 1585, y Jesús en La Columna y Glorioso Mártir San George, fundada en 1745, que funcionaban
en la iglesia parroquial de San Juan Bautista del Portillo de Carora durante el
régimen colonial, hemos encontrado en sus viejos libros de registro los
siguientes apellidos, casi todos de ellos se extraen de los mantuanos, los
“grandes cacaos” de la capital de la Provincia de Venezuela, la mayoría de
ellas mujeres. Veamos:
Sor Rosalía Robles, Abadeza del Monasterio de
la Concepción de Caracas (1763); Juana Francisca de Arriechi (1767); Sor María
de San Joseph Lobera, entra como cofrade en 1774: Sor María Margarita de la Soledad y Castro
(1774); Monja de Caracas Sor Blanca de San José y Blanco (1774); Sor Josefa de
la Trinidad Aguado (1775); Sor María del Carmen Piñango (1775); Concepcionista
de Caracas Sor Antonia de la Trinidad Piñango (1775); Sor Juana Ygnacia del
Corazón de Jesús Ladera (1779); la Tía del Libertador Luisa y Bolívar y Ponte (1764).
Sor Rosalía Robles (1764) monja de Caracas; Sor
Apolonia de Santo Tomás Faxardo (1765), monja Concepcionista de Caracas; Sor
Paula de San Rafael Bolibar (1766) religiosa de la Purísima Concepción de
Caracas; Pbro. Br. José de la Sierra (1767) Capellán del Monasterio de la
Concepción de Caracas; Pbro. Br. Marcos Reyes (1767) Cura de Caracas; Sor
Blanca de San José y Blanco (1774) de la Concepción de Caracas, monasterio del
siglo XVII, que sería mandado a demoler en 1874 por el general y presidente de
Venezuela Antonio Guzmán Blanco en su furor anticlerical y masónico.
Para sorpresa nuestra encontramos en los libros
del magnífico y bien conservado Archivo de la Diócesis de Carora al padre del
Libertador Simón Bolívar, el rico hacendado Don Juan Vicente Bolívar y Ponte (1772),
inscrito en la Cofradía del Sacramentado 13 años antes de haber engendrado al
Padre de la Patria, y que moriría cuando el niño Simón apenas tenía tres años
de edad; Sor Rosalía de la Concepción y Sojo (1774), de la Concepción de Caracas; Sor Francisca de la
Merced y Sojo (1774) Concepción de Caracas; Sor María Eusebia Muños (1805), Monja
Concepcionista de Caracas; Sor Blanca de San José y Blanco (1774); en el año en
que estalla la Revolución Francesa encontramos a Sor María Antonia Briceño (1789),
monja del Convento de Mérida, difunta; la monja Concepcionista de Caracas Sor
María Eusebia Muños se hizo hermana del Sacramentado un año antes de la
fracasada expedición mirandina (1806) y que llenó de pavor a Carora; Sor Blanca
de San José y Blanco (1774) de la Concepción de Caracas; Cura Párroco. Pbro.
Dr. Bartolomé Vargas (1780), Decano de la Santa Yglesia Catedral de Caracas,
seguramente egresado de la Real y Pontificia Universidad de Caracas,
institución dominada por el pensamiento escotista y no de la escolástica y de Aristóteles como se habrá creído hasta
ahora.
Estas personas creían firmemente en la
efectividad de las ricas y solventes cofradías caroreñas, dueñas de las
extensas haciendas con esclavos llamadas “del Montón”, las que aseguraban a sus
hermanos que al morir iban a ser sacados del purgatorio, ese tenebroso lugar de
la geografía del más allá distinto al cielo y al infierno que no tiene base
bíblica, por medio de incontables misas rezadas y cantadas. Esa bien ganada
fama resonó en Irlanda, Francia, España, Canarias, Santo Domingo, Puerto Rico, Reino de Nueva
Granada. Hogaño las cofradías son apenas un recuerdo en la República Bolivariana de Venezuela azotada por el mortal
coronavirus, pandemia que nos retrotrae a la Europa medieval de la temible
Peste Negra.
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