No da tregua Decho a su deseo de hacer de Venezuela un país animoso de las letras y de las bellas artes. Por ello se decide por su vocación magisterial, ejerciendo como docente en la praxis fundamental del aula de clases en primaria. Allí su potente imaginación lo compele a crear un admirable método de enseñanza de la lectura completamente original. Cuando lo dio a conocer ante un interesado auditorio en la Zona Educativa del Estado Lara, le recomendé que lo registrara como de su autoría exclusiva y lo llevara a una empresa juguetera del Estado Yaracuy para que masificara aquel prodigioso artefacto multiplicador infinito del saber y de las luces. Ese ingenio maravilloso espera aún por que se materialice y sería de tal manera un complemento muy oportuno al Método de lectura Yo, sí puedo, que ha usado el Gobierno Bolivariano con enorme éxito para erradicar la peste del analfabetismo en Venezuela. Todavía estamos a tiempo de lograr este maravilloso propósito.
Y no podía faltar otra faceta de la múltiple personalidad cultural de nuestro amigo Decho, esto es, la de primoroso ejecutante de nuestro instrumento musical de las cuatro cuerdas, de quien ha sido su multiplicador formativo en aulas y auditorios. Organiza eventos melódicos que acompaña con su timbrada voz de barítono.
Incursiona de igual modo en el arte de las tablas escenificando obras de teatro para un auditorio exigente en grado sumo: los escolares de primaria. Con Vidal Rodríguez, Martín Rodríguez y Jorge Álvarez participa en la fundación del grupo Corpahuaico Teatro, que aún existe.
La pintura y la escultura han sido de igual manera escenario de la sensibilidad estética de nuestro colega educador, pues hace poco tiempo montó una exposición en Librerías del Sur de Carora de rostros trabajados en metal y en altorrelieves de personajes de nuestra cultura: Chío Zubillaga, Simón Bolívar, Jacinto Lara, Pío Alvarado, Rodrigo Riera, Teresa de Calcuta, la Negra Argelia Laya, y otros. Es un bello trabajo que puede proporcionar goce estético por el tacto a los invidentes.
Ahora nos presenta Decho una colección de amenos y bien contados relatos que tienen como materia prima literaria sus vivencias infantiles y juveniles en la aldea del semiárido del Estado Lara que lo vio nacer. Allí resalta una pequeña joya escrita de su mano que relata una invasión de mariposas que se abalanza sobre el poblado y que en vuelo formaban rostros de personas y otras figuras. No dudé en calificar aquello de una hermosa y bien acabada muestra de lo que en literatura latinoamericana se ha dado en llamar “realismo mágico” y que algunos críticos llaman “real maravilloso”. La extraordinaria revista de literatura Carohana, dirigida por Juan Páez Ávila y Gorquín Camacaro, la han agregado a sus páginas virtuales. Coincidieron éstos escritores coterráneos con mi criterio de que es el más creativo y hermoso de los cuentos de la colección de Decho.
Con estos relatos se incorpora Decho al fértil movimiento cuentístico que ha nacido en Carora desde hace poco tiempo en las plumas de otros escritores ligados a la Otra Banda torrense: el abogado Gerardo Pérez González y el profesor Alirio Álvarez Díaz, y quienes se hicieron merecedores de sendos premios a las letras. Parece ser que es el cuento el género literario que mejor se adapta a nuestro temperamento.
Vaya pues mi reconocimiento a este novel escritor que hace su rutilante entrada al escenario de las letras con esta colección de cuentos que verán la luz editada por el sello editorial del Ministerio de la Cultura en el Estado Lara, el Perro y la Rana, y que no dudo tendrán una calurosa acogida de los lectores, quienes son a la postre los que deciden qué es la buena literatura. Enhorabuena, estimado Decho, pequeño gigante de la cultura.
Carora, mayo de 2020.